Almas: Animarum

Los elegidos

No fue sencillo pero conseguí meterme en el carruaje del Rey Mikel sin que nadie me viera, las voces me indicaban que ya estaban aquí listos para partir, la puerta se abre y el Rey entra, le dedicó una media sonrisa mientras toma un lugar frente a mí sin hacer notar al polisón que lo acompaña, la marcha se inicia y solo nos vemos a los ojos por un rato, esperando atravesar las puertas del palacio y lejos de todo aquello que podría impedir esta charla, cuando esta seguro de que no hay oídos indiscretos las palabras que salen de su boca son la última cosa que esperaba escuchar.

_ Es un honor. –Su tono es de reverencia-

Por un momento me lo quedo viendo sorprendido, pero dado que sabía más de lo que decía no debería haberme sorprendido.

_Debo suponer que me esperabas. –Hablo con sospecha-

_No exactamente, sabía que este momento llegaría, y por la forma en que me viste supuse que el día había llegado.

Lo miro por un momento, Hiro esta intrigado, curioso por la actitud de este hombre.

_Entonces ¿Qué es lo que sabes? –Inquiero directamente-

_Lo mismo que tu según parece.

_No lo creo, sé que sabes algo. –Insisto-

_Al principio cuando te presentaste como Ilae, si, sabia más que los demás, Lys me hablo de ti, más bien de Hiroyuki, supe casi en el acto que mentías y cuando Bile te descubrió pensé que al menos había tres, pero no es así, hay más estoy seguro. –Afirma-

_ ¿Sabes algo sobre lo que soy? –Ignoro la pregunta implícita, no le daría más información_

_Eres un Animarum –Arqueo una ceja- Pero ya lo sabes, también sabes que tendrás más de una pareja o todo el poder que con el tiempo ganaras –Solo me quedo viéndolo- En ese caso sabes lo mismo que yo.

_ ¿Qué hay del noveno Reino? ¿Qué sabes de Susurros? –Interrogo casi con brusquedad-

_Estas muy bien informado para haber pasado toda tu vida confinado al palacio. –Alega con sospecha-

_He tenido mucho tiempo libre –La verdad es que todo me lo había enseñado el capi-

_Se cree que después de la última guerra poco a poco se perdió en malas emociones, miedo y resentimiento hasta que finalmente fue totalmente consumido por los Espectros.

Coincidía en parte con lo que Ceylán decía, el reino estaba perdido, envuelto en la oscuridad, pero no totalmente, él aseguraba que la prueba de eso era mi existencia, el reino debía proteger la lanza que daría vida al Animarum y dado que estaba aquí podía decir que esta historia no era completamente cierta. Decido que la charla llego a su fin cuando un fuerte impulso me guía fuera del carruaje, era negro, desde que los sueños habían empezado poco a poco fue haciéndose más activo y ahora estaba en la superficie a punto de despertar podía sentirlo, solo faltaba ese estimulo. El lugar donde estaba me era desconocido, aunque todo lo era, camino en una dirección especifica ignorando los gritos que me llamaban, solo camino adentrándome cada vez más en el bosque hasta que un claro se abre frente a mí, siento una nueva alma muy cerca de la superficie, una que no había sentido antes, amarillo, solo una presencia sin nombre es la que me impulsa a seguir por ese claro, alejándome del bosque, reconozco el lugar, es uno con el cual sueño, uno en el que veo algunas de esas luces, sé que aquí se divide en dos una me llevara a aquel lugar desolador y la otra a ese asentamiento, alguien me jala con fuerza impidiéndome avanzar más, intento soltarme pero me supera atrapándome en el tronco de un árbol.

_Este no es lugar para un niño.

Su luz me deslumbra y sé que es uno de ellos, el color naranja toma el control, el alma despierta pero está completamente deslumbrada, incapaz de reaccionar.

_ ¿Cuál es tu nombre? –Bueno al menos recordó preguntarle eso, o de otro modo no podríamos reclamarlo-

_No te lo diría aun que me suplicaras principito. –Responde con enfado-

_Necesito saberlo es importante. –Alego casi suplicante-

_Nunca te han negado nada ¿verdad? –Lo veo con una súplica en toda regla- Kane, mi nombre es Kane y ya deja de verme así.

Sonrió ampliamente, ahora sabía que esas luces de mis sueños eran los demás candidatos, no volvería al palacio hasta encontrarlos a todos, no sabía cuándo tendría una oportunidad así.

Con una ligera risa lo empujo corriendo hacia el bosque, y grito sobre el hombro “pronto lo entenderás”, este camino me llevara a otras tres luces, tres candidatos y más almas. Pasado un rato decido que no me gusta caminar, en el sueño era más fácil y rápido. Estaba anocheciendo, no tenía idea de cuánto me tomaría llegar al asentamiento, no quería pasar la noche en un lugar como este, Rein estaba muy inquieto, si no lo controlaba tomaría el control lo que no sería bueno si alguien nos abordaba, como último recurso intente concentrarme en una canción que Ceylán nos enseñó para desviar la atención del lúgubre lugar, lo que solo funciono hasta que un sonido lo espanta.



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En el texto hay: hxh haren

Editado: 08.04.2020

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