Lucian regresó a su habitación acompañado por el pequeño lobo. Después de tomar un baño y ponerse ropa limpia, se dirigió a la cama con la ilusión de soñar con su ansiada cita.
Pero al llegar, encontró al pequeño lobo profundamente dormido en el centro del colchón, como si le perteneciera. Sin expresión alguna, Lucian lo tomó con cuidado y lo colocó en el suelo. Luego se acomodó, cerró los ojos y deseó quedarse dormido cuanto antes, para que el tiempo volara y su cita llegara pronto.
Sin embargo, un peso inesperado en su pecho lo obligó a abrir los ojos. El lobo estaba encima de él, observándolo fijamente.
Lucian frunció el ceño, lo bajó una vez más, pero el pequeño volvió a saltar para pararse sobre su pecho. No pesaba demasiado, pero sí lo suficiente para incomodarlo.
"Apareces de la nada, me sigues de la nada, ni siquiera me dejas dormir, ¿qué es lo que quieres?", murmuró Lucian, suspirando con fastidio. Le frustraba que el lobo no se quedara con Wendy. Al menos así sabría que estaba acompañada por una bestia mágica.
No esperaba respuesta. Solo pensaba en voz alta. Pero justo cuando empezaba a resignarse y cerrar los ojos, una voz resonó cerca de él.
"Tú....¿quién eres?"
Lucian se incorporó de un salto, y para su sorpresa, el pequeño lobo ya se había movido a un lado de la cama.
"¡¿Quién está ahí?!", preguntó, mirando en todas direcciones. Nunca antes había escuchado esa voz, y que sonara tan cerca le erizó la piel.
A punto de huir de la habitación, la voz volvió a sonar.
"Pareces un cordero asustado. Relájate, no voy hacerte nada....a menos que me molestes"
Lucian parpadeó. Miró al pequeño lobo, e inclinó la cabeza, con dudas.
"¿Eres tú?...."
"¿Por qué no sería yo?"
Después de escuchar su respuesta inmediata, Lucian respiró hondo e intentó calmarse, debe ser porque es una bestia mágica, pensó.
"¿Pudiste hablar todo este tiempo?", ahora que encontró su respuesta, su miedo se convirtió en curiosidad.
"Sí"
"¿Por qué no antes y ahora sí?"
"Porque ahora estamos solos, y antes no te conocía de nada, ahora sé un poco de ti y sé que, ante todo, no eres un mal tipo....creo", la perrita negra inclinó la cabeza.
"Mmm, crees....", Lucian asintió. Entonces preguntó lo que quería preguntar desde el inicio.
"¿Por qué me sigues?, debes saber que estarás mejor con Wendy que conmigo, ¿no?", Lucian le recordó lo frustrada que parecía en ese momento.
"Es cierto....a decir verdad, aún no me siento cómoda contigo, y me agrada más tu hermana pero....no puedo", el pequeño lobo suspiró con molestia.
"¿No puedes?", Lucian estaba confundido.
El pequeño lobo desvió la mirada, parecía no querer decir la razón.
Lucian cerró los ojos y pensó....pensó y pensó....hasta que un foco en su cabeza prendió. Sonrió con picardia y dijo en tono divertido.
"¿Te enamoraste de mi cuando nos encontramos en el bosque?"
"......"
"Tu silencio lo confirma. Si fueras humana, te aceptaría con el corazón abierto. Pero ya ves, esto es imposible. Lo siento….no soy yo, eres tú", dijo con fingida lástima, y aprovechando el momento, quiso acariciarla.
Cuando su mano se acercó a su cabeza....y como un rayo, el pequeño lobo mordió con furia.
Lucian chilló.
*****
Wendy conversaba con el hombre frente a ella, mientras el pequeño pollito descansaba sobre su cabeza como si fuera su nido habitual.
El hombre, de aspecto sereno y alrededor de los treinta, lucía impecable. Su túnica roja era sencilla, sin ornamentos, y su cabello negro estaba cuidadosamente peinado. Un par de ojos violeta, brillantes y cálidos, se posaban con calidez en la joven frente a él.
Se trataba de Hargen Life, el alcalde de ciudad violeta y padre tanto de Wendy como de Lucian.
"Eso fue lo que pasó, papá. Tal vez no sea nada... pero también podría ser algo", dijo Wendy, mostrando una ligera preocupación en su voz, "¿Podrías ir a revisar?"
Hargen suspiró al ver la expresión preocupada de su hija,
"No te preocupes, iré a revisar. También hablaré con Lucian, quizá me diga algo más"
Wendy sonrió satisfecha.
"Entonces te lo encargo, ya terminé de empacar. Iré a la sala de entrenamiento, quiero intentar llegar al nivel 3 antes de irme"
"¿No crees que deberías ir a descansar?, ya es algo tarde, sería mejor que vayas a dormir"
Wendy caminó hacia la puerta, y antes de irse, se volteó a ver a su padre, quien la miraba preocupado.
"No es suficiente, después de todo, necesito llegar al reino ascendido lo más rápido posible, ¿verdad?", Wendy le sonrió y salió de la habitación.
Hargen suspiró impotente.
Recordó el día en que le dijo a Wendy que solo le revelaría el paradero de su madre una vez que alcanzara el reino ascendido. Desde entonces, Wendy tomó la decisión de ingresar a la Secta Hoja Caída, ubicada en ciudad celeste, a un mes de viaje desde ciudad violeta. Todo con el objetivo de cultivar de forma más eficiente.
'Pero así esta bien....es por su bien', Hargen se sentía culpable por alguna razón.
Después de que Wendy se marchó, Hargen se dirigió directamente a la habitación de Lucian. Justo cuando estaba a punto de tocar la puerta, escuchó los agudos chillidos de su hijo desde el interior. Alarmado, abrió rápidamente y entró.
Allí estaba Lucian, acurrucado en posición fetal, sujetándose la mano derecha con fuerza. A su lado, el pequeño lobo se mantenía sentado, moviendo la cola frente a él como si nada hubiese pasado.
"¿Qué sucedió?", Hargen preguntó, desconcertado.
Lucian, con lágrimas en los ojos, señaló al pequeño lobo. "¡Fue ese pequeño monstruo, me volvió a morder, pero esta vez fue con odio, estoy seguro!", dijo, gimiendo de dolor.
Hargen lo observó un instante y luego dirigió la mirada hacia el lobo. Recordó lo que Wendy le había dicho: una bestia mágica que no quería alejarse de Lucian, pero que tampoco parecía querer estar con él. Al mirarlo con más atención, notó algo. Estaba a punto de formar su primera estrella de poder.
Editado: 25.06.2025