Seher
No podía esperar una semana para salir de esta casa, amo a mi madre, tanto es el amor que acepte este matrimonio absurdo y sufrido por su tratamiento. No me importaba como me trataba pero imaginarme su reacción al enterarse de mi embarazo me horrorizaba, me hacía preguntas a mi misma.
– ¿Si me dice que aborte? ¿Que hago que hago?. Caminaba de un lado a otro desesperada.
Mi amiga se había quedado conmigo, desde el balcón podía verla nadar en la piscina. Ella tiene una mente demasiada abierta así que si ofreció ayudarme no esperaría una semana ni dos ni tres días, debía ser hoy si o sí tenía que ser hoy. Corrí hacia la cama y tome mi móvil, le llamé a Lupita y ella nado hacia la silla donde tenía su celular, al ver que era yo quien la llamaba miró hacia el balcón y le hice señas que me contestara, secó sus manos con una toalla.
– ¿Que pasa? ¿Te bajo?, Se apresuró en decirme
– No, si te digo que quiero irme en este mismo instante ¿Que harías para hacerlo?
Guardo silencio unos minutos, imagino que estaba pensando en como hacerlo, salió de la piscina y se envolvió en la toalla.
– Espérame, te haré preguntas primero antes de hacer algo. Me dijo
La espere ansiosa por saber que tenía pensado, llegó minutos después, no se porque se había tardado tanto.
– Espero que no tengas remordimiento de conciencia después de lo que te voy a decir. Dijo derrepente
Quedé como una estatua, Lupita viene de un mundo muy diferente al mío, su hermano era un vendedor de drogas que la obligaba a bailar en un Bar dónde las propinas que ella ganaba él se las quitaba, aparte de eso la golpeaba, pero eso cambio desde que Leonardo entro a su vida, se enfrentó contra su hermano y la saco del Bar frente una cantidad de gente. Fue lo mejor noticia que ella pudo haberme dado.
Leonardo era muy diferente a su amigo y saber que ella estaba con él era un alivio para mí, no sufriría lo que yo con Sergey.
– ¿Que tienes pensado?. Le pregunté
– Recorrí la casa y hay cámaras de seguridad, al lado de la cocina hay una puerta, ahí está la caja de la luz
– ¿Que me estás dando a entender?
– Tenemos que quitar la luz...
Quedé sorprendida al escucharla
– ¿Que dijiste? ¿Cómo que quitar la luz?
– Si, hay que dejar la casa sin cámaras así no podrán saber cómo saliste de aquí
– Pero no has pensado en los empleados, ellos le dirán a Sergey
– Ya pensé en ellos, respondió
Frunci el ceño
– ¿Que pensaste?, Pregunté
– Esto si no te va a gustar, me dijo frunciendo la boca
Mordí mi labio inferior
– Ya se que me dirás
Ella sonrió...
Y es que hace un año atrás planeabamos ir a una fiesta pero su hermano no le dió permiso, no tuve otra opción que seguirle la corriente, prepare un jugo y deshice una pastilla que lo puso a dormir por horas.
– Iré a la farmacia nuevamente, tu busca la manera te reunirlos a todos en la cocina
– Esto será riesgoso, estoy asustada. Le dije llena de nervios
– ¡Haber niña! ¡¿Quieres salir de aquí!? ¿Si o no?, Si es sí, ¡No des vuelta! ¡Solo hazlo antes que regrese el animal ese! ¿Estamos?
Asentí
– Estamos.
– Pues bien, voy y vuelvo, tienes que hacer lo que sea para reunirlos a todos.
Suspiré llenandome de fuerzas y es que las necesitaba. Mientras Lupe salió a toda prisa yo pensaba que decir para reunirlos, no tenía nada en mente.
Salí de mi cuarto y baje las escaleras, necesitaba que mi mente me ayudara pero solo tenía a Sergey adentro, en este momento me di cuenta que me faltaba mundo, malicia, chispa osea de todo.
Entre a la cocina a ví a las tres mujeres hablando y riendo al verme guardaron silencio.
– ¿Que necesita?, Me preguntó la más joven
Dios santo no sabía que decir
"Arcángel Miguel ilumina a este ser en este momento por favor" pensé dentro de mí
Sonreí nerviosa, no sé si ellas notaron algo en mí pero en fin es ahora o es nunca
– Estoy aburrida, no salgo de la habitación, me siento enferma sin ganas de nada. No sé porque la señora esta me miraba de esa manera – Si quisiera que todos nos sentaramos a comer lo harían, mi amiga ya se fue y yo no salgo de aquí ya saben cómo es Sergey, quisiera conocerlos a todos. Terminé por decir
A decir verdad estaba nerviosa pero lo disimulaba, ellas se miraban. Derrepente sonrieron y asintieron en respuesta.
– Como decirle que no, siéntese. Dijo la señora encargada de que esta casa tuviera un orden – Ve por Guzmán y Demin. Le ordenó a una de las chicas
Exhale el aire que había tenido retenido y sonreí
– Muchas gracias. Le dije
– El joven Sergey ordenó que se le dé lo que usted pida
Abrí los ojos sorprendida
– ¿Enserio?, Frunci el ceño – Tan raro. Susurré
...
Estábamos todos sentados en el comedor de la cocina, mi móvil sonó y era un mensaje de Lupe
"Tengo las pastillas listas"
" Sal un momento están en el piso en la esquina de la puerta de la cocina"
Mordí mi labio inferior antes de responder
"Ya voy escondete"
Me levanté de la silla y rei no se qué cosa chistosa habían dicho, solté mi cabello y lance el gancho hacia la puerta
– Tienen mucha química todos ustedes. Les dije levantándome del asiento
Tome el gancho y la bolsita dónde estaban las pastillas
– Necesito que hagan el jugo niñas. Dijo la señora María
– Yo le ayudo. Me apresure en decirle
Ella sonrió y asintió, di pasos hacia el refrigerador y tome dos bolsitas de mora. Busque la azúcar en los gabinetes y me puse en la tarea.
"Perdóname señor se que esto está mal pero primero es mi bebé"
Terminé con el jugo, obvio no podía probarlo
– Tengo mi boca simple ¿Quien le mira el azúcar?
– Haber yo deleito, dijo una de las chicas Ana.
Las manos me temblaron pero yo disimulé, luego llegó otro mensaje de texto
Editado: 12.08.2023