Varias preguntas se le cruzaron por la cabeza a Lucian, todo esto era muy extraño, ya no sabia que pensar, hasta empezó a dudar que todavía no se había despertado y solo estaba en otro sueño.
"Por tu mirada, puedo suponer que estas pensando, y te lo digo claramente, esto no es un sueño", Momo se recuperó de su sorpresa y dijo.
Lucian respiró hondo, lo mejor que podía hacer era dejar de pensar en cosas que no entiende.
"¡Tocalas, rápido!", Momo parecía muy emocionada, su curiosidad se despegó.
"¿Qué pasa si me quemo?"
"Bueno, así sabremos si queman o no"
"¿Y si me vuelvo cenizas con solo tocarla?"
"Te recordaré por siempre"
"Me harás llorar"
Lucian solo negó con la cabeza ante la descarada respuesta de Momo.
Realmente no pensó mucho si quemaban o no, después de todo, vinieron de él, algo que vino de él mismo no le causaría daño, ¿verdad?. Además que en el sueño tampoco quemaban.
Lucian acercó lentamente sus dedos a las llamas, y no sintió más que una ligera calidez. Sonrió, algo aliviado, y empezó a mover las llamas con delicadeza. En la oscuridad, las llamas bailaban sobre las puntas de sus dedos, pintando destellos rojos y azules en el aire, como un espectáculo hipnótico de luces.
"Ahora déjame tocarlas", viendo que no hay peligro, Momo también quiso tocarlos, mientras su cola no dejaba de moverse de un lado a otro.
'Esta chica....', Lucian no sabia que fuera tan sinvergüenza.
Movió la llama roja cerca de de la nariz de Momo, y ella alzó su pata delantera y la tocó, su calidez invadió su cuerpo, era algo extraño. Entonces dijo: "Ahora la otra"
"A la orden mi reina", entonces acercó la otra mano.
Momo tocó la llama azul, y también era cálida, luego volvió a tocar la llama roja, luego la azul de nuevo, una y otra vez, y en algunas ocasiones las dos al mismo tiempo, parecía un juego.
'¿Tanto le gustan?', Lucian se sorprendió un poco por lo bastante interesada que estaba Momo.
Después de un par de minutos haciendo lo mismo, Momo finalmente se detuvo, y no dijo nada.
'¿Ya se aburrió?, que linda', Lucian la encontró bastante adorable, parecía que jugaba con una mascota.
"De verdad es extraño", Momo susurró, con el ceño fruncido, parecía pensar en algo.
"¿Qué pasa?", Lucian notó que estaba muy seria de repente.
"Es la primera vez que veo esas cosas, pero siento que son tan...... familiares", Momo negó con su pequeña cabeza, por más que lo pensara, no encontraba una respuesta.
¿Era algo que olvidó por su perdida de memoria?
Ella estaba segura que si, no había otra explicación para ese sentimiento. Pero aún sabiendo eso, no pudo recordar nada.
Mientras Momo seguía pensando, Lucian se acercó a Lulu, que estaba tumbada sobre su panzita, satisfecha, parecía que comió todo lo que no quería antes, por lo que ahora su barriga estaba más grande.
Lucian movió las dos llamas en frente de ella, pero Lulu lo ignoró, y empezó a cerrar sus ojos, lista para dormir.
'¿No podía verlas?', Lucian pensó en esa posibilidad, ya que recordó que Momo le había dicho que Wendy pareció no ver esa luz verde antes. Si esas llamas vinieron de él, tiene algo de sentido que pudiera verlas, pero... ¿Y Momo? ¿Por qué ella si podía?, incluso podia tocarlas y sentirlas.
Con curiosidad, Lucian acercó la llama roja a Lulu, esperando una reacción por su parte, pero sin previo aviso, la llama roja, como si estuviera viva, entró por su cuenta al cuerpo de Lulu.
"¡¿Qué?!", Lucian retrocedió sorprendido, nunca esperó que algo así sucedería.
"¿Qué pasa?", Momo se rindió de pensar, y miró al sorprendido Lucian, que de repente tenía una mirada aterrada.
"La-la llama roja se metió de-dentro de Lulu", Lucian balbuceó.
"¡¿Qué!?", Momo también se sorprendió por lo que escuchó, y miró las manos de Lucian, y vio que solo se encontraba la llama azul.
Los dos miraron a Lulu, que no parecía darse cuenta de lo que pasa, ya que parecía que estaba dormida, por lo que soltaron un suspiro de alivio, no parecía que le haya pasado algo raro. O eso pensaron, pero de repente el cuerpo de Lulu empezó a arder en llamas rojas, convirtiéndose en una bola de fuego.
Las llamas rojas lanzaban sombras alargadas sobre las paredes de la habitación, haciendo que todo se viera surreal, como si el fuego jugara con la realidad misma. El escritorio, antes oscuro, ahora parecía brillar con un destello carmesí.
Lucian estaba a punto de gritar, pero de repente escuchó la voz de Momo en su cabeza.
'¡No grites, alarmarás a todos!', resonó la voz de Momo en su mente. Lucian parpadeó, aún sorprendido por la facilidad con la que ella se metía en su cabeza. '¿Cómo puede hacer eso tan rápido? Yo apenas puedo organizar mis propios pensamientos...'
'¡Que culpa tengo de que seas un idiota!'
'¡No leas mi mente, eso es grosero! ¡¿Entonces que hacemos?!'
'!No sé, pero haz algo!'
Lucian entonces empezó a soplar la bola de fuego con desesperación.
'¡Que tan inútil puedes ser!'
Como si respondiera al inútil intento de Lucian, la bola de fuego empezó a crecer.
El pánico llenó la habitación, haciendo que empezaran a correr en círculos mientras gritaban en sus mentes. Lucian ya se sentía arrepentido en su corazón, ya no tendría el valor de mirar a Wendy a la cara si se vuelven a ver, ¡Acaba de quemar viva a su hija!, hasta empezó a pensar en suicidarse.
'¡Cierto, agua, trae agua!', Momo gritó en su mente.
Lucian se golpeó la frente, '¿Por que no pensé en eso antes?', estaba por entrar al baño de la habitación cuando de repente vuelve a escuchar a Momo.
'¡Espera!'
'¡¿Y ahora que?!', Lucian estaba impaciente, si no se apura puede que incluso toda su habitación termine en llamas, o incluso la mansión, ahí su padre no se lo perdonaría, por varias razones.
'¿No crees que es extraño?, es cierto que vemos el fuego, pero al menos yo no siente el calor', Momo miró a donde se encontraba Lulu.
Editado: 20.11.2024