Alma oscura

Capitulo 18

Hugo 

Me levanté esa mañana muy temprano, más bien en la madrugada y desde que lo hice fue mandándole mensajes a Seher para que recapacitara. 

Tenía que jugar las mismas cartas que ese hombre. 

Baje a la cocina y me extrañe al escuchar un sollozo. 

Me sorprendió ver a Emiliana, me acerque con cuidado. 

– ¿Que haces a esta hora aquí, y llorando? 

Se asustó y limpio su rostro con rapidez 

– Discúlpeme joven. 

– Si tienes problemas solo dilo, confía en mí puedo ayudarte, le dije 

Ella me miró de forma de extraña, por primera vez note que era bonita, sus ojos eran azules como el cielo, sus cejas negras, boca pequeña, un rostro limpio como una porcelana. 

Escuchamos unos pasos y ella se asustó, me agarró del brazo y me saco de la cocina entrandome al cuarto de aseo. 

– No haga ni un ruido por favor, me suplico. Sonreí, le pregunté haciendo gestos con mi rostro – Es que tengo prohibido hablar con usted, respondió en un tono de voz bajo. 

Frunci el ceño molesto 

– ¿Porque? ¿Quien te lo prohibió?, Pregunté

– Su madre, respondió – Baje la voz por favor. Volvió a decir 

¿Porque mi madre haría tal cosa? Me pregunté a mi mismo. 

Derrepente empezó a caminar de un lado a otro, alzo su blusa como si estuviera desesperada. 

– ¿Estás bien?, Pregunté en voz baja como ella me lo había pedido

– No, soporto, los lugares, cerrados. Respondió como si no pudiera respirar. 

Me acerque a ella y la sostuve entre mis brazos

– ¡Hay que salir de aquí!, le susurre 

Me señalo una puerta, la cargue y me dirigí dónde ella me había señalado. 

Era una salida hacia una de las partes trasera de la casa. 

Me senté en el piso con ella en mí regazo, le hable de todo lo que me pasaba por la mente para distraerla.  

Creo que verse en otro tipo de ambiente y escucharme hablar empezó a mejorar. Su rostro ya no estaba rojo y ya podía respirar mejor. 

Ya el día estaba casi claro. 

– Tu y yo tenemos que hablar, le advertí 

– ¿Qué?, No me valla a meter en problemas joven, deje las cosas así. Trato de evadirme pero no lo logro 

Me levanté y extendí mi mano para ayudarla a ponerse en pie. 

– Ya le dije, yo también doy ordenes. Dije dándole la espalda...

Fui a la iglesia para estar ahí por sí ella no aceptaba ser su esposa. 

Nos miramos al encontrarnos afuera,  en un lugar dónde una vez juramos llegar juntos. Pero Seher decidió entrar. Su vestido de novia color negro me dió luz verde para entender que ella no amaba a ese hombre. Era una estupidez pensar que si lo hacía. 

Empecé a desesperarme, debía llevar mi plan a cabo. 

Aproveché que todos los invitados estaban concentrados en el sermón del padre. 

– Perdóneme Diosito, pero esa mujer es la que yo amo. Susurré. 

Encendi un reproductor de música y coloque una canción que escuché en México cuando viajamos, le hice algo muy especial esa noche, aparte de eso la lleve a un concierto de ese grupo llamados Sin Bandera.

Empezó a sonar la canción 

🎼Tantos momentos de felicidad
Tanta claridad, tanta fantasía
Tanta pasión, tanta imaginación
Y tanto dar amor hasta llegar el día...

Sonreí al ver que Seher se tenso, sabía que había llegado a un punto vulnerable entre los dos, pero luego escuché a Lupita dar explicaciones y el amigo de ese imbécil apagó el reproductor. 

Una mujer se acercó a mí. 

– Por lo que acabo de ver, esa chica es tu novia. Me dijo. 

Alcé mi vista y me encontré con una mujer muy hermosa. 

– ¿Quien es usted?, Le pregunté

La chica extendió su mano. 

– Maura Castillo, la novia del novio. Respondió sonriendo 

Sonreí negando ante su respuesta

– No me esperaba eso. 

– Y yo, no me esperaba que el chófer fuera el novio de la novia. Dijo irónicamente

Frunci mis labios y trague en seco 

– ¿Que es lo que quieres? 

Sacudió su cabello un poco y me miró fijamente a los ojos. 

– Quiero separarlos, ese matrimonio no puede durar mucho tiempo, y cabe resaltar que haré lo que sea para alejar a tu novia de Sergey 

– Si Seher sale lastimada, sabré que fue usted, la amenacé

Sonrió 

– No, así no peleó lo mío, solo quiero a alguien que me ayude hacerlo. No sé porque no confiaba en ella. 

– Cuenta conmigo, pero ella no saldrá mal. Le dejé claro mi punto.

Metió su mano en un bolso que sostenía y saco una tarjeta de presentación

– Yo no tengo porque herir a una persona si eso crees, ¿Porque piensas eso?, Que mente retorcida la tuya, sonrió – Guarda mi número, espero que devuelvas la llamada... Se alejo. 

 La vi saludar a un hombre muy sorprendida de su presencia. Trate de ver su rostro pero no pude... 

Seher acepto ser su esposa y eso me dolió. Todos aplaudían y yo enfurecí al ver la manera en la que él la beso. Ella ni siquiera hizo algo para evitarlo. Me extrañé. 

Los seguí en un auto hasta llegar a un salón, al parecer está boda era importante, si que gastaron dinero en la decoración. Él la llevaba de la mano y llegaron a una mesa, necesitaba hablar con ella. 

Una mujer se acercó y ella la siguió, ese era mi momento. Esperaba que saliera y que la dejara sola. 

Vi a la mujer salir y me escondí... 

Entre a la habitación tomándola por sorpresa 

– ¿¡Que haces aquí!?, Hugo por favor vete 

Me acerque a ella y la rodee, apoye mi frente con la de ella.

– ¿Porque me hiciste esto Seher?, Susurre en su boca  – ¿Porque lo aceptaste? ¿Porque Seher porque?, Pregunté confundido.  

– Hugo por favor, dijo desesperada 

– ¿Por favor que Seher? ¿Qué?, Me duele verte con otro, no puedo soportarlo. La bese y ella  correspondió. – Aún me amas, yo sé que me amas, no te dejare en sus brazos. Le dije antes de salir de esa habitación. 

Tenía una razón para aliarme con esa mujer que dice ser la novia de Sergey... 




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