Con los ojos cerrados, Wendy aguardó su final.
No pensó en recuerdos ni en despedidas; solo deseó que la muerte llegara rápido, sin dolor. Aunque, en el fondo, muy en el fondo, dudaba que ser cortada en pedazos pudiera considerarse indoloro.
Pero, en lugar del dolor, sintió una suave brisa envolviéndola por completo durante un instante.
"......"
‘¿Ya estoy muerta?’
Al no escuchar nada, abrió un ojo con cautela. Para su sorpresa, todos la miraban en silencio.
Se miró el cuerpo, sin heridas visibles y en una pieza.
"Haah...", sus piernas no la sostuvieron más, y cayó al suelo. Lágrimas silenciosas comenzaron a correr por su rostro angustiado.
Había sobrevivido.
Estaba convencida de que Danny la había salvado. Sintió el corazón agitado, colmado de emociones contradictorias. Cuando todo esto terminara, pensaba reprocharle a Danny su crueldad de enviarla a casi morir.
“O-oye, tú…¿estás bien?”, Danny tartamudeó al pronunciar la pregunta.
¿En serio podía preguntarle eso después de todo lo que pasó?
¿Siempre había sido así de insensible?
Wendy no pudo contener más la frustración y lo enfrentó con la mirada.
“Tío Danny…aunque me hayas salvado, todo esto es tu culpa”
“...Yo no fui”
“¿Eh?”
“Yo no fui quien te salvó…ninguno de nosotros lo hizo”
Wendy frunció el ceño, incrédula.
¿Estaba bromeando justo ahora?
Al ver la mirada de decepción en su rostro, Danny se apresuró a explicar.
“¡Nadie pudo hacer nada! Ese ataque…simplemente desapareció cuando te tocó”
“……”
Wendy frunció el ceña, la ira comenzó a invadirla por dentro. Pero antes de cualquier cosa...
Su núcleo comenzó a palpitar con fuerza, como un tambor resonando en el vacío. Wendy de inmediato miró dentro de ella, y no pudo creer lo que vio.
La estrella más pequeña se hizo más grande y con ella su brillo, hasta ser igual a las otras tres, como una joya recién nacida. Ahora tenía cuatro estrellas de poder completas.
Todos se quedaron sin habla.
Incluso el tigre, en la distancia, abrió mucho los ojos. Podía sentir como aumentó su nivel de cultivo, pero lo que más le sorprendió fue que su habilidad innata: Garras de viento crecientes...
¡No le hizo nada!
Es más, hasta parecía que esa humana absorbió su ataque para aumentar su cultivo.
"E-esto..."
"¿Qué acaba de pasar?"
"Es imposible"
El trío estaba aturdido, sin saber que pensar.
Danny parpadeó varias veces, incapaz de creerlo. Pero luego miró a Yia que se dirigía hacia ellos.
¿Tal vez ella sepa algo?
Después de todo, fue ella quien planeó todo esto.
Pero la más sorprendida era Wendy. Dudaba incluso de que su propio cuerpo le perteneciera. Empezó a tocarse los brazos, la cara, el torso, asegurándose de que seguía siendo ella misma.
Al confirmar que sí lo era, se rascó la cabeza, confundida...y al final, se encogió de hombros.
Si no entendía ahora, ya lo hará después.
Ahora que era nivel cuatro, podía sentirlo claramente: su repertorio de técnicas disponibles se había ampliado.
¿Era por su nivel de cultivo? ¿O se debía a otra cosa?
Hasta ahora, solo había usado técnicas de nivel básico o medio.
Pero ahora…las técnicas de nivel alto estaban abiertas para ella.
Como por ejemplo...
"Disco cortante"
Una técnica de nivel alto.
Una esfera de viento se formó en su palma, vibrando con intensidad, hasta que se aplanó y comenzó a expandirse.
Los pelos del tigre se erizaron, sintiendo el peligro mortal. Con desesperación saltó hacia el cielo, queriendo escapar.
No tenía otra opción
No podia matar a nadie.
Cuando se preparaba para dar su tercer salto, de pronto el mundo giró bruscamente. Sintió cómo el suelo desapareció bajo sus patas y la gravedad la arrastró.
Al final, lo último que vio fue como su cuerpo sin cabeza aterrizó junto a él.
El cadáver decapitado del tigre yacía frente a Wendy, pero esta giró el rostro, incapaz de soportar aquella visión.
Por primera vez...mató.
Observó sus manos temblorosas. Como si su cuerpo entendiera algo que su mente aún no procesaba.
Matar o morir.
Presa o depredador.
Aprender esos términos escuchandolo era una cosa, pero experimentarlo era otra.
Había estado a punto de morir…y acabó quitando una vida al final.
"Toma, cómelo. Seguro te hará sentir mejor", la tierna voz de Yia rompió el silencio.
Wendy la miró, aún aturdida. En sus pequeñas manos, Yia le ofrecía un núcleo de bestia. Era de un verde claro, señal clara de su origen elemental.
Los núcleos elementales tenían colores vivos, acordes al elemento: rojo, azul, verde, amarillo, blanco o negro.
En contraste, los demoníacos siempre eran de un tono celeste oscuro.
El que le estaba dando Yia era de un color verde claro, claramente era el núcleo del tigre del cielo.
"¿Qué quieres decir con comerlo?, deberías saber que los núcleos no pueden comerse directamente, moriría siendo tan débil"
Wendy negó con la cabeza. Hasta alguien como ella, sin experiencia en el mundo, sabía algo tan básico.
Yia negó con la cabeza, "Mi mami dijo que estas sorpresas son regalos. Los toros fueron un regalo de una primera experiencia en batalla", Yia ladeó la cabeza mientras hablaba.
"El tigre tan solo sería un regalo, pero al tener dos habilidades innatas, ¡fue un total de dos regalos!", Yia le mostró el signo de paz con sus deditos.
"¿Dos regalos...?", Wendy suspiró. Ya no intentaba entender del todo, solo la seguió el juego, "¿Y qué regalos se supone que me dio?"
"Conocimientos y habilidades de primera mano", afirmó Yia con orgullo.
"¿Conocimientos? ¿Habilidades?...explícate, no entiendo nada"
"¿Cómo crees que subiste de nivel?", Yia se rió entre dientes, disfrutando de la atención.
Wendy lo pensó un poco, simplemente sucedió de nada, por lo que no tiene idea.
Editado: 03.11.2025