Alma oscura

Capitulo 26

Marcus 

Estaba molesto, caminaba de un lado a otro en mí departamento tratando de controlar está impaciencia que sentía

– ¡Está encima de ella como una puta garrapata!, Grité eufórico, de verdad estaba de los mil demonios.

– Cálmate un poco, debemos tener la cabeza bien fría para poder manejar está situación

Camine hacia Maura y la tome del cuello arrastrandola hasta la pared 

– Tienes una idea de lo grande que es este problema, no lo tienes, puedo estar descubierto y me espera la cárcel. Destile sacudiendo su rostro 

– ¡No desquites conmigo tu estupidez!, Gritó quitando mi mano de su rostro – Te lo advertí, dijo empujándome con sus manos sobre mi pecho – Él se enamoró de ella ¿¡No entiendo que le ven que los vuelve estúpidos!?. Gritó 

Sonreí al verla tan enojada 

– Algo que a ti te falta pero ella le sobra

Impactó mi mejilla izquierda

– No soportaré esto de tu parte. Destiló caminado hacia la puerta de la salida. 

Fui tras ella y la tome del brazo para detenerla, forcejeamos porque ella no quería ceder ante mi acto 

– Cálmate Maura. Le dije tratando de agarrar sus manos pero ella me manoteaba llena de ira – ¡Maura ya basta detente!... No podía detenerla – ¡Maura ya basta!, La tome del cuello y la bese. 

Me mordió el labio para que la soltara, me aleje de ella y la miré 

– Ya basta Marcus. 

Su rostro estaba rojo, al ver que fruncio su labio inferior me atrajo, camine a ella y la tome con fuerza del cuello nuevamente, jadeó.

– Te haré mía Maura, te haré gritar como nunca lo has hecho... 

Sus ojos se agrandaron al escucharme 

– ¿Que? Dijo con el ceño fruncido

Mordí el lóbulo de su oreja 

– Voy a darte duro. Le susurre en su oído. 

La cargue entre mis brazos y la lleve hasta mi cama, desgarre su vestido azul marino. Su cuerpo era  perfecto, me adueñe de su boca con tanta pasión, su lengua enlazó con la mía y la mordí mirando cerrar sus ojos por el pequeño dolor que le cause.

Me miró deslocada y sonrió, sabía que eso le gustaba. La hice mía salvajemente. Tanto que Maura se entregaba de la misma manera, sabía que había descubierto su punto débil... 

1 hora después estaba encima de ella terminando de tener intimidad, solo esperaba que me llegara dentro de su vagina para cumplir con su objetivo... 

Entraba y salía de ella con rudeza, gemí  al sentir que estaba a punto de eyacular, ella me rodeo la cintura con sus piernas y me atrajo más a su cuerpo. Nos corrimos al mismo tiempo 

– ¡Ha!, Eres... No tengo palabras, para decirlo. Hablo bastante agitada 

Me acosté a su lado, tome su cuello y la atraje a mí para besarla nuevamente. 

– Tú no te quedas atrás hermosa. Respondí

Derrepente me dió un golpe en mi hombro

– ¡Eres un imbécil!, primero me maltratas y luego me traes a tu cama 

Reí divertido

– ¿Que quieres que haga? No puedo contenerme al tenerte cerca. Respondí 

– Me daré un baño, tengo que saber que está pasando. Dijo levantándose de la cama 

... 

Esperaba que Maura saliera de la habitación. 

– Me tengo que ir. Me dijo 

– Te vez hermosa con esa ropa. Le dije al verle una camisa mía blanca y un short de jean que mi hermana había dejado en mi apartamento. 

Volteo los ojos en blanco 

– Debería de cobrarte mi vestido. Respondió dando pasos hacia la puerta de la salida

Corrí a ella y cerré la puerta 

– Te irás sin darme un beso de despedida 

Ella sonrió, se puso en puntillas para alcanzarme y me beso 

– Te llamo después. Dijo al salir. 

Le cerré la puerta y heche mi cuello atrás 

– Tengo que salir de este problema... Me dije a mi mismo

 

Maura 

 

El problema con Marcus no era cualquier cosa, era grave, si él era descubierto en una situación yo caería en la otra era de esperarse. 

Tuvimos algunas diferencias por la discusión y la manera de él arreglarlo me fascinó. 

Marcus era el típico chico rebelde que hacia el amor a lo salvaje y sí, eso me estaba envolviendo. Ese mundo sucio y problematico me llamaba la atención.

Me despedí de él y salí de su apartamento, camine hacia el ascensor y al abrirse las puerta valla sorpresa me lleve 

– Hola Maura, quería ver con mis propios ojos tu traición. Dijo Sergey cruzado de brazos 

Palideci al verlo, quedé muda no tenía palabras 

– ¿Te quedaste muda? ¿Los ratones te comieron la lengua? O más bien Marcus te la arrancó. Dijo colocando la mano para evitar que la puerta se cerrará, me  miró con odio – Entra Maura o te quedarás ahí afuera. Su tono tono de voz era grave 

Entre al ascensor y el quitó su mano para que las puertas cerraran 

– ¿Que harás?. Le pregunté

– ¿Que crees Maura? ¿Que podría hacer? ¡No sé!, Pero de esta no te salvarás de eso no lo dudes 

– No tienes nada que decir ni que hacer Sergey, ¡Eres ridículo! Estás casado con esa mosca muerta y estás reclamando. Bufé molesta 

El río divertido

– ¿Quien te dijo que estoy reclamando? Es todo lo contrario Maura

Cuando las puertas del ascensor abrieron la tomo del brazo y la entro de un sacudión 

– ¿¡Que te pasa Sergey!? Gritó

Sergey presionó el botón para bajar, la tomo del cuello y la apretó

– Vamos hablar. Le susurro con ironia –  Tendremos una conversación ¿Que te parece? 

Sentí un colapso de los mil demonios, solo asentí en respuesta y lo seguí hasta llegar al auto, no tenía no idea de saber a dónde iríamos lo que si notaba era la ira de su mirada, me miraba como nunca antes lo había hecho, supe que ya no había un nosotros, es más dejó de existir el día que apareció esa mujerzuela. Ella es la única culpable de que matrimonio con él halla sido solo en mí imaginación...

Llegamos a un lugar algo extraño y lo miré 

– ¿Dónde estamos?, Le pregunté

Él sonrió y bajo del auto, abrió la puertae volvió a tomar del brazo y me saco de un jalón 




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