A pesar de que en la biblioteca se encontraba algo de personas, pudimos encontrar un lugar en donde podíamos hacer la tarea. En la mesa se encontraba Víctor y sus tres amigos. Estaba tan concentrada haciendo mi trabajo, que no me percaté de que estaban hablando.
—Nora —escuche mencionar a Marcos—, ¿la profesora del taller de fotografía te ha cambiado de compañero?
—No —contesté, lo miré con frustración—, le comenté, pero ella me dijo que no podía cambiarme de compañero.
—Eso está mal, si te pasa algo trabajando con Leonardo, ella va ser la culpable.
—Yo sigo diciendo que es un peligro que ese loco se encuentre asistiendo en la universidad —intervino Miranda—, le puede hacer daño a cualquiera que se encuentra cerca de Leonardo. Que tal que vuelve a suceda lo mismo que meses atrás.
—Exactamente, ¿qué fue lo que ocurrió? —Pregunté con voz temerosa.
—Él se volvió loco, salió corriendo del salón de clases y comenzó a gritar cosas sin sentido. Varias personas lo intentaron de calmar, pero no pudieron hasta que llego su hermano, bueno hermanastro. Pero antes de que llegará golpeo a varias personas, incluyendo a su novia…
—Ex novia —interrumpió Lucia.
Entre las dos comenzaron a comentar algunas cosas, en ocasiones Marcos de igual manera participaba, yo solo me quede escuchando lo que decían. Cada palabra que salía de sus bocas, provocaba que tuviera miedo al pensar que tenía que estar cerca de Leo, pero algo más iba surgiendo en ese momento dentro de mí, tenía curiosidad ante ese chico, quería saber más de él.
—Dejemos de hablar acerca de este tema —comentó Miranda—, porque vamos a espantar a Nora.
Los tres comenzaron a hablar de otros temas, pero en mi mente seguía pensando lo que habían comentado minutos atrás.
Cuando las clases terminaron, me dirigía a la salida junto con Víctor, íbamos discutiendo sobre la tarea que los profesores nos habían dejado, a pesar de que apenas había comenzado el semestre, sentía que los profesores estaban exagerando con la carga de las actividades, aquello me provoca que me sintiera presionada por lo que debía de hacer.
De repente, fuimos interrumpidos por un chico, él se acercó a Víctor y le paso su brazo por el hombro. Víctor al ver al chico, tan solo le lanzó una sonrisa.
—Que gran sorpresa verte —comentó Víctor con una sonrisa en el rostro.
—¿Por qué te sorprende? —Preguntó el chico—. Estudiamos en la misma universidad, ¿qué esperabas?
—Oh, es verdad, Nora él es Axel, un amigo que conocí en la bienvenida de la universidad.
—Hola —salude. El chico hizo lo mismo.
Los dos comenzaron a hablar, esto provocó que me sintiera un poco rara, no quería parecer una entrometida e interrumpir su plática, así que solo me limité a escucharlos hasta que llegamos a la entrada de la universidad.
—¿Tienen algo que hacer en este momento? —Preguntó Axel.
—Solo tarea.
—Los invito por un café.
Axel comenzó a caminar y los dos lo seguimos. Después de dos cuadras, llegamos a un negocio con el nombre de “Silver”. Al momento de abrir las puertas de vidrio, el aroma a café invadió nuestras fosas nasales. El negocio tenía repisas llenas de libros, al enfocar la vista en una de las paredes, me percaté que se encontraba una barra en donde se preparaba diferentes bebidas. Después de que pedimos cada quien su bebida, nos sentamos en una de las mesas para esperar que estuviera listo. El lugar era asombroso, la vista, el aroma y el ambiente provocaban que me sintiera demasiado relajada y todas las preocupaciones que cargaba se esfumará.
—Oye Nora —habló Axel—. Víctor me mencionó acerca del muchacho que conociste en internet.
Aquello no me lo esperaba, que inclusive me estaba ahogando con el café. Sentí como mis mejillas se iban poniendo rojas, tan solo agaché la vista para evitar tener contacto con su mirada. Sentía vergüenza por lo que podía estar pensando sobre mí, y a la vez estaba molesta con Víctor por estar contando cosas que no debía. No sabía que contestar.
—Lo poco que me contó, se me hizo interesante —continuó hablando Axel—, y me gustaría saber más, bueno si es que no te molesta.
—Por supuesto —conteste—. ¿Por dónde comienzo?
Comencé a contarle a Axel acerca de Damián, solo las cosas que consideraba que eran importantes y las menos vergonzosas; la primera vez que empecé a hablar con él, algunas cosas que Damián me había comentado, de que el chico no quiere que nos conociéramos, y no sé por qué, pero también le comenté sobre la nota, la canción que me había mandado y sobre nuestra sospecha de que posiblemente escondía un secreto, sentía que eso era una estupidez. Intentaba de no mirarlo, ya que pensaba de que se iba a burlar de mí.
—Así que, ¿no sabes quién es la persona porque nunca se han visto? —Preguntó Axel, afirme con la cabeza—. ¿No crees que se trata de algún tipo de broma?
—No lo creo, sus mensajes parecen ser reales.
En ese momento me atreví a levantar la vista, en su mirada pude ver que no se estaba burlando como yo pensaba, en cambio, se veía que estaba calmado y atento ante lo que estaba comentando. Saqué el celular de la mochila y comencé a buscar a mostrarle algunos mensajes.