Lo siento

--Lo siento Camila, no puedo. Debo ir sola--me levantó de ahí y me voy a mi casa.

Tengo mucho miedo, creo que Andrés ya no es la persona que conocí. En el mensaje me sacaba en cara el no haberle ayudado antes y que tal si ahora me negaba de miedo, no podía ni pensar el que me haría.

No tenía de otra, ahí estaría a esa hora. Nada ni nadie me detendría. Toda la noche la pasé en vela pensando en lo macabro que sería ver a Andrés después de dos años de muerto.

Me desperté agitada, quería llamar a Camila y decirle que me acompañará pero no era lo correcto, debía enfrentarme sola a lo que una vez hice.

A las nueve tome el autobús y me dirigí al cementerio, directo a dónde se encontraba mi amado.cuando iba llegando ya a su tumba siento una mano encima de mi hombro y pego un grito enorme.

--Asi querías venir sola--me dice mi amiga Camila después de casi matarme del susto.

--No puedes estar aquí!--le grito con dureza.

--No, no debo. Pero si puedo--me Toma de la mano y me invita a seguir caminando.

De lejos vemos a un chico de espaldas arreglando la tumba de Andrés, su estructura física es muy parecida a la de él, pero tenemos la esperanza de que sea una broma.

--Pense que vendrías sola--me dice con esa voz carrasposa.

--Yo le dije que no, yo... --el me interrumpe.

--No importa, están bienvenidas las dos.

El chico se voltea e indiscutiblemente es Andrés, Camila se desestabiliza un poco y da un paso hacia atrás, yo la sostengo para que no caiga.

--No sabía que eras tan miedosa, Camila--le dice el en tono de burla.

--Que quieres Andrés?! --le dice ella de mala gana.

--Quiero lo que Francy me prometío!!!--su voz se torno un poco más gruesa de lo normal, se levantó y se acercó a mi con un objeto cortopunzante, me tomo del cabello y me lanzó al suelo,  al intentar acercase a mí Camila no lo dejo y  se metió entre nosotros, mi gran amiga  fue quien recibió la puñalada que iba directo hacia a mi.

Ya viendo a Camila en el piso, Andrés tenía cara de satisfacción.

--Siempre tanto drama--dijo con sarcasmo.

--Asi son, por estar metidas en la vida de los demás, estás universitarias no aprenden--me río llena de extasis.

Andrés me abraza y me besa, estamos únicos el uno para el otro hasta la eternidad. Camila me mira desde el suelo sin entender que sucede, y yo no quiero explicarle, pero Andrés me dice que por lo menos darle una muerte digna a la bastarda.

--Esta bien--digo pensando cómo empezar.

Me siento al lado de donde ella se está retorciendo, y veo que trata de pedir ayuda pero, no hay nadie. Todo estaba planeado para que nadie estuviera en ese momento, somos los dioses de la eternidad. 

--Mi nombre es Victoria De la estruwer Mirasoli de Benaber, él es Edward Antonio Vuilao Benaber. somos del año 1671, tenemos 350 años como lo podrás notar--me río sin contemplación.

Camila trata de hablar pero solo sale sangre de su boca.

--Tranquila amiga, llevamos años haciendo esto.Tomamos los cuerpos de aquellos que dan la vida por nosotros, desde el año 1671 hicimos un pacto, que no dejaríamos morir al otro sin intentar salvar si vida, así sea en un miserable cuerpo como el tuyo. Queríamos que el cuerpo fuera de hombre, pero Carlos era demasiado listo, y sí, tuvo que morir, pero de una forma tan vacía, no dio su vida por nadie.

--Cuanta maldad--decia Andres escuchando mis palabras.

--Tu amiga Francy se enamoró de quién no debía y aquí llegué, el chico Andrés se había enamorado de quién no debía y ahí estuvo mi querido Antonio.Y así seguirá pasando eternamente, nos apoderaremos de todos los cuerpos para seguir viviendo en este mundo y de esta forma nunca partir al más allá.

--Exacto! Francy era una linda chica, pero confío en la persona equivocada, al igual que tú. 

Andrés y yo nos levantamos y dejamos el cuerpo de Camila ahí tirado, era cuestión de minutos para que dejara de respirar. Ya todo había acabado para ella, pero nosotros aún teníamos caminos que recorrer.