Alma Maldita. Más allá de la muerte 2

Capítulo 1: Pueblo fantasma

Capítulo 1:

Pueblo Fantasma

 

  Cuando crees que todo acabo,

pero en realidad apenas ha comenzado...

El pasado siempre terminara siendo

parte del presente.

   Nick

 

La carretera, una vía desolada y descuidada, densos árboles se extienden a cada lado como barreras que estrechan el canal más de lo que en realidad es. A cada, pocos metros nos encontramos con un bache en el asfalto, eso, nos ha retrasado. Ya deberíamos haber llegado al pueblo; que, por lo visto, a juzgar por la carretera debe estar igual de abandonado.

Mi teléfono no deja de vibrar sobre mi pierna. Mi madre debe estar como loca llamando y se pondrá peor cuando sepa hacia donde voy y, no obstante, con quien me encuentro.

Mi familia pertenece a un antiguo linaje que se hacen llamar hijos de la muerte, cazadores de almas malditas… las mismas que se han condenado así misma a permanecer en este mundo, o, por el contrario, deambulan como perros con cadenas.

La muerte es lo único que el hombre no ha podido explorar, ese es universo que solo quien ha partido de este mundo puede descubrir lo que lo hace un viaje sin retorno. Mientras que para unas religiones el alma o espíritu deja de existir una vez que abandona el cuerpo, para otras, la vida después de la muerte es un pronóstico anhelado. La realidad es que nadie lo sabe con exactitud.

Ni siquiera nosotros que somos una extensión del ángel de la muerte sobre la tierra para contener el daño que causa la humanidad sobre sí mismos por medio de la magia.

Lo que sí puedo asegurar es que algunas almas deciden permanecer en la tierra ya sea por odio, rencor o porque un ser vivo les mantiene atados a esta existencia. En mis veintidós años, me he dado cuenta de que la palabra maldad carece por si sola del peso que representa, ha sido el hombre que por infinidades de razones ha desatado la maldad por el mundo.

Una maldad silenciosa que está lejos de usar armas de fuegos u objetos punzantes para lastimar, y todo se reduce a una palabra que termina siendo un arma de doble filo. Usada para ayudar y también para lastimar, mucho más para dañar.

La brujería es un término muy amplio usado en muchas culturas, en muchos países. Aquí en Venezuela existen varias religiones, por así decirlo. No importa en qué estado, ciudad o pueblo del país te encuentres, practicantes del espiritismo, ocultismo o como quieran llamarlo, están en todas partes. Y, estamos para limpiar el desastre.

Todo es un equilibrio, no existe el bien sin el mal, ambos van de la mano junto a la humanidad, pero en ocasiones el hombre cruza líneas que causan desastre que ni ellos mismo pueden controlar. A eso me dedico a desterrar almas errantes que han sido condenadas por el hombre. También poseemos algunos dones, que deben ser usados con responsabilidad para asumir las consecuencias que se puedan producir. Nunca se sabe, el mundo espiritual es un laberinto de posibilidades.

Cristal, mi hermana menor, es una vidente capaz de comunicarse con los muertos y permitiéndoles que usen su cuerpo.

En mi caso, prefiero ser un cazador, eso no quiere decir que no maneje encantamientos y rituales, mi madre me ha instruido muy bien en la labor familiar, en ocasiones es necesario realizar protecciones y sin conocimientos no es mucho lo que se pueda hacer. Nos hemos dedicado desde siempre a cazar muertos, entidades malignas, espectros o como les quieran llamar.

Mi madre se dedicó toda su vida a ser una cazadora, pero desde la muerte de mi padre, es más una bruja en toda la extensión de la palabra, hace lecturas de tabaco y cartas, rituales de invocación, destierros… Conoce lenguas antiguas con las que puede conjurar, para la limpieza y purificación de un cuerpo que ha sido poseído por algún demonio o entidad maligna (un alma corroída por el mal generado por un practicante de magia negra). Pero su habilidad predilecta es muy rara, ella puede mirar el pasado con un solo toque.

El teléfono continúa vibrando sobre mi pierna hasta que se queda quieto. Tendré problemas cuando regrese a casa de eso no hay duda.

Mi madre, le quito el habla a su único hermano cuando mi padre murió. Sigo sin entender por qué.

Ni siquiera sé por qué he aceptado en venir, o bueno si lo sé, necesito alejarme de Danna, necesito mantener mi mente ocupada para no tener que pensar en ella.

Desde lo que ocurrió en la casa de su hermana Elena, comenzó a comportarse de manera extraña. Al principio no le di importancia, no sé lo que ocurrió con su hermana, pero estoy seguro de que no fue un reencuentro familiar. Han pasado dos meses desde ese entonces, se retomaron las clases en la universidad y me mando al diablo sin explicación. Y no solo a mí, también a sus amigos, Alexis y Amaia, aún deben estar persiguiéndola por los pasillos, llegándole a su casa, intentando comprender lo que le ocurre, pero para mí fue suficiente con verla de brazos con Robert.

Ahora es novia de ese imbécil, quien anda detrás de ella como perrito faldero, no se le despega ni un solo segundo, los pocos instantes que tuve para hablar con ella término humillándome, y me cansé de estar rogándole, está bien claro con quien quiere estar. Aunque eso no me ayuda para dejar de pensar en ella, maldita sea, tengo que admitir que estoy perdidamente enamorado de esa chica.




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