POLLO FRITO CON ensalada de verduras.
Delicioso.
Sublime.
Exquisito.
Lo mejor que había probado en su vida. Tal vez era el hambre o el hecho de que por una semana estuvo a dieta, pero Sean comió tres porciones de la comida que aquella amable mujer les sirvió en el comedor de la mansión.
Junto a él en la mesa, Aria comía de una forma más lente y menos desesperada.
Sean se dio cuenta de su falta de modales, tragó su bocado y luego de tomar agua decidió ir más despacio.
— ¿Tu clan es aliado de los Thunder Claws? —Aria preguntó.
—No, de hecho, nunca había oído hablar de este clan.
Sean solo se había aliado de tres clanes, los lobos Moon Fighters, los pumas Blue Moon de Argentina y el clan de Aria. Su padre, Jeremiah, nunca le había hablado de los linces.
—Bueno, parece que tu padre es muy popular por aquí.
Él también notó eso.
—Pienso averiguar el por qué.
—El hijo predilecto de Jeremiah —dijo Trevor sentándose frente a él—. Creí que sólo tenía dos hijos.
Eso era lo que todos creían, pero la difícil realidad era que Sean fue producto de una relación oculta, literalmente era un bastardo. Su padre estuvo vinculado a una sola mujer, pero rompió ese vínculo cuando se metió con su madre, Helen, ella falleció dando a luz a su gemelo, quien trágicamente no logró sobrevivir.
Jeremiah se hizo cargo y llevó a Sean al clan, donde creció como todo cambiante normal y tuvo que luchar para ganarse el respeto de sus compañeros de clan.
— ¿Qué hizo? —preguntó levantando su tenedor con ensalada.
—Oh esa es una gran historia —Exclamó Hazel en la entrada del comedor—. Vamos zanahoria, cuenta la historia.
Trevor rodó sus ojos.
—Cuando Harold se convirtió en alfa, el clan estaba siendo acechado en la ciudad por un montón de lobos errantes, Jeremiah estuvo varado en Winston Hills la noche en que Harold fue atacado por tres lobos, tu padre se enfrentó a ellos y le salvó la vida.
—Fue muy valiente —Hazel se sentó al lado de Trevor—. Recibió un par de golpes pero nada que Jessie no pudiera curar.
—En ese entonces —Trevor prosiguió—. Jeremiah no era alfa sino que, era el lugarteniente de tu clan, prometió hacerse aliado de nuestro clan cuando asumiera el lugar del alfa anterior.
—Por alguna razón nunca volvió a comunicarse con Harold —finalizó Hazel.
Eso era extraño, pensó luego de recordar la historia, su padre le había enseñado a honrar sus promesas.
— ¿Por qué le estiman tanto si no cumplió con la alianza? —preguntó Aria.
—Porque le salvó la vida a mi padre —Hazel respondió a la defensiva—. Y mató al líder de los lobos errantes en el proceso.
—Si no lo hubiera hecho, los lobos no se habrían dispersado y nuestro clan habría estado en peligro —afirmó Trevor.
—Lo entiendo —dijo Aria—. Una buena acción merece ser honrada.
—Y... ¿Cómo se llama tu clan? —Trevor preguntó.
—Ice Daggers.
—Es un bonito nombre ¿Cuántos son? ¡Auch!
—Zanahoria, eso no se le pregunta a un alfa —dijo Hazel luego de golpearlo en la cabeza.
— ¡Deja de llamarme así! —Exclamó Trevor.
— ¡Oblígame! —Hazel sonrió.
Sean, divertido, terminó su comida.
—Ustedes dos van a terminar juntos —dijo y los dos linces dejaron de discutir.
—Antes prefiero que me coma un lobo —Hazel lo miró horrorizada.
—Te apoyo en eso —añadió Trevor.
—Disculpen —intervino Aria—. A Sean le gusta jugar a ser Cupido.
Trevor y Hazel miraron la entrada del comedor, Harold entró y los dos jóvenes se pusieron de pie de inmediato.
— ¿Pueden dejarme a solas con Sean y Aria?
Los dos asintieron y se fueron.
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Editado: 23.02.2019