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Estaba frente la casa de Brook, mientras me debatía entre si debería tocar la puerta o solamente darme la media vuelta y marcharme. ¿Qué pensará de mí ahora que sabe lo que en realidad soy? ¿Cómo está Chris después de todo esto? Finalmente, después de pensarlo por unos segundos, opté por tocar la puerta.

Toqué dos veces la puerta de madera y a la tercera Brook salió de ella. Su rostro al verme era muy expresivo, podía notar su sorpresa y felicidad fácilmente.

—¿Qué haces aquí Cassia? —dijo mientras me abrazaba. Definitivamente necesitaba sentir la protección de Brook. Este tiempo con Frederick han parecido años, o incluso siglos.

—No quiero estar más tiempo en el infierno.

—¿Por qué? ¿Frederick te hizo algo?

—No, pero... —una voz me interrumpió.

—Brook, ya hablé con Leah sobre lo de Cassia. —dijo Chris mientras salía de la casa de Brook. Olvidaba que no podía verme, a excepción de estar en el infierno. Brook le dedicó una mirada indicándole que yo estaba aquí.

—¿De qué habla? — le pregunté a Brook.

—De nada.

—Hey, ¿por qué no simplemente le dices? —opinó Chris.

Me acerqué a Brook y lo miré directamente a los ojos, esperando su respuesta. No necesitaba más secretos, el último que escuché me hizo cambiar por completo. Sus ojos intentaban evadir los míos, pero finalmente optó por hablar.

—Chris quiere hacer una locura.

—No es una locura, tú sabes que puede funcionar. —se defendió.

—¿Y cuál es esa locura?

Brook lo miró de nuevo ahora indicándole que lo dijera él. Chris dió un paso hacía adelante. Parecía estar nervioso ya que jugaba con sus manos mientras miraba al suelo; él tenía miedo de lo que yo pudiera pensar.

—Quiero que vuelvas a ser humana. Y eso es posible mediante un hechizo. Un hechizo que haré, no importa el costo.