Al ingresar a la mina, Hargen y Hanz fueron recibidos por saludos cálidos, aunque solo para Hargen, ya que cuando vieron a Hanz, sus rostros de disgusto se reflejaron claramente, pero de igual manera lo saludaron. Hanz resopló fríamente, ignorandolos.
Mientras caminaban, se escuchaba el eco constante de martillos golpeando la dura roca y los gritos coordinados de los capataces que supervisaban a los trabajadores. Las paredes de la cueva brillaban tenuemente, iluminadas por los cristales mágicos incrustados en la roca, cuya luz fluctuaba en la mina, creando un ambiente entre lo místico y lo agotador.
Grandes vigas de madera sostenían los túneles, y linternas de aceite colgaban de las paredes, aunque la luz de los cristales mismos proporcionaba un brillo suficiente para guiarse. A lo largo del túnel principal, largas vías de hierro servían para transportar los cristales extraídos. Carritos metálicos, llenos de cristales blancos, en otros se podían ver solo cristales rojos, azules, amarillos y verdes, se movían con un chirrido constante, empujados por equipos de trabajadores sucios, sus rostros cubiertos por una mezcla de hollín y tierra.
En el centro de la mina, un grupo de supervisores y guardias vigilaban las operaciones, manteniendo el control del ritmo de trabajo y asegurándose de que ningún cristal valioso desapareciera. En pequeños puestos colocados dentro de la mina estratégicamente, se encontraban personas que pulian y clasificansolos cristales inmediatamente después de ser extraídos, dividiéndolos en categorías según su color, pureza y tamaño.
Sorprendentemente no hacía calor, el ambiente era fresco, incluso algo frío. Los trabajadores, aunque desgastados por la faena, mantenían un murmullo constante de charla animada mientras intercambiaban turnos en las zonas de excavación.
Algunas personas sostenían cristales azules en sus manos, desprendiendo una energía fría, que se extendía a toda la mina, haciendo que el calor desaparezca dentro de la mina dando un ambiente más cómodo.
A medida que Hargen y Hanz avanzaban por el corredor principal, notaban que algunos cristales brillaban con mayor intensidad que otros, señal de que estaban cerca de una veta particularmente rica. Las vetas principales estaban protegidas por grupos de guardias armados, debido al alto valor de los cristales más puros.
El sonido metálico de los carritos, el crujir de las rocas al romperse y el zumbido bajo que emanaba de los cristales formaban un ambiente vibrante. Todo en la mina giraba en torno a la explotación del mineral, pero también otorgando un ambiente sano y agradable.
'Los guardias son solo personas normales, y los magos que clasifican los cristales o los que enfrían el lugar no pasan del nivel dos', Hanz pensó para si mismo mientras veía los alrededores.
Hargen miraba a los hombres cansados, pero satisfechos, con un dejo de orgullo. Mientras tanto, su mirada volvía a Hanz, quien escudriñaba el lugar con una calma desconcertante.
La región sur llamaba a Hargen el santo de las minas, cuidaba a sus trabajadores, les daba buena ganancia, y les otrogaba un ambiente de trabajo agradable.
En cambio a Hanz Velon lo llamaban el demonio de las minas, explotaba a sus trabajadores, su paga era pésima, y su ambiente de trabajo era un desastre, tanto que morían mínimo dos personas al mes por el cansancio extremo y el calor. No permitía que nadie use los cristales, según él, cada uno es más valioso que sus vidas.
Hargen solo podia suspirar, tenía su propia gente a la que cuidar, pero ahora de la nada parece que Hanz quería su mina, siendo así, debería ver todo el lugar con codicia, pero parece que no le daba importancia. Por lo que estaba seguro que ese no era su objetivo.
Todo cambió el año pasado, en la fiesta de Wendy, desde ese momento su comportamiento se volvió sospechoso, lo único que pudo pensar es que busca algo ajeno a la mina en ciudad violeta, ¿Pero qué?....
Hargen no pudo pensar en nada, solo que ese viejo sabe algo que él desconoce.
'De igual manera, necesitaré a Danny conmigo, solo espero que todo salga bien de su lado, una vez que acabe con el espía y deje a Wendy en la secta debería volver enseguida, mientras pasa eso les dejaré a Lucian a Brian y Lisa para que lo mantengan a salvo', Hargen pensó en sus hijos.
'Estaré satisfecho con ustedes a salvo'
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"¡Voy a matarte, Lucian!", los puños de Hector se cubrieron de fuego, alejando a Lucian.
Recientemente aprendió apenas la primera etapa de la técnica que su padre le dio hace mucho tiempo, puño llama, pero sabía que eso no era suficiente para Lucian, por lo que hizo avanzar a la siguiente etapa de la técnica, brazos ardientes.
El fuego en sus puños empezó a subir por su brazo, cubriendolo de fuego, hasta detenerse un poco por encima de los codos, en el proceso, sus mangas fueron quemadas.
'Un 50% es suficiente para la segunda etapa, si avanzo más seria peligro hasta para mi', Hector sabia que es gracias al collar que tenia que podía usar la segunda etapa de la técnica. Era una reliquia de grado medio, capaz de almacenar poder espiritual, el usuario podía usar esa energía como una batería externa, por lo que no se cansará aún si se agota por completo, y como fue su padre quien puso su poder espiritual, y siendo también un mago de fuego que a cultivado la técnica de puño llama hasta la tercera etapa, su propia técnica se ve incrementada, haciendo que suba hasta la segunda etapa usando el 50% de la energía del collar.
Lucian sintió el peligro, por lo que no volvió a acercarse, ya era muy consciente de la situación, más que nadie estaba sorprendido de la fuerza que tenia, pero no era tiempo de pensar en eso, vio al rededor y notó que Brian y Lisa ya había alertado a la gente para que se fueran, mientras Hector se acercó rápidamente, con sus brazos en llamas, Lucian se dio cuenta que era peligroso enfrentarlo de frente ahora. Pero extrañamente no tenía miedo, los golpes de fuego que venían por él eran lentos, podía ver cada movimiento de sus brazos, y mientras lo hacía movía ligeramente su cuerpo para esquivar con gracia sus ataques.
Editado: 20.11.2024