Alma de Guerrero

Capítulo Cuarenta

 

Mis propias reglas.

 

Supongo que todo estaba hecho, Alysa no dijo nada, Jack tampoco y mamá de cierta forma parecía aliviada, pero tampoco fue capaz de decir una palabra. La Reina parecía impactada por mis palabras, seguramente El Creador al que tanta alusión hacía como responsable de muchas de las cosas que pasa en el universo me estará mirando justo en este momento. No me importaba, después de todo de eso se trata la ide a vivir, debemos cuestionar todo y jugar con el hecho de que nada nos puede pasar.

Así que Creador de todo lo que existe en este universo, lamento entorpecer tus planes, pero supongo que es momento de que ponga mis propias reglas.

─Quiero que te vayas ahora de mi casa ─dije pasado unos minutos entorpeciendo su conmoción ─, no eres más bienvenida en mi casa, en mi vida ni en mi mente.

─Alma desagradecida ─Me reprochó y asentí con el cuerpo tenso.

─Posiblemente, pero tú has ido más allá de tus límites justificante sobre tu obvia poder al llamarte Reina de un mundo al cual no estoy siquiera seguro de que exista ─ Me tuve que detener por un momento porque la respiración me faltaba, estaba agotado de todo ─, así que por favor vete, he tomado decisión.

─Alex no…

─No Luna ─Escuchar la voz de Alysa hizo que reaccionara de manera abrupta y volteara a verla ─, él ya tomó su decisión y debes aceptarla; en lo que respecta a mí yo he modificado mis planes.

─Alysa...

Ella negó deteniéndome al instante, por lo que me callé y dejé que hablara.

─No Alex, todo se trata de decisiones y la mía es continuar con mi destino ─La veo caminar hacia mí, pasmado de lo determinada que suena y justo en el momento en que se encuentra frente a mí no se detiene y me envuelve en sus brazos. No la abrazo al instante, pero termino haciéndolo porque se siente bien el contacto.

Cierro mis ojos y disfruto de tenerla entre mis brazos y ella me tenga entre los suyos, y es que es tan pequeña que todo lo vuelve más perfecto.

Alex, sé que no me amas ─me dice en casi un susurro imperceptible que de alguna manera logro saber ─, sé también que la historia entre nosotros se trata de una historia de amor, pero que no me amas y no te culpo porque yo tampoco te amo ─No digo nada y escucho con atención ─. Lo entiendo, espero que tú entiendas que debo ir con ella.

─No Alysa ─digo interrumpiéndola y abrazándola más fuerte ─, no puedes solo aceptar las palabras que una extraña te dice, no parece…

─Lógico ─Me interrumpe de nuevo ─, lo sé, pero debes entender que es así como debe de pasar Alex. Tú tomaste tu decisión y yo he tomado la mía.

 

Tú tomaste tu decisión…

 

Lo entiendo, finalmente lo termino de entender, somo decisiones y ella decidió ser la princesa Fengary de un mundo llamado Garla. Yo por el contrario decidí ser Alex un joven de la Tierra, un humano.

─Bien ─respondí.

Me negué a soltarla y por fortuna ella también permaneció abrazándome durante un largo tiempo en el que nos reconfortamos sabiendo que una vez soltándonos la cuenta regresiva correría más rápido.

Supongo que pasó mucho tiempo porque cuando fuimos lo suficientemente valientes rompimos la fina capa que nos mantuvo seguros y nos separamos no sin antes mirarnos por un largo tiempo hasta que no pude evitar suspirar y con mis manos en sus hombros acercarla nuevamente a mí y besar su frente para después alejarme y caminar hacia mamá y abrazarla en silencio buscando un poco de estabilidad.

Jack no tardó en acercarse y apretar mi hombro en señal de apoyo. Lo agradecí profundamente.

 

 




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