Almas Gemelas

17. Su compañia

Aitana.

Siento como mi cama se hunde al lado derecho, volteo a ver quien es y me encuentro con Aina, quien envuelva sus brazos en mi cintura, mientras esconde su cara en mi espalda. 

—Quería dormir contigo como hace años —murmura. 

Estoy acostada de lado y hace rato estoy que me quedo dormido y no se me es posible. La imagen de ese hombre jalándome y su navaja rozando con mi cuello, me hace sobresaltarme e impidiéndome que al cerrar los ojos encuentre cierta paz. 

—Eran lindos esos momentos, compartíamos todo lo que hacíamos en el día y eso que siempre nos la pasábamos juntas —recuerdo. En su momento en la habitación de Aina solíamos dormir ambas, ya que en el que estoy, solía ser la habitación de Edward —. Ver como en cada cumpleaños nos levantábamos a despertar a todos, como al final de la noche todas cuatro jugábamos en tu cuarto al té. 

—Te quiero, Aitana —Su confesión suena de esas sinceras. Y algo que caracteriza a mi gemela es lo pura que es con sus sentimientos, es ese algo que no voy a negar que he envidiado de ella, siempre tiene en claro sus sentimientos, que muchas veces no sepa como manejarlos es diferente —. Y se que han sido días difícil y hasta te pido perdón por eso, por no estar contigo siendo días que te traen tantas cosas de nuevo. Es complicado volver a ser las mismas de antes y eso es por la sencilla razón que nos alejamos cuando cada una empezó a asumir un rol. 

—Mamá nos haría el trabajo más fácil —aclaro. 

—Mamá no hubiera permitido que nos alejáramos, ni mucho menos que no volviéramos este tipo de personas —corrige ella.

Es cierto, mamá no hubiera dejado que Sofía se guardara todo lo que piensa por no tener problemas, que Aina no se dejara pisotear y manipular, que la Layla fuera la misma de siempre —Porque sinceramente no se que problema tiene mi hermana, pero lo tiene—, que yo nunca le hubiera hecho daño a Maro. 

—¿Podemos ser los mismos de antes? —musito, queriendo que su respuesta sea afirmativa, que sea la que anhelo escuchar. 

—Podemos volver a ser quienes la familia es lo más importante, pero para eso falta mucho.

.

.

Hace unos tres días que me dieron de alta en el hospital y hoy me toca quedarme en la casa, sola. Porque los demás están estudiando y papá en el trabajo. Me dejaron con claras indicaciones que no puedo esforzar la voz, ni alzarla, porque al hacerlo lastimo mis cuerdas vocales. 

Y sin nada que hacer, le escribo a los chicos en un grupo que tenemos. 

Aitana: Holi :) 

Hongi: ¿Cómo sigues? 

Sonrío, desde que pase todo el fin de semana en el hospital y unos días más, siempre me fue a visitarme y demostrarme que nunca me va a dejar sola, aparte también me sirvió para reírme y burlarme de todas sus ocurrencias. 

Pelto: ¿Adivinen qué compañera está embarazada?

 

Aitana: Bien, Hongi de mi alma. 

Aitana: ¿Quién? Ahhhhh… ¿No me digas qué ya dejaste a alguien embarazada?

 

Guzt: Nadie es tan estúpida como para meterse con Pelto. 

Guzt: Eso sería un crimen. 

 

Hongi: ¿Por qué? ¿Celos que te lo quiten?

 

Guzt: Por supuesto, no ves que es mi Peltico. 

 

Pelto: Cállate. 

Pelto: Y siéntate Tana, porque es fuerte. Y pues nosotros estamos en clases y ya lo estamos. 

Pelto: María va a tener un bebé de Lionel.

 

Aitana: ¡¡¡¿¿¿Qué diablos???!!! ¿Hablas muy en serio?

 

Me quedo en shock por su confesión, ambos están muy jóvenes para eso. Lionel tiene la misma edad que yo y si no estoy mal, María es un poco menor. Pensar que tal vez se van a tener que hacer responsables de una sola vida me da lástima. 

Aunque una pequeña parte, esa mala… Dice que se lo merecen. Por algo pasan las cosas y tal vez este es un castigo por cada error que han hecho. 

Los chicos no me contestan por varios minutos y empiezo a desesperarme mientras juego con unos de los cojines de mi cama. 

Siempre anhelo que sea viernes para salir de clases, pero justo ahora quiero estar allá. 

No hay quien entienda a los estudiantes. 

Aitana: Estúpidos, acá me voy a volver loca mientras espero el mensaje. 

 

Pelto: Es culpa del idiota de Humberto y Guzt. 

Pelto: Se atrevieron a gritar en plena clase de inglés y les quitaron los móviles.

Pelto: ¿Por qué no tenemos amigos normales?

 

Aitana: Porque a simple vista lo parecían. 

 

Pelto: Buen punto. 

Pelto: Pero si, lo que Lionel es real. Fue algo que escuche hablando a la descerebrada de Kanti a Austin. 

 

La mención de este último me hace formar un nudo en la garganta. Todavía recuerdo muy bien nuestra conversación, y aunque me duele, se que es lo mejor. 

No me la puedo pasar siempre pensando cuando será que Austin me va a disculpar, porque no es bueno para mí. Tampoco es sano ver como esta para Kanti cuando ella lo necesita y muchas veces se que no lo hace a propósito, los Collins son personas con un buen corazón y es normal, solo que esas acciones me hacen sentir celos. 

Quiero a Austin, es algo que acepto. Sin embargo, ya no quiero sentir más esto, quiero dejar a Austin Collins en el pasado y como alguien que me hizo experimentar unas grandiosas sensaciones, pero no más.

Es tiempo de pasar página y mejorar el desastre de mi vida. 

 

Pelto: Tana, Hongi te manda a preguntar si tu hermana mayor ya las llamó. Que te manda a preguntar Will por medio de Humberto. 

 

Aitana: Pobre de ti cuando él lea el mensaje. 

 

Pelto: Me acaba de golpear en la cabeza. Es un maldito agresivo. 




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