Seher
Tenía mi vista perdida observando por la ventanilla del auto mientras Hugo conducía a gran velocidad.
Limpie mis lágrimas sin que ellos lo notaran.
"Madre perdóname, pero no soy capaz de casarme con ese hombre" pensé dentro de mí.
Sentía una gran culpa, no estaba nada bien.
– Llegamos, dijo Hugo
Suspiré profundo y sonríe sin ganas
– ¿Estás segura de quedarte sola? Puedo quedarme contigo sin importar lo que pase, dijo Lupe
– No, es mejor, así no levantaremos sospecha y tú hermano no tendrá problemas
– De todas maneras está casa no es visitada por nadien, era de mis abuelos y mis padres no vienen aquí, estarás segura cariño. Me dijo Hugo.
Por su forma de hablar me demostraba que no le importaba lo que me había pasado, él de verdad si quería que lo nuestro funcionara y eso me estaba haciendo cambiar de opinión. Temblé cuando se acercó a mí me tomo de la barbilla y beso mis labios, un pequeño beso tierno que me hizo sonreír. Mire el rostro de Lupita estaba más emocionada que yo en ese momento.
– Entremos, te enseñaré la casa. Me dijo tomando mi mano...
Sentí una cierta calidez, mi tensión estaba siendo normal, ya no sentía miedo me sentia segura y protegida.
– Para no ser visitada constantemente está limpia Hugo, dijo Lupita algo suspicaz
– Pues es obvio no, vienen las señoras hacer la limpieza, respondió
– Ya debemos irnos mi hermano me a mandado un mensaje, dijo saliendo de la casa con un poco de prisa.
– Creo que tendrá problemas con su hermano, dije algo preocupada
– Vendré por la mañana muy temprano y traeré algo de comida
– Está bien, respondí
Me rodeo con sus manos la cintura
– Siento que te amo mas que nunca Seher, me susurro seguido de otro beso.
No hice nada, solo le sonreí.
Los ví alejarse por la ventana de la sala, me quede reparando toda la casa, la verdad es que era muy bonita pequeña y con pocos lujos pero algos discretos.
Tome mi bolso, saque algo de ropa y medicamentos, entre a una de las habitaciones y me desnude por completo, me miré en el espejo, aún se notaba mis golpes, mire las huellas en mi cuello, estaban borrosas pero aún se notaba.
Entonces recordé algo de esa noche, me vinieron imágenes fugaces a mi mente.
Después de tomar el trago empecé a ver borroso y a sentir mareos, buscaba a Lupita y no la encontraba, camine perdida y no recordé más.
– Empecé a recordar, creo que es bueno. Me dije a mi misma, en modo de apoyo. Estába cambiando mi autoestima era bueno para mí, pues eso creo...
Me dí una ducha, la más larga que pude darme, me sumergí en la bañera... Después de ese baño relajante me acosté en la cama...
Sentí que había dormido como una bebé cuando la luz resplandeciente del sol se reflejaba por la ventana, me molestaba en mi rostro. Estiré mi cuerpo, ya no me dolía tanto...
En la cocina encontré cereales y poca leche fue suficiente para desayunar.
Camine hacia la sala y encendí la tele.
– El cirujano retirado el doctor Freddy Dossantos no quiere hablar al respecto, pero fuentes cercanas a ellos aseguran que la prometida de su hijo está desaparecida, ya que el dueño de una de las mejores clínica del país no ha tenido comunicación con sus colegas. Trague en seco al escuchar hablar a una de las presentadoras de un programa de TV hablar sobre mí.
– Pues saber esto hace pensar que este matrimonio sería forzado o todo lo contrario tenemos bebé en camino. Dijo la otra chica.
– ¿Pero qué dicen estás brujas? ¡Cómo que embarazada! ¡Dios santo en que me eh metido!, Bufé caminando de un lado a otro.
Hugo
Apague el televisor, sentí molestia al escuchar la forma en la que hablaban, aunque no dijeron el nombre era obvio que hablaban de mi Seher.
Tocaron la puerta de mi habitación.
– Adelante
– Buenos dias joven, su madre pidió que le trajera su desayuno. Me dijo Emiliana la chica del servicio
– Llévatelo
– ¿Qué?
– Que te lo lleves, no entiendes ¿O qué?, Grité
Emiliana asintio en respuesta y salió rápidamente de mi habitación... Cerré los ojos al notar que había sido mal educado con la chica.
Mi celular sonó, cuando abrí la llamada la voz en la otra linea me dijo
– No se te paga por holgaceanar, eres el chófer de mi novia también tienes que estar aquí cuando se te necesita, anda que tenemos a la prensa encima.
Apreté mi puño de la ira que sentí, desee romper su cara...
Emiliana
Daba pasos rápidos, sentí miedo al escuchar su voz grave y furiosa.
Entre a la cocina con la bandeja en mis manos
– ¿No te dijeron que le llevarás el desayuno al joven?, Me dijo la encargada de mantener la casa en orden.
– Eh, sí pero, creo que no está de mal humor, respondí
La señora Heidi me miró con extrañes
– No entiendo, ¿Está molesto? ¿Porque? ¿Que hiciste?, Me gritó
– Nada, se lo juro, no hice nada, respondí temerosa de su molestia
Me miraba con ira
– Se nota que no tienes experiencia en esto ve a regar el jardín, sirve de algo.
– Enseguida, dije al tiempo que salía a prisa
Corría con la cabeza baja, de repente me tropecé con alguien...
Abrí los ojos sorprendida al ver al joven Hugo frente a mí.
– ¿Que pasa? ¿Porque lloras?. Me pregunto al ver las lágrimas en mis mejillas.
Me limpie de inmediato
– No es nada joven, dolor de cabeza. Respondí algo torpe.
Frunció el ceño con extrañes, al parecer no creyó en mis palabras
– Toma algo para el dolor y... Discúlpame por haberte hablado de esa manera. Asentí en respuesta – Eh tenido malos dias. Termino por decir
– Lo siento, espero que pueda solucionarlo. No tuve más que decir – Con su permiso, dije al escuchar la voz de la señora Heidi y corrí hacia el jardín.
Editado: 12.08.2023