Alma Maldita. Más allá de la muerte 2

Capítulo 5: Sombra tétrica

Capítulo 5: 

Sombra tétrica 

Regresar a la vida, despues de la muerte

es un calvario que el alma condenada

busca desahogar. 

Danna

Observo como los estudiantes ingresan a las instalaciones de la universidad.

Pase toda la noche vagando por las calles cercanas a mi casa pero no tuve el valor de acercarme. Sé que es ilógico pero Danny todavía me causa miedo, terror. Solo pensar en ella arrastrando a mi yo de cinco años por el pasillo de mi casa me cohíbe de acercarme. Dos meses, han pasado dos meses y nadie se había dado cuenta. Lo que significa que se ha adaptado muy bien en mi vida, en mis actividades… y mis sobrinos, ni siquiera ellos se han dado cuenta de que quien está con ellos es la misma persona que mato a su madre y hermana.

Un fantasma asesino, aunque no lo crean es así.

Por la entrada principal pasa un auto que conozco perfectamente, es mi auto. Sin pensarlo me oculto entre unos arbustos. Nadie puede verme pero Danny, ella podría ser un caso especial así como mis amigos.

Ella se baja del auto con un par de libretas en mano. Mi cabello ondulado está recogido en un improvisado moño que ha dejado demasiados cabellos sueltos. Por lo menos no ha cambiado mi estilo al vestir, lleva jean ajustados, una blusa tres cuarta de rayas, negra y beis, y unas zapatillas negras.

Pasa cerca del arbusto y se detiene, una sonrisa malévola se dibuja en mis labios, porque es mi cuerpo el que anda por ahí sin mí, se gira un poco y observa el arbusto como buscándome. Me agazapo más contra el suelo, temblando de miedo, si es que eso es posible. Sus ojos son los mismos de esa niña sedienta de sangre. Es lo único que la diferencia de mí.

— ¡Danna! —susurra mi nombre y se aleja.

No necesitó verme para saber que estoy aquí. Debo controlar mis miedos o voy a terminar muerta de verdad y para siempre. Por instinto busco sostenerme de la pared detrás de mí para levantarme, pero en vez de eso la atravieso.

La estancia principal de la universidad está igual que siempre, algunas sillas a la derecha, en la izquierda la 
recepción.

Una mujer en sus treinta y tantos, de cabello rubio y, grandes ojos marrones es quien da información a los estudiantes, tanto a nuevo ingreso como a los estudiantes regulares. Ha estado allí desde que estudio aquí. Su nombre es Luisa, y va vestida con un pantalón negro y camisa blanca con el logo de la universidad.

Algunos estudiante pasan delante de ella sin ni siquiera saludar, otros se detiene a charlar un rato. Un poco más allá del pasillo al pie de la escalera para el primer piso se encuentra Danny rodeando la cintura de Robert como si alguien pudiera quitárselo.

Me enfurece verme a mí misma tan cerca de ese idiota. Debí haberlo denunciado por haberme agredido meses atrás, pero claro Danny decidió apoderarse de mi cuerpo y ahora yo estoy muerta, y ella saliendo con mi agresor.

¿Se habrá dado cuenta él que esta con Danny?, con la niña que murió hace tantos años.

Meses atrás cuando mi hermana Elena y su niña Ema murieron en circunstancias extrañas, Robert solo era un chico que venía a la misma universidad que yo. No recuerdo exactamente cuándo nos conocimos solo que comenzó a acosarme para que saliera con él. Es un chico lindo pero algo en él nunca termino de convérseme y siempre busque cualquier excusa para decirle que no, hasta tal punto que comenzó a hartarme. Pero después me entero de que nos conocemos desde niños, cuando mi hermana gemela aún seguía con vida.

Dicen que el amor transciende fronteras pero esto es abrumador. Danny ha vuelto para estar con él. Este amor de niños podría causar muchos problemas. Estoy completamente segura que él no tiene idea de a quien está besando en realidad… un momento besando. Esa idiota lo está besando. Grito de frustración y el florero de vidrio que se encuentra en la recepción se quiebra en pedazos.

Ella se separa de él y me busca con la mirada, sus ojos sonríen al verme.

—Qué extraño —dice sin quitar la mirada de mí. La voz de mi cuerpo es seductora.

—Sí lo es —afirma Robert—. Debo ir a clase.

—Yo también —sus ojos vuelven a él.

Los veo perderse por las escaleras.

La estancia se queda en silencio, todos comienzan a irse a sus salones de clases. Miro como cada estudiante sube esas escaleras, mientras anhelo poder hacer lo mismo. Volver a mi vida agitada de estudiante que tuve antes de la muerte de mi hermana Elena.

Retrocedo y vuelvo al estacionamiento. Camino sin rumbo mientras me armo de valor para ir tras ella. Somos gemelas así que algo debería unirnos, pero ni siquiera tengo recuerdos con ella de niña. No hay nada.

—Así que has decidido enfrentarla —me sobresalto sin razón. Solo es Nick. Se supone que él debería sobresaltarse al verme no al contrario.

—Eso intento hacer —él se ríe, se ve divino cuando ríe—, no te burles.

Le doy con el puño cerrado en el hombro, pero en vez de propiciarle un golpe término atravesándolo.

Me gusta cómo se ajusta esa franela a su torso y brazos, él no es musculoso como lo es Robert que si sigue por ese camino se parecerá a un físico culturista lo que a mi parecer no es nada atractivo. En cambio, Nick es un joven atractivo con una anatomía poco explotada en crecientes horas en el gimnasio y esteroides.




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