Lucian irrumpió en la habitación de su padre sin previo aviso, como era habitual en él. Hargen estaba sentado en su escritorio, sin sorprenderse en lo más mínimo por la entrada abrupta de su hijo. Sin embargo, al ver a las dos figuras sentadas en el sofá, frunció el ceño.
Lisa, con una taza de té entre las manos, lo miró con una sonrisa tranquilizadora, aunque su actitud seguía siendo algo fría.
"Veo que de verdad despertaste, me alegro por ti", dijo en tono suave, aunque su sonrisa no llegaba a sus ojos.
Brian, sentado junto a ella, asintió con la cabeza.
"Es un alivio verte bien, Lucian", comentó, su voz cargada de sinceridad.
Lucian sentía cómo la furia crecía en su pecho. Todo esto, toda esta situación, comenzó por ellos. No pudo despedirse de Wendy debido a su interferencia, y los culpaba directamente de todo lo que había pasado desde entonces. Recordó aquel encuentro en el bosque, cuando escapó de Brian, y cómo su vida cambió a partir de ese momento. Pero su padre estaba aquí, y sabía que no podía estallar en su presencia. Así que, tragándose el veneno que subía por su garganta, le dirigió una sonrisa forzada.
"¿A qué debo la visita de mis amigos?", preguntó, dejando el sarcasmo colarse en sus palabras.
Lisa resopló con frialdad, sin ocultar su irritación.
"¿Quién es tu amiga? No vuelvas a decir algo como eso en tu vida, escoria", el desprecio en su voz fue palpable.
Lucian ya no pudo más.
"¡Esta es mi casa! ¡¿No crees que me debes algo de respeto?!", escupió, lleno de indignación.
Lisa no vaciló.
"¡El respeto se gana, no se regala! Y en tu caso, debes rogar para obtenerlo", respondió con burla.
Brian suspiró, él ya había olvidado lo ocurrido, pero claramente la "víctima" no.
"Lo pasado es pasado, Lisa, por favor haz el intento de llevarte bien con él, ¿si? Especialmente en estos momentos", Brian habló con calma, no parecía el mismo que quería darle una arrastrada a Lucian cuando lo perseguía.
Lisa, molesta pero sin querer seguir la discusión, no dijo nada más y volvió a concentrarse en su té.
'Supongo que los guapos realmente tienen ventaja en la vida', Lucian pensó con amargura, convencido de que la apariencia lo era todo, incluso cuando se trataba de dominar a mujeres irracionales.
Después que las cosas se calmaron, Hargen finalmente habló:"Yo los llamé para discutir sobre algo, y veo que estás lleno de energía, supongo que si dormiste bien, ¿no?"
"Si, de alguna manera me sentía cansado", Lucian suspiró al recordar todo lo que pasó en la noche, su cansancio fue más mental que físico.
"¿Y como está Lulu?", Hargen preguntó de repente.
"Pues....", Lucian no sabia que decir, después de todo, lo que pasó anoche parecía irreal.
Después de pensarlo un momento, dijo:"Está muy bien, ahora esta totalmente recuperada, incluso parece que creció un poco", intentó sonar sincero y confiado.
"Me alegra oírlo, entonces, ¿Por qué no llevas a Momo y a Lulu a dar un paseo?, es mejor que estar encerrados aquí", Hargen sugirió con una sonrisa.
Lucian lo pensó y asintió, de igual manera necesitaba refrescar su cabeza, y esa era una buena solución, así podría pensar en una buena excusa que puede decirle a su padre con respecto a Lulu.
"Eso haré, y ya sé donde ir", después de decir eso, salió de la habitación con pasos grandes.
Después de verlo irse, Brian miró a Hargen, "¿Por que no le dijo?", parecía confundido.
Hargen miró por la ventana, afuera se veía a los niños jugar, a las personas hiendo y viniendo de un lado a otro, personas hablando, mientras que otras reían, todo parecía estar en orden. Y mientras seguía mirando por la ventana, habló: "Después de pensarlo, es mejor no decirle nada hasta que esos bastardos se vayan mañana. Así entenderá mejor la situación sin decir mucho. Además...". Hargen se detuvo, cerró sus ojos y después de un segundo continuó, "Al menos quiero que siga disfrutando de su hogar pensando que todo está bien"
La pareja cayó en un silencio pesado, con los pensamientos flotando en el aire.
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Lucian salió de la mansión y alzó la vista hacia un cielo despejado.
'!Ah!'
'¡Los siento!'
'¡Jajajaja!'
Lulu, que descansaba sobre su cabeza, estuvo a punto de resbalar cuando él miró hacia arriba. Momo, a su lado, no pudo contener la risa.
Cuando Lulu volvió a acomodarse, Lucian retomó el paso con zancadas decididas. Como si nada hubiera pasado.
"¡Mira, es Lucian! Había escuchado que estaba en coma desde hace unos días, tal parece que se recuperó"
"¿Y eso que lleva en la cabeza?, recuerdo que la señorita Wendy tenía un pollito en su cabeza, pero no creo que sean los mismo, el que lleva Lucian es más grande y de otro color"
"Todo bonito y todo chiquito el pollito, que tierno"
"Ese perrito también es lindo, se ve todo apapachable, quisiera tener uno"
"¡Kyaaa, hace tiempo que no había vuelto a ver ese perrito! Como lo quiero tanto, tal vez deba cómprame uno"
"Hermano, no grites de esa manera, y ya tenemos un perro en casa"
"Pero este es más lindo y pequeño, el otro es más feo y grandote, no me gusta"
"Hermano...."
Lucian se dirigía a un pequeño puesto de comida al este de la ciudad. Sus compañeras, pollito encantador y una perrita esponjosa, atraían algunas miradas curiosas, pero él no les prestaba mucha atención.
'¿Adonde vamos?', preguntó Momo en su cabeza.
'A un lugar donde venden comida'
'¿Ya tienes hambre?'
'Claro que si, pero creo que es mejor comer afuera por el momento, hacerlo en la mansión haría que todos se dieran cuenta de Lulu', Lucian todavía no sabia como explicar su situación.
'!Comida! ¡Tengo mucha hambre!', interrumpió Lulu, emocionada.
'Si, iremos por comida, pero, ¿puedes comer otras cosas que no sean trigo o cosas pequeñas?', Lucian estaba pensando en darle comida en trozos.
Editado: 03.09.2025