Alma Salvaje [serie Ice Dagers 6]

Capítulo 37

 

 

 

—Lo desconectaran mañana.

Las palabras le salieron en un aliento cansado. Aria apenas podía mantenerse en pie después de haber pasado casi doce horas transformada, tendría que estar en mejor forma, pero ahora nada de ella era seguro.

Fijó su mirada en el puma que por su respiración acelerada parecía que había corrido el tramo del hospital hasta su cabaña.

— ¿Por qué?

Una pregunta absurda.

—Emily no quiere que siga sufriendo, aunque no sé si Sean está sintiendo algo en este preciso momento.

Furia comprimida, sus ojos cambiaron de un azul pálido a un amarillo vibrante.

— ¡Sabía que no eras de fiar!

Ese grito hizo que se sobresaltara, un furioso Hunter saltó encima de Luke derribándolo al suelo. El puma largó un quejido pero no hizo ningún movimiento para salirse del agarre.

— ¡Hunter! —gritó, era desconcertante lo mucho que le costaba tener fuerzas para hacerlo— ¡Suficiente!

Ojos del color aguamarina ascendieron hasta conectarse con los suyos, aquella mirada, aquella tensión, le indicaba que Hunter todavía no olvidaba el hecho de que Luke le había "quitado" a Kaylee.

Su acción era más por un deseo de herirlo que de protegerla.

Y eso debía ser cortado de raíz.

—Deja a Luke o yo misma te arrancaré el pelaje.

Su advertencia fue tomada con cierto recelo.

—Evadió nuestra seguridad —replicó en defensa.

— ¡Es parte del clan!

Hunter quiso decir algo, pero fue prudente y mantuvo su boca cerrada.

Aria miró a Luke.

—Puedo hacer algo, pero no estoy segura si dará resultado —mantuvo sus emociones a raya—. Estás a punto de ser el alfa de tu clan, la decisión es tuya.

Era una mentira disfrazada, sea cual fuese su decisión, Aria seguiría con lo que había planeado la noche anterior.

Pero de verdad tenía que dejarle un espacio, no sería fácil estar en el lugar de Luke. Su mejor amigo a un paso de la muerte, una sola palabra podría acabar con él y le dejaría el puesto.

No lo culparía si decidía desconectar a Sean. Pero sí haría lo posible por mantenerlo aunque fueran unos pocos minutos, así dejaría de oír los gruñidos y gemidos angustiosos del animal en su mente, dejaría de sentir la culpa carcomer su interior. Después, se alejaría de todo y de todos, para que el dolor la consumiese por completo.

—Hazlo. —Luke se levantó limpiando la tierra de sus manos—. No quiero el puesto, quiero a mi amigo de vuelta.

— ¿Emily y los demás van a interponerse?

—Probablemente, pero de eso me encargo yo, debemos ir al hospital cuanto antes.

—Yo te llevaré —gruñó Hunter—. Vamos.

Los tres fueron en silencio, caminaron tan deprisa como a ella se lo permitió su energía, Hunter se impuso tomando el control de su camioneta, aceleró por el camino de tierra ni bien escuchó cerrarse la última puerta.

— ¿Qué es lo que pretendes hacer? —preguntó.

Había un rastro de demanda en su voz. El felino se agitó, lo veía como un familiar, pero en ese instante Hunter era una amenaza a su privacidad.

Pero debía ser sincera.

—Acabaré con todo.

— ¿A qué te refieres?

—Formaré un vínculo de sangre con Sean, intentaré sanarlo como los he sanado a ustedes. —Giró su mirada hacia el bosque moviéndose por la ventana—. Pase lo que pase, voy a abdicar a favor de Liam.

Hunter frenó en seco, su pecho se comprimió por acto de la fuerza.

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡No puedes dejarlo todo! —Exclamó rabioso— ¡No lo vale!

—Aria no, no deberías...

— ¡Tú no te metas!

— ¡Hunter! —gruñó, sus garras salieron llamando la atención del leopardo furioso—. Sé que te negarías a mi decisión, sé que todos lo harán en cuanto se enteren, pero es mí decisión y tienen que respetarla. —Se calmó y lo miró a los ojos—. Debes respetarla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.