Alma Maldita. Más allá de la muerte 2

Capítulo 27: Fantasma

Capítulo 27:
Fantasma
 

Sus ojos malditos, 
suplican ser liberados.


Capítulo 27:

 


 


 


Danna

Observo la pulsera de cuarzo violeta en mi mano derecha, es parecida a la que me coloco Estela antes de que entráramos a casa de mi hermana, cuando Danny intento hacerse con el cuerpo de Amaia pero termino con el mío. En ese momento no supe cuál era su función con exactitud estaba más pendiente de encontrar a mi amiga de lo que llevaba en la mano. Ahora la señora Carina me lo ha explicado.

Esas pulseras son hechas dependiendo para que será utilizada, en aquel momento la que me fue entregada era una especie de enlace entre mi cuerpo y mi alma, y hubiera funcionado si yo no me hubiera interpuesto entre Amaia y Danny. Sin embargo, mantuvo el enlace aun cuando estuve fuera de mi cuerpo, una de las razones por la cual estuve dos meses fuera de mi cuerpo y aun así pude regresar.

La que llevo ahora me la entrego la señora Carina, esta conjurada para permitirnos entrar al pueblo fantasma, y protegernos de las almas corrompidos por la oscuridad. Como una barrera para que los muertos no consigan entrar a nuestros cuerpos.

Ya ha amanecido y el auto comienza a bajar la velocidad por los baches en el asfalto. Un momento de déjà vu asalta mi mente. No es la primera vez que me encuentro en esta carretera.

La primera vez, fue cuando Nick y Miguel se encontraban en problemas, y tuve que venir con Estela a buscarlos. Recuerdo como sus manos parecían unirse al volante, ella estaba tan molesta ese día por el peligro que representa este lugar. La segunda vez, seguí a Cristal y terminamos aquí. Un carro fantasma nos atravesó en medio de la carretera, para luego terminar frente a esa casa abandonada. Ella estaba dispuesta a entregarse por completo al espíritu malévolo que creo este pueblo, había hecho un trato con Esther. Un trato y una maldición que ahora intentamos rompe.

Este pueblo fantasma tiene su historia, a Miguel le costó un poco contar la trágica muerte del esposo de su hermana, sin embargo término aclarado todas las incógnitas que ese hombre me dejo: “No es la primera vez”, y así fue.

Esther murió en 1984, sacrificada por sus propias amigas.

Su muerte se convirtió en la maldición de mi familia. Ella se quedó atascada en este mundo, confundida por una muerte que no recuerda. Se presentó ante su madre, exigiendo que la regresaran a la vida.

Miguel recordó esos años en que su madre entro en locura con melancolía. Esther se convirtió en un tormento para sus padres después de muerta. Como dio con mi madre y Anabel es incierto para nosotros, quizás ella se dio cuenta de cómo fue que realmente murió y busco a las personas que le quitaron la vida para que se la devolvieran. Hay muchos vacíos en la historia que solo mi madre y la propia Anabel pueden llenar.

Mi madre, Elizabeth estaba embarazada por segunda vez—es decir, de mi hermana Elena— y para el momento de su nacimiento Esther estaba a la espera de un cuerpo para retornar a la vida, y fue justo allí donde comenzaron las desgracias para mi familia.

Mi madre se arrepintió en el último momento en medio de un ritual muy peligroso. Engañara la muerte es una práctica oscura y peligrosa, y en el momento en que mi madre saca a Elena siendo una recién nacida del ritual Esther atrae toda esa fuerza oscura que le daría vida y la convierte en un alma oscura, un alma maldita sobre la tierra. Sedienta de sangre y venganza.

Esa noche Anabel mantuvo a salvo a mi madre y mi pequeña hermana, rompió el ritual y abandonaron el pueblo.

Quizás pensaron que allí se había acabado todo, y que Esther jamás volvería.

Pero Esther ya era un espíritu errante, con demasiado odio guardado en su alma. Solo necesito de una noche para acabar con toda vida que existía en el pueblo. El ritual que Anabel comenzó para traerla a la vida término siendo un canal para arrebatar almas y maldecir una tierra.

El amanecer revelo una ola de muerte sin explicación. Los pueblos cercanos no se atrevieron a mover los cuerpos y darles sepultura, el miedo sobre lo que pudo haber pasado hizo que la leyenda de un pueblo fantasma cobrará vida.

Pasaron los años, y Esther se convirtió en un problema para Miguel y su hermana. Fue cuando comenzaron a indagar el pasado de su propia familia. Todo comenzó con Cristal siendo una niña y teniendo sus primeros contactos con los muertos. El primer espíritu que entro en su cuerpo fue el de su abuela, una abuela que nunca conoció.

Su llegada fue para advertirlos sobre el peligro que representaba Esther, también pedía que la detuvieran antes de que lastimará a la niña.

Esa niña poseída por el demonio por el cual el esposo de Estela murió, era Cristal su propia hija y no fue un demonio quien la poseyó fue su tía, Esther.

Todo termino en una tragedia, un padre murió en lugar de una hija. Y ahora estamos en la misma situación, solo que con mucha más complicaciones.

—Hemos llegado —anuncia Miguel al tiempo en que se detiene el auto.

El pueblo es espectral bajo la luz del sol.

—Cristal está aquí y hay que acabar con todos los fantasmas. ¿Cómo vamos a hacer? —pregunta Thomas.

Él también lleva una pulsera como la mía. Pero no logro ver si Miguel lleva una.

—Ustedes dos encárguense de los fantasmas mientras yo comienzo el ritual para liberar a Cristal —dice mientras abre la puerta del auto.

Algo dentro de mí no está de acuerdo con ese plan, pero no lo cuestiono en voz alta. Lo veo bajarse y caminar hacia el pueblo. Ni siquiera se detiene para esperarnos.

—Nos está ocultando algo—dice Thomas siguiéndolo con la mirada.

—Lo sé —murmuro.

Dejamos el auto. Sostengo la daga en mi mano. Hoy no hay ramas, solo una daga, una pulsera en mi mano y esa oración de san Miguel Arcángel rondando mi cabeza como una música celestial. En cambio, él lleva un par de cuchillos en un cinturón.




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