Alma de Ibuprofeno

Capítulo 6

Al llegar al salón, me percaté que en el lugar se encontraba Víctor. Seguía molesta por lo que había ocurrido en la cafetería. El chico al momento en que me vio, se acercó a mí y me sonrió, él se sentó a un lado de mí y me pidió disculpa por quinta ocasión, a pesar de que seguía enfadada con él, lo perdoné, no podía estar toda la vida enojada con Víctor. La manera en que Víctor me intento de pedir perdón, fue invitándome un café en el local en donde Axel nos había invitado, lo cual, acepte con mucho gusto.

Las clases habían terminado, así que nos dirigimos al local. Mientras caminábamos hacía la salida de la universidad, Víctor me había comentado que había invitado a Axel, a pesar de que llevaba poco conociendo al chico, me agradaba.

Antes de que llegáramos a la salida, por obra del destino, me encontré con él pelirrojo, al momento de que me vio, tan solo sonrió. No sabía cómo reaccionar, sentía vergüenza al recordar lo que había ocurrido días atrás, quería salir corriendo, pero mis piernas no respondían.

—Hola —saludó él chico con una sonrisa en el rostro.

—Te espero en las bancas —comentó Víctor antes de que se fuera.

Víctor me dejo solo con el pelirrojo, quería huir del lugar y esconderme en otro continente.

—¿Cómo te encuentras? —Preguntó el chico.

—Bien. Siento mucho por lo que sucedió en la cafetería. —Conteste, intentaba que mi voz saliera lo más natural posible.

—No te preocupes, eso ya quedo en el pasado. Solo quería saber cómo te encontrabas. A sí, que tonto soy, mi nombre es Jacobo.

El chico extendió la mano para estrecharla, con algo de nerviosismo, le correspondí el gesto.

—Soy Nora.

—Nora, tu nombre es muy lindo. Bueno me tengo que ir, o sino, el profesor me va a dejar fuera.

Jacobo se despidió y se fue por el camino contrario, mientras que yo me dirigí hacia el lugar a donde había ido Víctor. Al acercarme, me percaté que se encontraba hablando con Axel, pero no eran los únicos que se encontraban, en el sitio también se hallaba Leo. Cuando llegue con ellos, me saludaron y nos dirigimos a la salida.

Todos nos subimos al auto de Víctor, a pesar de que se encontraba cerca. Durante el camino, los únicos que se escuchaban hablar eran Víctor y Axel, yo solo permanecí en silencio y solo los oía. Víctor estacionó el auto en el primer lugar que vio vacío y bajamos de el. Los cuatro entramos al local, después de pedir nuestra comida, nos sentamos en el mismo lugar que en la primera vez que habíamos ido.

—Así que ustedes dos ya se conocen por el taller de fotografía —comentó Axel, nos preguntaba a Leo y a mí. Leo asintió con la cabeza—. Vaya.

—Solo porque la profesora Bárbara no quiso que cambiáramos de compañero —comentó Leo. Luego volteó a verme—. Dijo que ya no podía cambiar porque las parejas ya se encontraban organizados.

—Nunca te dije que le dijeras a la profesora que nos cambiara de pareja —comenté algo molesta.

—Pero no lo negaste cuando te pregunté.

Aquel comentario, provocó que me sintiera molesta con Leo. Luego de aquellos comentarios, Víctor comenzó a hablar de temas que no tenía sentido, pero Axel y yo intentábamos de hablar, con excepción de Leo, él permaneció en silencio, pude observar que en varias ocasiones se veía atento ante lo que decíamos, pero en otras solía desviar la vista, parecía que vivía dentro de su propio mundo, ignorando lo que pasaba a su alrededor.

Después de un tiempo, decidimos irnos del establecimiento, ya que Leo y Axel debían de asistir a clases, a pesar de que Víctor les ofreció a los chicos a llevarlos de vuelta a la universidad, ellos rechazaron la invitación, decidieron caminar, así que Víctor me llevo hasta el apartamento.

—Perdón por no decirte que había invitado a Leo —comentó Víctor, mientras encendía el vehículo—. Axel me pidió que nos acompañara y se me hizo de mal gusto no hacerlo. Y también te quiero pedir perdón por no acompañarte el otro día, pero había invitado a Alejandra a comer.

—No te preocupes —comenté—. Mejor cuéntame, ¿Cómo es la chica?, ¿Esta será una nueva historia de amor?

Solté una sonrisa, de igual manera, Víctor sonrió, me encontraba feliz por lo que a mi amigo le estaba ocurriendo. El chico comenzó a hablar, al parecer, los dos intentaban de conocerse más, a pesar de que llevaban poco tiempo juntos, se llevaban bien, Víctor me comentó más acerca de la chica, cada vez que hablaba de ella, se veía feliz. Los dos estuvimos platicando, hasta que llegamos al apartamento.

—†—

Me encontraba en la pequeña terraza del apartamento, la noche había caído desde hace horas. Flor se hizo presente con dos tazas de té. Ella se sentó en la silla que se encontraba a un lado de la mía y me entrego una taza.

—¿Qué es lo que estás leyendo? —Preguntó Flor.

—Damián acaba de subir un nuevo capítulo de su historia —contesté.

—Y, ¿ya te respondió el mensaje?

—Mejor dicho, yo no le he contestado.

—Nora, no puedes obligar a las personas hacer las cosas que tú quieres.

—¿Estas insinuando algo?

—Sí Damián no quiere verte personalmente, debes de aceptar su decisión. No estés detrás de él y rogándole ante tu deseo de saber con exactitud de quien se trata.




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