Alma gris

Nos vemos luego

Al norte del pueblo Sordo, un carruaje escoltado por tres jinetes esperaba en silencio. En uno de sus costados, Wendy le entregaba una carta a Mía.

"Si alguna vez vas a Ciudad Violeta, dale esto a mi padre. Él sabrá que eres mi amiga y te tratará bien", dijo Wendy, extendiéndole el sobre.

Luego, sin previo aviso, la abrazó.

Mía se sorprendió, pero pronto sonrió y le devolvió el abrazo con ternura.

Mientras ambas compartían ese momento, los escoltas empezaron a susurrar entre ellos.

"Es hermoso ver que la joven maestra finalmente ha hecho una amiga", comentó Poyun, sonriendo, "Antes solo estaba con el joven maestro o centrada en su cultivo. Nunca tuvo amistades en la ciudad"

"Sniff... sniff... se le salen a uno las lágrimas", dijo Nen, limpiándose los ojos con dramatismo.

"Pero esa amistad no significa mucho a estas alturas, es poco probable que se vuelvan a ver", Yuta en cambio fue tosco con sus palabras.

"¡Cállate!", Nen y Poyun gritaron al unísono, ¿Cómo es posible que no pueda leer el ambiente?

".... ¿Por qué?", Yuta los miró confundidos, simplemente estaba siendo realista.

Tras un largo abrazo, las chicas finalmente se separaron.

"¿Crees que podremos vernos de nuevo en el futuro?", preguntó Wendy, que había escuchado claramente los murmullos del trío. Sus sentidos eran ahora mucho más agudos. Y lamentablemente, sabía que Yuta tenía razón. Una vez en la secta, volver sería complicado, y aunque lo hiciera... quizás Mía ya la habría olvidado.

Era una amistad efímera—

¡Golpe!

"¡Ay!"

"¿Qué tanto piensas?", Mía retiró su dedo, sonriendo con picardía, "¿No tenías algo que decirme?

Wendy se frotó la frente, sorprendida por el golpe. Pero las palabras de Mía hicieron que su ánimo mejorara.

"Eso dolió, ¿sabes?"

"Alguien me enseñó que un delicado golpe en la frente ayuda a enfocarse"

Wendy esbozó una sonrisa.

Sí, así debía ser.

"El poco tiempo que compartimos jamás lo olvidaré. Sinceramente, quisiera que vinieras conmigo, pero siendo una persona normal... sería demasiado peligroso para ti"

"Espero que la próxima vez que nos veamos, no me hayas olvidado… ¿Me lo prometes?", preguntó Wendy, jugueteando con sus dedos con timidez.

Mirando a la niña siendo tímida al decir esas palabras, la mirada de Mía se llenó de calidez.

"Mmm... eso será difícil", dijo, fingiendo preocupación.

Wendy bajó la mirada, visiblemente decepcionada.

"¡Ya sé!", exclamó Mía, levantando su dedo meñique.

Wendy entendió al instante lo que intentaba hacer, y levantó el suyo también.

Ambas entrelazaron sus dedos.

"Prometo no olvidarte, y también estar siempre pendiente de ti", dijo Mía con una sonrisa resplandeciente.

"Jejeje, ¿cómo piensas hacer eso?", rió Wendy entre dientes, sabiendo que lo decía para animarla.

"Tengo mis métodos", respondió Mía con una sonrisa misteriosa.

"Ahora es tu turno. Solo quiero que me prometas una cosa", dijo, levantando un dedo de la otra mano.

Wendy asintió con entusiasmo. Aunque pareciera infantil, para ella este gesto significaba mucho. Esperaba que también lo fuera para Mía.

"Aléjate de personas con cabello y ojos celestes", dijo Mía, con los ojos cerrados, como si fuera un consejo casual.

"¿Mm?....claro, si tú lo dices......lo prometo", Wendy la miró de manera extraña.

¿Era una metáfora o era literal?

Estaba por preguntarle cuando Mía soltó su dedo.

"Espero que cumplas tu promesa, así como yo cumpliré la mia", Mía asintió con la cabeza, satisfecha. Luego añadió, "Será mejor que se vayan, no quiero que sigan atrasandose por mi culpa", después de eso miró a Danny con una expresión de disculpa.

"Ya te dije que tenemos tiempo, no hay prisa", respondió Wendy, negando con la cabeza.

Mientras las dos chicas hablaban, Yia le hace señas a Danny para que se acercara.

"¿Qué pasa?", Danny acercó su oreja.

"Mi mami dice que ya nos vayamos, o nos perderemos la sorpresa que nos preparó en el camino", dijo Yia en voz baja, pareciera que estaba diciendo un gran secreto.

'¿Sorpresa?', Danny levantó una ceja, no dijo nada de eso el día anterior. Pero viniendo de esa mujer, podría esperar cualquier cosa.

Estaba de muy buen humor.

Después de todo, la señora si tenia otra de esas milagrosas píldoras, y dijo que cuando viera a Hargen se la daría.

Ayer fue un gran día.

Con eso en mente, alzó la voz.

"Wendy, lamento interrumpirte, pero tenemos que irnos"

"¿Ehh?", Wendy lo volteó a ver, no es como había dicho antes.

"Con que es así, es mejor hacerle caso, ten por seguro que nos volveremos a ver, así que no te preocupes por eso y ten un buen viaje", Mía parecía triste, pero no había nada que pudiera hacer.

".....Pero....",Wendy parecía reacia a irse de inmediato.

Viendo su expresión, Mía le acarició suavemente la cabeza, parecía que trataba con su hermana menor.

Wedny cerró sus ojos, y con una sonrisa tierna disfrutó el momento.

Entonces Mía retiró su mano, la volteó con suavidad y le dio un leve empujón.

"Ten un buen viaje", habló suavemente, luego miró al grupo y, "Se las encargo, chicos. Cuídenla bien"

"¡Por supuesto, lady Mía! ¡Déjenosla a nosotros!"

El trío proclamó con orgullo.

Danny solo asintió con una sonrisa. Yia, por otro lado, guardaba un inusual silencio.

Una vez en el carruaje, Wendy volvió a mirar a Mía.

Fue poco tiempo, pero extrañamente sintió que estaba separándose de una amiga de toda la vida.

Desde el primer momento, había sentido una extraña conexión con ella. No sabía qué era exactamente, pero le gustaba ese sentimiento.

Ella prometió estar siempre pendiente de ella, lo cual era imposible. Sabía que solo estaba intentando hacerla sentir mejor. Pero eso es todo.

Y esa advertencia sobre personas con cabello y ojos celestes… ¿acaso era una broma?



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En el texto hay: aventura, harem, cultivación

Editado: 25.06.2025

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