Alma gris

Las llamas del recuerdo

Lucian regresó a su habitación, en una mano tenía una carta de parte de Wendy antes de irse, y en la otra se encontraba Lulu, el pollito que Wendy siempre llevaba consigo.

Su plumaje, que antes era esponjoso y dorado, ahora parecía más delgado y sin vida. Wendy lo había cuidado desde que salió del cascarón, y Lulu la veía como su madre. Desde su partida, el pequeño no había hecho más que acurrucarse en un rincón, como si el mundo sin ella no tuviera sentido. Antes se veía gordito, pero ahora estaba muy flaquito, se veía decaído, cualquiera puede decir lo deprimido que estaba al separarse de su madre. Pero Wendy no podía llevarla con ella, un simple pollito no podría sobrevivir en un lugar donde había muchos peligros, incluso un cambio brusco en la temperatura del ambiente sería mortal para ella.

Su padre le había dicho que no ha querido comer ni beber agua, los dos sabían que no duraría mucho, por lo que Lucian se lo llevó a su habitación para ver si podía hacer algo. Más que nada porque estaba con Momo, su maravillosa bestia mágica, aunque sinceramente no esperaba mucho.

La oscuridad se extendía en su habitación, las sombras proyectadas por los muebles parecían alargarse. Los cristales de luz, usualmente vibrantes, estaban apagados, como si hubieran perdido su magia. Lucian tocó uno con los dedos, pero ahora no era más que un trozo de vidrio frío y opaco. Luego lo dejo a un lado, después de todo, su padre se encargará de eso.

Momo se encontraba en medio de las sábanas de su cama, dormida, viéndola de esa manera, se veía muy tierna, sintió que no quería despertarla e interrumpir sus sueños.

Pero solo lo sintió un momento.

Lucian se acercó a la cama y habló tranquilamente:"Momo, necesito que hagas algo por mí"

"Grrr"

Un gruñido bajo se oyó desde las sábanas. Momo apenas abrió los ojos, y lo miró irritada:"Si no es importante, te arrancaré la mano por despertarme", dijo, medio adormilada, pero aún así sonaba extrañamente tierna.

"Mira", Lucian le mostró a Lulu, dando un paso atrás como si ya anticipara la irritación de Momo.

Momo entrecerró los ojos y observó al pollito por un instante.

"¿Un simple pollito? ¿Me lo traes para que lo coma? Qué detalle, pero tal vez la próxima vez intenta no despertarme cuando no tengo hambre". Sin apenas mover un músculo, volvió a hundirse entre las sábanas, ignorándolo.

'Recuerda que esa es mi cama', Lucian suspiró, frustrado.

"No, Momo. Solo necesito que le digas que coma algo, es todo," respondió mientras rodaba los ojos.

"Entonces asumes que puedo hablar con ella solo porque soy una bestia mágica, ¿verdad?"

"¿No puedes?"

"Hmph, si puedo, tráela acá", Momo resopló y le hizo señas.

Lucian se acercó y puso a Lulu cerca de Momo.

"Pensé que te negarías"

"Solo lo hago por que es el pollito de Wendy, y ella me cae muy bien", Momo observó el estado de Lulu.

Lucian asintió ante sus palabras, y quiso acariciarla un poco.

"Grrr..."

Pero escuchó un gruñido qué le hizo retroceder su mano.

'¿Siempre será así?', Lucian estaba frustrado, solo era una acaricia en la cabeza, no tenía que mostrarse tan agresiva.

Momo cerró sus ojos y no dijo nada, parecía que estaba comunicándose mentalmente con Lulu.

Mientras ella hacía lo suyo, empezó a leer la carta qué le dejaron.

"Para mi querido hermano, cuando leas esta carta, significa que ya no estaré ahí.... espera, eso suena como que me he muerto. Quise decir que ya me habré ido de la ciudad, no te confundas. Quería agradecerte por ser un maravilloso hermano mayor, recuerdo con cariño el tiempo que pasamos juntos desde nuestra niñez, y nunca lo olvidaré. Cuando viniste a la mansión inconsciente, me asuste mucho, pensé que algo grave te había pasado, y parece que no era muy diferente a lo que imagine al principio. Al ver que no despertabas, me sentía más y más inquieta con el pasar del tiempo, ya había renuncia de ir a ciudad celeste para quedarme hasta que despiertes, pero las palabras que me dijiste en ese momento, que siguiera adelante, fueron esas palabras que me empujaron a seguir con mi deseo, y te prometo que lo conseguiré"

Lucian sintió que sus ojos se humedecían. Sus dedos temblaron mientras seguía leyendo.

"Y perdóname por no poder ir a esa cita..."

Hizo una pausa, respirando profundamente. La calidez que sentía en su pecho creció, mezclada con la tristeza de la despedida.

"La próxima vez que nos veamos, tendremos todas las citas que quieras, lo prometo"

Su corazón latía con fuerza. Esa promesa le daba fuerzas, aunque ella estuviera lejos.

"Con cariño: Tu querida hermana menor"

Las palabras en la carta resonaron en su mente, y sin poder evitarlo, las lágrimas comenzaron a brotar lentamente. Cada frase de Wendy lo hacía recordar su tiempo juntos, y una calidez envolvió su corazón como si ella estuviera a su lado.
A él ya no le importaban las cita, con solo volverla a ver, era suficiente.

"Posdata:Cuiden a Lulu, se que puede ser difícil para ella una vez que me vaya, pero piensen en ella como otro miembro de la familia, hasta pueden verla como mi hija, jejeje"

Lucian se limpió las lágrimas y negó con la cabeza con una sonrisa, eso es algo difícil.

Al ver que Momo abrió los ojos, guardó la carta en su bolsillo, ahora era el objeto más valioso que tenia.

"¿Como te fue?", Preguntó nervioso, ahora quería ayudar a Lulu más que nunca.

Momo negó con la cabeza, "Lo único que quiere es ver a su madre, no comerá nada hasta poder verla, es impasible con eso", incluso Momo suspiró resignada.

Lucian se cruzó de brazos, tenía que hacer algo, es lo único que Wendy le dejó atrás, hasta que se le ocurrió algo. Miró a Momo y dijo:"Dile que su madre regresará pronto, por lo que solo tiene que esperar"

"Ya le dije eso, y dice que no me cree si ella misma no se lo dice", Momo negó con la cabeza.



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En el texto hay: aventura, harem, cultivación

Editado: 20.11.2024

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