Alma oscura

Capitulo 31

Sergey 

Después de llegar a casa al día siguiente de pasar la noche en el barrio de Seher, abrí la puerta con la pequeña esperanza de recibir una buena noticia, pero fue todo lo contrario, de nada sirvió que las autoridades mantuvieran a Maura en un calabozo para hacerla confesar, hice que abusaran de su autoridad para que hablara pero no, Maura decía lo mismo. 

Veía desde lejos cuando la mujer policía cubría su rostro con un trapo y su compañero le echaba agua. 

– ¡Ya basta!, ¿¡Que quieren oír!?, Gritó desesperada 

Resople cansado, le hice un gesto a un tipo y este hizo una señal con su mano. 

La mujer asintio ante la orden 

– Te llevaremos a una celda, ahí estarás durante 24 horas. Le dijo levantandola de la silla donde estaba atada de manos y pies. 

Su compañero procedió a soltar los amarres y esposó sus manos. 

– ¡Vamos! ¡Camina!. Le dijo 

Me senté en un rincón con el corazón destrozado, tenías ganas de gritar pero no podía hacerlo, no en ese lugar. 

– Sergey. Vamos muchacho, tu amigo te está esperando. Me dijo el detective

Lo mire 

– ¿Leonardo está aquí? 

– Sí, se inclinó y me tomo del brazo – Vamos salgamos de aquí. 

Salimos y efectivamente mi amigo me esperaba en su auto. 

– ¿Y entonces qué? Vamos a dar una vuelta. Me dijo dando palmadas en mi hombro

– Quiero sacar está impotencia que siento. Le dije con la mirada baja 

– Entonces vallamos a pelear, apostaré está vez por tí. 

... 

Llegamos al lugar clandestino, empece a calentar mi cuerpo y estirar mis músculos, Leonardo estaba tratando de ser mi mejor compañía. 

Se acercó a mí con una botella de licor 

– ¡Vamos Sergey!, aposté un buen de dinero, tomate un trago que este día será largo. 

Me lleve un sorbo de la botella  

– Voy a ganar. Le dije 

– ¡Más te vale!, Advirtió ayudandome a vendar mis manos.

Sonaron la campana de mano, me quite mi camisa y chocamos los puños.

– ¡En posición muchachos!, ¡Empezamos en, 3, 2, 1!, Gritó el animador. 

...

Extrañamente con un solo golpe de entrada deje inconsciente a mi contrincante 

– ¡Wou!, ¡Ese es mi amigo! Gritó Leonardo

Seguido de él, después de la inesperada entrada, se escucharon los gritos y aplausos de los presentes. 

– ¡Increíble entrada!, Gritó un viejo 

– ¡Wow muchacho!, Cómo siempre sorprendiendo, deberías de pensar en tomarte esto enserio. Me dijo el que manejaba este lugar 

– No por ahora, respondí

– ¡Ese es mi amigo!, Dijo Leonardo llegando de reclamar su dinero – Y ya me lo voy a llevar, apenas comienza el día. ¡Anda mariquita ponte la camisa!... 

Subimos al auto 

– ¿A dónde iremos?, Le pregunté

– A olvidar las penas Sergey, respondió. 

Lo necesitaba, necesitaba no pensar en que estaba pasando con Seher, quien la tenía, que le estarían haciendo, me estaba costando aceptar el hecho de sentir miedo por su vida y más ahora que llevaba en su vientre un hijo mío. 

Llegamos a un bar... 

– Dos cervezas por favor. Pidió Leonardo al barman

... 

Tomamos lo suficiente como para empezar a sentir que ya estaba en estado de ebriedad. 

– La amo. Le dije 

Leonardo apretó mi hombro

– Va aparecer amigo, ella va estar de vuelta, voy ayudarte, no te dejare solo. 

– ¿Lo prometes Leonardo? 

– Promesa de hermano, hasta el final, yo bautizare a tu hijo, y seré su protector

– Espero que mañana no olvides lo que me estás jurando ahora amigo, me siento solo. 

– Pues no lo estás. 

– Solo no estás. Dijo la loca de su novia tomandonos por sorpresa

– ¿¡Mi amor!?, ¿Que haces aquí?. Dijo Leonardo sorprendido 

Mostró su celular y sonrió 

– Existen aplicaciones para encontrarlos. Se sentó en uno de los bancos de la barra donde estábamos sentados – Oiga señor, deme una cerveza a mi también

– Ni se te ocurra hacer locuras eh. Le advertí 

– Estamos aquí para dejar un poco el estrés

– ¿¡Estamos?!, Dije intrigoso 

– Si, ¡Estamos!, Repicó 

– Yo vine con mi amigo, gruñi molesto 

– Resulta que tu amigo es mi novio y yo su novia y también quiero tomar para dejar problemas atrás 

– ¡Pero si tú eres un problema!, Repique 

– ¡Bueno ya, no empiecen!, Una margarita para la joven. Pidió Leonardo

– ¿Cuál margarita?, ¡Si está toma como albañil!, Bufé 

– A mi me da cerveza señor cantinero, porque nosotros tres, estamos llenos de dolor, ¡Y una botella que el señor paga!, Dijo señalandome a mí 

Leonardo y yo nos miramos

– Esa mujer va ser tu castigo, le dije en voz baja 

– ¡Ya te oí!, Gruñó la Lupita del diablo – Estamos juntos Sergey, y mi amiga va aparecer. Dijo llevándose el vaso de jarra a la boca – Ella va volver, además es fuerte, te soporto a tí. 

Exhale 

– Ojalá, dije en voz baja – Deme otra cerveza. 

... 

No sé hasta qué hora tomamos, ni mucho menos como regresé a casa. 

Desperté en mi cama y mi padre estaba sentado en la silla. Abrió la cortina al ver que tenía los ojos entre abiertos. 

– Hijo, buenos días 

– ¿Papá?, ¿Que pasó? 

– No te espantes, aún no hay noticias, solo que, la madre de Seher quiere dejar el tratamiento y venir hasta acá y eso es un problema ya que... 

– No, no lo digas, no quiero recordar el motivo por el que me casé ¿Y que pasa si deja el tratamiento? Si eso quiere pues que lo haga ¿No? 

– ¡No hijo! ¡Por dios! ¡Si esa mujer deja el tratamiento es un problema no puede! 

– ¡Pues si quiere venirse! ¿Como la vas a retener? ¡Que haga lo que le dé la gana es su problema si se quiere venir!, ¡Carajo me duele la cabeza! 

– ¿Sergey? Sería en vano, Seher sufriría más si su madre llega a complicarse 

– ¿¡Que puedo hacer yo eh?!, ¡Ni siquiera eh tratado con esa señora!, Dije levantándome de la cama 

– De eso se trata. 




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