Capítulo 7:
Cosecha de almas
El mal, siempre tiene
mas de un rostro.
Nick
El episodio de mi hermana en la universidad dio paso a un interrogatorio por parte de mi madre. Cristal se encargó de dar respuesta concisas y precisas sobre lo que le paso. No me creí ni una sola palabra de lo que dijo, aunque mi madre se quedó mucho más tranquila.
No feliz, pero si menos enfurecida.
Según Cristal, en la universidad había una mujer confundida que murió hace demasiado años y como no ha reemplazados sus protecciones la estuvo acechando, se puede decir que perdió el norte de su autocontrol para dispersar a un fantasma.
Un sermón digno de Estela Penott escuchamos ambos por horas, no podemos olvidar que las protecciones son una barrera contra entidades más oscuras, más difíciles de manejar y llevar una siempre hace la diferencia...
No lo dijo en voz alta pero estuvo implícita.
...entre la vida y la muerte.
Con todo y lo que ocasiono mi hermana inconsciente en casa, las manchas en las paredes que percibimos Thomas y yo junto a Danna, los gritos... Estela tomo la palabra de mi hermana de que todo estaba bien, solo un pequeño descuido que no se volverá a repetir.
Algo no está bien. Lo puedo sentir cada vez que se me eriza la piel involuntariamente sin que haya frío. Mi colgante también ha tenido sus particulares cambios de calor dejando secuelas sobre mi piel. Nuestra casa siempre ha sido un lugar protegido, un refugio... ahora, tengo esa sensación de no poder descansar tranquilo porque la oscuridad provoca temor.
Mi hermana se ha ido hace dos horas con Alexis, al parecer se irían de paseo al Ávila. Es sábado, y por lo que entendí no regresara hasta la noche. Antes ni me preocupaba, su romance con el mejor amigo de Danna la ha tenido suspirando desde que se oficializaron. Pero ahora que sé que nos oculta cosas, me doy cuenta de que está actuando igual que Danny.
Encuentra la manera de pasar menos tiempo en casa, menos tiempo cerca de nosotros. No es que esté usando a Alexis, porque sé que lo quiere. Más, él es el único que no puede percibir nada sobrenatural, y sin embargo se ha dado cuenta de que ella ha cambiado.
Mi tío Miguel también ha salido, aunque su destino es incierto. Supongo que ante la tensión entre él y mi madre ha decidido que lo mejor es darse un respiro, con todo lo que ha pasado ni siquiera he preguntado cuanto tiempo se quedara.
En cuanto a mi madre, sigue en casa.
—Durante el destierro, ¿qué paso? —pregunto manteniéndome en la entrada de la cocina. Paso la franela por mis brazos.
Mi madre alza la vista del periódico. Hoy lleva el cabello recogido en un muño desordenado que la hace ver más despeinada que arreglada. Sigue vestida con su pijama, una delicada bata de seda en color azul como sus ojos. Retira sus lentes de lectura, y los coloca sobre el mesón. No ha dormido a decir por las ojeras que adornan hoy su pálida tez.
Termino de ponerme la franela.
— ¿Ya se fue Miguel? —pregunta en vez de darme una respuesta.
—Sí, hace ya un buen rato —respondo a la espera de que me diga algo. Lo que sea, no puedo creer que mi madre no haya sentido lo que nosotros sí, estando fuera de la habitación—. ¿Cuánto tiempo se quedara?
Hace una mueca con la boca.
—Un par de días. Tiene algunos asuntos que atender en la ciudad. En los que no te quiero ver involucrado —hace mayor énfasis en la advertencia—. Así que le di posada.
—Ya te dije que no volverá a suceder.
—Ujumm... eso espero.
— ¿No me vas a decir nada? —pregunto con impaciencia. Qué difícil es sacarle información a esta mujer.
—Algo no va bien con tu hermana. Le ha dado acceso a una entidad desconocida a su cuerpo. Ayer de verdad que por Azrael, que creí que no la iba traer de regreso. En eso por lo menos el idiota de hermano que tengo me ayudo a solucionar. Entre los dos fue que pudimos, porque sola de verdad no creo que hubiera sido capaz.
Suelto el aire de mis pulmones, por una parte aliviado y por la otra se encienden miles de alarmas. Una entidad desconocida que mi madre no pudo tratar sola.
—Pensé que te habías creído su historia, no fue nada convincente.
—Bueno hay que darle mérito por esforzarse, en toda su vida nunca había montado un teatro tan... coherente.
—Por todo lo que dice ¿Cristal está en peligro? —me llevo las manos al cabello y ejerzo un poco de presión.
Me siento culpable, si no hubiera estado tan cegado con Danna, que después de todo es Danny; mi hermana no estaría metida en todo es... pude haberme dado cuenta a tiempo de que algo no estaba bien con ella. O, no la habría dejado ir sola a ese lugar... Mi hermanita no está bien, y se supone que debo cuidarla.
Soy su hermano mayor, mi deber es protegerla, mantenerla a salvo. Por eso a pesar de que mi madre quiso que abandonara el camino de mi padre, no pude hacerlo, por ella, por Cristal.
—No es tu culpa hijo —murmura mi madre, pero sus palabras no me alivian—. Esta situación no es culpa de nadie. Nos pasó igual que con Danna. Lamentablemente no siempre el destino juega a nuestro favor y existen momento como este en el que la vida nos pone pruebas. Difíciles sí, pero ¿qué no es difícil para nosotros? —pienso en esa pregunta por un instante. Cada día es un riesgo, tanto para las personas normales que viven el día a día, como para nosotros que nos dedicamos a enfrentar las pesadillas de otros.
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Editado: 25.01.2021