Alma de Ibuprofeno

Capítulo 1

Me encontraba desempacando las últimas cosas de la maleta, las iba metiendo en el closet, mi amiga Flor, entro a la habitación con una caja entre sus manos y lo dejo en el escritorio.

Estábamos preparando nuestra habitación, al cursar el primer año de la universidad, nos vimos con la necesidad de rentar un apartamento cerca del instituto. Las dos nos encontrábamos felices y nerviosas, se trataba de un nuevo comienzo para ambas.

—Tenemos una linda vista —comento Flor al momento en que se acercó a la ventana—, me fascina este apartamento.

En ese momento, Flor se aventó a la cama.

—Voy a extrañar a mi familia —comenté mientras me sentaba a un lado de ella.

—No te pongas triste, no vamos a vivir el resto de nuestra vida en este lugar, iremos regularmente a visitarlos.

Mi celular comenzó a vibrar indicando que un mensaje había llegado, al revisarlos, me fue inevitable soltar una sonrisa.

—Déjame adivinar, se trata de tu amigo cibernético el tal Damián —comentó Flor con tono de burla.

—¿Qué tiene de malo que sea él?, es un chico agradable —me defendí.

—Ya te lo dije, puede ser un señor de cuarenta años con fetiches raros o puede ser un secuestrador que solo se encuentra interesado en tus órganos para venderlos en el mercado negro.

—Deja de ver tanta televisión, tan solo te quema el cerebro, si lo conocieras no pensarías en esas locuras.

—Tu tampoco no lo conoces y hablar por internet no es conocer a una persona. Deberías de dejar de hablar con ese tipo, no lo conoces.

—Un día de estos lo voy a conocer. Él dice que cursa la misma universidad que nosotras.

—¿Qué carrera? —Cuestionó.

—No me lo ha dicho —comenté después de pertenecer unos cuantos segundos en silencio—. Cada vez que intento de hablar de estos temas, él siempre los ignora.

—Ves, ¿qué otra prueba necesitas para que te des cuenta que es una cuenta falsa?

Llevaba meses hablando con Damián, a pesar de no conocerlo personalmente, me sentía bien poder contarle de diferentes cosas a él, era carismático y compartíamos gustos similares, a él le gustaba escribir relatos de terror y a mi leerlo, desde que descubrí su página empezamos hablar.

—†—

La primera semana de la universidad no fue nada emocionante, me agradaba ir conociendo poco a poco a mis compañeros, en particular a Víctor, a pesar de llevar poco tiempo conviviendo, me agradaba hablar con él, inclusive habíamos comenzado a comer y hacer actividades juntos. Pero me costaba bastante en adaptarme a la nueva rutina.

Víctor y yo nos encontrábamos en la cafetería, estaba distraída por prestarle atención a mi celular, que no me había percatado cuando Flor se sentó a mi lado, en ese instante, ella me arrebato el celular.

—Nora, ya sabes que no me gusta que utilices el celular mientras comemos —dijo molesta ignorando mis protestas—. De seguro debe de ser ese amigo fantasma.

—¿Amigo fantasma? —Preguntó Víctor con duda.

—Es un “chico” —Flor hizo unas comillas con sus manos— que Nora conoció en internet.

—Ese “chico” es agradable —me defendí mientras tomaba mi celular—, además, no estoy hablando con él, tan solo veía mi horario —mentí.

—Necesito saber sobre eso, suena interesante —mencionó Víctor con una sonrisa en su rostro.

Sin perder tiempo, comencé a contarle todo, desde la primera vez en que tuvimos comunicación y de algunos datos importantes que Damián me había dado.

—Así que, ¿Damián estudia en esta universidad? —Pregunto Víctor, yo asentí con la cabeza—, y ¿nunca lo has visto en persona? —Volví afirmar—. Amiga, es muy obvio que es una cuenta falsa.

Mi enfado se hizo presente.

—No sé por qué te lo conté.

—Lo siento, es que, no comprendo el por qué tus padres nunca te enseñaron a no hablar con extraños, y ni aceptarlos en cualquier red social.

Tan solo desvié la mirada, sentía que ninguno me comprendía.

—Bueno, como ya te tomé cariño, pienso en ayudarte a buscar de quien se trata —comentó Víctor tomándome por sorpresa.

—¿Cómo? —Pregunté incrédula.

—Intenta de hablar más con Damián para sacarle información, debes de convencerlo en que te mande una fotografía de él.

—La única foto que podemos utilizar es la foto de perfil que tiene en su página.

Me metí en la cuenta de Damián y se lo mostré, desafortunadamente, esta fotografía no mostraba su rostro.

—Bueno pídele fotografías y conforme a lo que él te envié, podemos crear un perfil de él.

—Deben de estar locos —interrumpió Flor—, eso suena muy acosador.

—Es verdad, pero puede ser divertido —comentó Víctor divertido.

Después de un rato de discutir con Flor, ella se retiró a su próxima clase, dejándome sola con Víctor, así que los dos comenzamos a hablar sobre el tema y anotando los aspectos más relevantes que sabía acerca de Damián.




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