UN CAMINO DE GRAVA se extendía por delante, altos setos verdes estaban situados a ambos lados de ese camino, y mientras seguía avanzando detrás del alfa lince, Aria observó cada detalle del entorno al que se estaba metiendo.
Jamás había visto algo tan ostentoso y bien cuidado, el césped recién cortado, los canteros con flores de exóticos colores, el aroma a agua y rosas por todos lados, todo era muy hermoso. Sobre todo la enorme fuente de agua al final del camino, hecha en piedra, tenía la estatua de un lince rugiendo sobre una roca puntiaguda, en esa roca se podía ver un grabado. Un rayo cruzado por garras.
El orgullo de clan que tenían estos cambiantes era de otro nivel.
Detrás de la fuente, estaba la gran mansión pintada de blanco, una fachada de tejas rojas, tenía numerosas ventanas decoradas por hiedras, el techo tenía más tejas y salidas de chimeneas.
Desde la entrada, una mujer bajó los tres escalones y corrió para encontrarse con Harold.
— ¡Padre! —Exclamó preocupada— ¡Creí que había problemas!
El hombre sonrió y luego de darle un par de palmaditas afectuosas, se separó.
—Sólo un par de visitantes, querida, ellos son Sean Wells y Aria Ashburn.
La mujer, de cabello negro y ondulado, los miró con sorpresa y curiosidad en sus ojos oscuros.
— ¿Visitantes? —dijo mirando a Harold—. Parecen un par de vagabundos.
Owen, detrás de ellos, lanzó una carcajada.
—Hazel ¡Qué falta de modales! —dijo Harold con severidad—. Sean es el hijo de Jeremiah.
Hazel, abrió sus ojos y para tapar su asombro se llevó una mano a su boca.
—Lo siento mucho —ella se disculpó.
Sean asintió y sonrió, el rostro de la mujer se pintó de rosa.
—No se disculpe señorita, no ha habido ninguna ofensa.
Con toda la galantería, el puma la saludó mostrando esa sonrisa mortal.
Aria inspiró profundo.
—Hazel, querida ¿Puedes acompañar a nuestros invitados a uno de los departamentos en el ala C? Necesitan un cambio de ropa y algo de comer.
—Claro, padre.
—Owen, quiero que reúnas a un equipo y vuelvas a recorrer la ciudad.
Sin decir nada, el rubio se fue rodeando la mansión.
—Vengan conmigo.
Siguieron a la mujer, rodeando la mansión por la izquierda, realmente era grande. A lo lejos, se podían ver una hileras de casas de diferentes decoraciones pero similar diseño. Al llegar a la parte trasera de la casa, pudo ver otras dos hileras, una dispuesta de manera horizontal a la mansión y las otras dos dispuestas de manera vertical.
—Las familias viven en el ala A —dijo Haxel señalando la hilera de la izquierda, luego se dio vuelta y siguió caminando en reversa—. Los solteros viven en el ala B —señaló la hilera horizontal detrás—. Y los vinculados y emparejados viven en el ala C.
— ¿No deberíamos ir al ala B? —Aria preguntó.
—Sí, también pensé en eso —Hazel se encogió de hombros y sonrió—. Pero Harold los quiere a ambos en el ala C.
—Lo entendemos —dijo Sean—. Y nosotros no podemos cuestionar sus órdenes ni negarnos a su hospitalidad ¿Verdad Aria?
La mirada del puma brillaba con arrogancia, Aria frunció el ceño.
— ¡Ustedes dos son adorables! —dijo Hazel riendo—. Ahora síganme. Generalmente todas las casas tienen dueños, pero la mayoría se han hecho independientes y pasan la mayor parte de la semana en Winston Hills, ustedes se alojaran en la antigua casa de Melody.
Hazel se giró y los guio hasta la primera casa de la hilera, tenía un porche de madera, pero el resto de la estructura; como todas las demás, era de ladrillo y cemento.
La puerta roja se abrió cuando subieron los escalones, un hombre joven de cabello naranja y ojos verdes sonrió al cerrar la puerta.
—Hola, cabeza de zanahoria ¿Ya está todo ordenado? —preguntó Hazel.
La sonrisa del joven se transformó en una mueca de frustración.
—Todavía espero el día en que dejes ese estúpido sobrenombre.
—Cuando le crezca una cola a tu lince.
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Editado: 23.02.2019