Bendita soledad,
Tu me amas hasta el dolor
Cobijas mi alma en tus regazos.
Siento tu dulce perfume
impregnado en mi piel,
tienen tus besos sabor a limón
con miel pero otras veces a hiel,
yo soy tuya como agua a la sed.
Me tomas con rigor
haciéndome tu esclava,
luego me dejas y
enloqueces con tu arrogancia
desafiante cual amo y señor.
¿Porque? Aunque no quiero
envolverme en tu oscuridad,
una y otra vez en tus redes caigo
esclavizado en ti, gran amo y señor.