Alma gris

Intenciones

Lucian dormía profundamente. Momo descansaba sobre su pecho y Lulu, inesperadamente, se había acomodado en su frente.

Toc, toc, toc

"Joven maestro, ¿está despierto?, joven maestro....", la voz de una criada sonó tras la puerta.

Lucian no reaccionó, pero Momo sí. Con delicadeza apartó a Lulu y, sin paciencia, le dio a Lucian una bofetada con la pata.

"¿Eh....? ¿qué....?", Lucian abrió los ojos con una expresión estúpida.

'Alguien te está llamando....', Momo contuvo el impulso de golpearlo otra vez al ver su cara de idiota.

"....Dile que cinco horas más...."

'Se dice “cinco minutos más”. Y despierta antes de que entre'

"Buu....", Lucian hizo un puchero, no precisamente adorables. A regañadientes se incorporó y, tambaleándose como un zombi, abrió la puerta con torpeza.

"¿Qué pasa Fari? ¿Finalmente aceptaste casarte conmigo?....te trataré muy bien", dijo con un bostezo, esperando el rechazo.

"Por supuesto que no", Fari negó con la cabeza sin expresión, ya acostumbrada a las propuestas de su joven maestro, "Su padre quiere que lo acompañe para recibir a los invitados que llegarán pronto"

'¿Invitados?', Lucian parpadeó, hasta que recordó la conversación que había tenido con su padre.

"¿Son los de ciudad amarilla?"

"Si"

Lucian soltó un suspiro de fastidio.

Hanz y Hector Velon.

El alcalde de Ciudad Amarilla y su hijo. No cabía duda de que no venían con buenas intenciones.

Tras la partida de Fari, Lucian se vistió de mala gana, como si se preparara para recibir a un par de ratas. Después miró a sus compañeras.

"Las dos se quedan aquí. Aunque me encantaría presumir delante de esos tipos que tengo un par de bestias mágicas, solo generaría problemas innecesarios"

'¡Pero yo quiero ir!', Lulu agitó la cabeza con terquedad.

"No", Lucian negó con firmeza, "Primero deja que esos dos se vayan. Además, hoy pienso contarle a mi padre lo que te pasó; me crea o no, no puedo hacer nada"

No sabía cómo reaccionaría su padre al escuchar lo de Lulu, pero, fuese cual fuese la reacción, era mejor decírselo en privado.

"Prométanme que no saldrán de la habitación sin mi permiso", pidió, mirándolas con seriedad.

"A mí me da igual; esos tipos no suenan a nada más que problemas", dijo Momo, encogiéndose de hombros con indiferencia.

"….Si papá lo dice, lo prometo", Lulu murmuró con desgano.

Lucian suspiró con un atisbo de remordimiento y suavizó el tono.

"Cuando vuelva, te contaré algunas historias de tu madre. Créeme, en el pasado ella era un poco torpe"

"¡Sí, cuéntame de mamá!", Lulu olvidó su frustración y se animó de inmediato.

"Yo sigo aquí contigo", añadió Momo, mirando a Lulu, "Volvamos a tener una charla de chicas como anoche"

Con un gesto, le indicó a Lucian que se marchara. Él asintió y salió.

Lucian bajó las escaleras y vio a su padre conversando con Brian y Lisa, quienes portaban sus armas: la lanza y el arco con su carcaj de flechas.

Hargen, al percatarse de él, le hizo señas para que se acercara.

"¿Qué hacen estos dos de nuevo aquí? ¿No tienen casa?", gruñó Lucian con fastidio, dirigiendo una mirada incómoda hacia la pareja.

Lisa frunció el ceño con molestia.

Para evitar un pleito tan temprano, Hargen habló primero.

"Ellos están aquí como precaución. Te ayudarán si ocurre algo indeseable con Héctor"

"¿A qué me ayudarán? ¿A rendirme?", Lucian se burló. Claro, ellos eran más fuertes que él, pero contra un mago no tenían ninguna oportunidad.

Recordó esa aura roja de Brian. Era extraordinaria, pero si lo dejaba agotado con solo un uso, no servía de mucho. Y en cuanto a Lisa, no parecía tener nada parecido.

'Es cierto… olvidé preguntar por qué Brian puede usar esa aura. Si no recuerdo mal, solo los caballeros pueden hacerlo. Bah, qué importa….", Era demasiado perezoso como para molestarse en indagar.

Justo cuando Lisa estaba a punto de explotar ante sus burlas….

"¡¡Keeeeeeeerhhhhhh!"

Un chillido estruendoso rasgó el cielo, alarmando a toda la ciudad.

"¡¿Qué es eso?!"

"¡Es un ave!"

"¡No, es un avión!"

"¡Idiota, es un ave, ¿Y qué demonios es un avión?!"

"...."

Hargen salió de inmediato de la mansión, seguido de los demás. Al alzar la vista y ver la criatura que descendía, entrecerró los ojos. En la espalda del ave podían distinguirse dos figuras.

'¿Cómo pudo ese maldito controlar ese halcón blanco?'

El halcón blanco era, como su nombre lo indicaba, un ave de plumaje níveo y gran tamaño. Su mayor característica eran sus alas poderosas, que le permitían volar más rápido de lo que su nivel de cultivo debería permitir. Una bestia demoníaca feroz y mortal.

Hargen no recordaba que Danny hubiera mencionado algo de una bestia semejante. Lo más probable era que Hanz lo hubiera encontrado y domado en apenas unos días.

¿Cómo puedo hacerlo en tan poco tiempo?

Lucian observó con un nudo en la garganta cómo la majestuosa criatura descendía con imponencia, como un monarca que pisa tierra. Tragó saliva y su cuerpo tembló.

¿No era una situación un poco demasiado peligrosa?

"¡Kyaaaa!"

Pero el dulce sonido de gritos de chicas avergonzadas abrazó su oído. Lucian giró la cabeza y vio a las chicas que usaban falda aferrarse desesperadamente a sus prendas para evitar que el viento las levantara.

"¡Oohhhh!"

El espectáculo arrancó exclamaciones, y no solo de Lucian: varios hombres abrieron bien los ojos, sin querer perderse detalle.

Lucian sabía que no era el momento, pero no pudo evitarlo; gracias a eso, su temor se disipó. De reojo miró a Lisa, que observaba con seriedad el descenso de la bestia, y frunció los labios.

Se olvidó de que ella no usaba falda.

"¡.....!

De repente, una mano lo tomó de la cabeza y lo obligó a mirar de nuevo al ave. Lucian reconoció al instante a su dueño y mostró una sonrisa inocente.
Era Brian.



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En el texto hay: aventura, harem, cultivación

Editado: 03.09.2025

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