Maura
Después de haber regresado de la dichosa cabaña, no tuve más opciones que ser la aliada de Marcus en todo lo que se le ocurriera. La situación se me estaba complicando con Sergey y eso no me estaba gustando.
Marcus me había dado la idea de salir en embarazo, idea que me parecía perfecta, así que debía usar lo mejor de mi para lograrlo.
Quedamos en vernos en el lugar de siempre, pero luego ví un mensaje de texto que cambiaba de sitio la cual me parecía de infarto, eso quería decir que las cosas con la intrusa esa no iba a bien.
Al llegar a su casa, me baje de mi auto y acomode muy bien mis lindos y hermosos pechos.
Toqué la puerta y la señora María me abrió, no sé si eran cosas mías pero su rostro cambió, pareció ver un fantasma o algo así.
– Que tal doña María, podría decirle a Sergey que ya vine. Obvio sone algo arrogante y es que así era yo la mayor parte del tiempo.
Dulce e inocente frente a mi Sergey y malvadamente cruel a sus espaldas y en su cama.
– Está con su esposa, pero enseguida le digo.
Puse los ojos en blancos, osea de verdad dijo eso "Su esposa" sentí que me dió en mi ego la muy desgraciada.
– Claro que sí, permiso. Pase por su lado ya que no había tenido la amabilidad de decirme que entrara – Voy a sentarme mientras él me atiende.
La sentí algo perturbada por mi presencia pero porqué. Eso no era bueno.
Ella subió las escaleras y yo revise mi móvil.
Tenía un mensaje que no había visto.
"Espero que hoy si te salgas con la tuya". Sonreí al leerlo
"Eso espero" Respondí
No sé pero las locuras de este tipo me empezaban a gustar. Tenía ese lado malo que lo hacía ver interesante.
– Que suba, el señor la espera. Dijo María
Sonreí victoriosa, guarde mi móvil en el bolso y subí...
Al verlo solo desee tenerlo arriba de mí, este era mi momento...
Las cosas no salieron como debían suceder, Sergey como siempre uso el preservativo, por más que quise no desistió y eso me molestó.
Salí de su casa hecha una fiera, me subí a mi auto y llame a Marcus...
– ¿Donde estas?. Le pregunté
– En mi apartamento ¿Que pasa?
– Pues que creés, voy en camino...
25 minutos después llegué al edificio donde estaba su apartamento.
Toqué la puerta y este me recibió con una copa de champagne en su mano derecha en su izquierda la botella.
– Espero que no traigas malas noticias. Me dijo
Recibí la copa y me la tomé toda. Él me miró asombrado
– Tengo energías para que me hagas el trabajo. Le dije
Marcus frunció el ceño
– ¿Trabajo?, Repitió
Tire el bolso en el sofá y baje la cremallera del top negro que usaba
– Ese Imbécil se cuido, abrí el botón del jean – Así que no veo otra opción que seas tú el que haga el trabajo. Dije al tiempo que bajaba el pantalón
Sus ojos hablaron por si solos
– Combinas muy bien tu lencería
Sonreí al escucharlo decir eso
– ¿Te gusta el rojo?, Pregunté mirando mi brasier
– Me gusta más el negro. Respondió dando pasos hacia a mí
Cuando lo tuve cerca nos miramos a los ojos...
– También me gusta el negro. Susurré cerca de su boca.
Él se llevó la botella de champagne a su boca y tomo varios sorbos. Después de eso me tomo de la cintura y me acerco a él... Puso la botella en mi boca y tome un sorbo pero él con su mala intención la inclinó más haciendo que se derramara en mis pechos y en mi abdomen.
– Solo espero que no te halla dejado cansada. Dijo cerca en mi boca.
Lo desie, me hizo sentir algo extraño y lo besé...
– Ahora es cuando más ganas tengo. Le dije al soltar sus labios.
Me tomo del trasero y me subió a su cintura llevándome hasta su habitación, pensé que me llevaría a su cama pero no, me llevo al baño.
– Primero, lavare lo que él tocó. Dijo al tiempo que abrió la llave de la regadera.
Me sorprendi y reí al tiempo que el agua caía en mi cuerpo
– Ya tú tienes huellas en este cuerpo. Le dije haciendo llamar su atención.
Marcus me miró, me tomo del cuello y me apoyo contra la pared
– No soy fácil de convencer
Lleve mis manos a mi espalda para quitar mi sostén
– Y yo no soy fácil de enamorar.
Bajo la mirada hacia mis pechos y sonrió
– Pobre Imbécil. Bufó
Nos acercamos y nos besamos con intensidad, la manera en la que este hombre me tocaba no podría decifrarla. Era rudo delicado y apasionado a la vez. Me encantó el momento en el que rozo jabón líquido sobre mi cuerpo
Parecía que bañara a una bebé, así me sentí. Pero luego de que esa parte terminara ví al hombre pasional.
Enredo mi cabello en sus manos y me acerco a su rostro.
– ¿Te gusta lo que estoy haciendo?. Asentí en respuesta – Que bueno porque te gustará aún más.
Su beso apasionado me desequilibró, mordía mis labios y los suscionaba con fuerza. Mis senos los apretaba con sus manos y los besaba haciendo que me desvaneciera entre sus manos...
– Marcus. Gemi su nombre
– Eso es lo que provoco en las mujeres. Me dijo
Lo mire a los ojos y sonreí
– Quiero, quiero sentirte. Susurré
Él sonrió y me complació.
El amante perfecto, estuve con el tres veces.
En la mañana siguiente me despertó con un desayuno
– Necesitas comer, debes recuperar las energías que perdiste ayer. Dijo él
Sonreí, llevaba la bandeja en sus manos y una rosa.
– Quien diría que este atarban era un romántico.
– ¿Quien lo diría?
Salí de su apartamento y volé a mi tienda, al llegar allá me cambié de ropa y me maquille...
Mi madre me llamo nada que no pudiera solucionar con un par de mentiras.
Inesperadamente llegó el amigo de Sergey a mi lugar de trabajo.
– Buenos días Maura.
No me gustó su tono de voz
– Hola Leonardo, es, extraño verte aquí
Editado: 12.08.2023