Los días siguientes fueron una mezcla de asombro, aprendizaje y emociones que ninguno de los dos había experimentado antes. Alan, acostumbrado a un mundo de certezas y conexiones predestinadas, se encontraba enfrentando algo que nunca pensó posible: un amor lleno de descubrimiento y preguntas. Por su parte, April, cuya vida siempre había girado en torno a la libertad de elección y el temor al compromiso, empezaba a cuestionar todo lo que creía sobre el amor y la soledad.
Cada mañana, Alan la guiaba por la ciudad, mostrándole los pequeños detalles que hacían de su mundo un lugar tan único. Desde los parques llenos de parejas compartiendo sonrisas hasta los mercados donde familias enteras trabajaban juntas, Alan trataba de transmitirle a April lo que significaba vivir en un lugar donde nadie estaba solo.
—Aquí, el amor no es algo que se busca —le explicó una tarde mientras paseaban por un lago—. Es algo que llega cuando estás listo, cuando ambas personas están destinadas a encontrarse. Pero contigo… —Alan hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Contigo es diferente. Nunca esperé que mi alma gemela viniera de otro mundo.
April lo miró, su corazón latiendo más rápido de lo que estaba dispuesta a admitir.
—¿Eso te asusta? —preguntó con suavidad.
Alan sonrió, mirándola a los ojos.
—Un poco. Pero creo que me asustaría más dejar de conocerte.
April desvió la mirada hacia el lago, sintiendo cómo las palabras de Alan resonaban en su interior. Había algo en él, algo que no podía explicar, pero que empezaba a desmoronar las barreras que había construido alrededor de su corazón.
Por otro lado, Alan comenzaba a notar los pequeños gestos de April que revelaban su naturaleza independiente. La forma en que insistía en tomar sus propias decisiones, incluso en los detalles más insignificantes, como elegir qué camino tomar en un paseo o decidir qué comida probar primero. Para él, acostumbrado a la idea de un amor compartido en cada aspecto de la vida, esto era un desafío. Pero, en lugar de frustrarlo, lo intrigaba.
Una noche, mientras ambos estaban sentados en la terraza de la casa de Alan, mirando las estrellas, April rompió el silencio.
—Tu mundo es hermoso —admitió—. Pero siento que no encajo aquí. Todo está tan… conectado, tan perfecto. En mi mundo, todos tienen espacio para ser quienes quieren ser, incluso si eso significa estar solos. Aquí, parece que la soledad no es una opción.
Alan la observó, tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—La soledad aquí no es algo que tememos —dijo finalmente—, porque creemos que la vida es mejor cuando se comparte. Pero eso no significa que no tengas espacio para ser tú misma. Tal vez, lo que necesitamos no es que encajes aquí, sino que este lugar encaje contigo.
April lo miró, sorprendida por su respuesta. Había esperado que él intentara convencerla de que cambiara, pero en lugar de eso, estaba dispuesto a cambiar su perspectiva por ella.
Poco a poco, ambos comenzaron a encontrar un equilibrio. Alan le dio a April el espacio que necesitaba para explorar su nueva realidad a su manera, y April, a su vez, empezó a abrirse a la idea de que el amor podía ser algo más que una elección temporal.
Una tarde, mientras caminaban por el mercado, April notó a una pareja mayor sentada en un banco, compartiendo una taza de té. Sus manos estaban entrelazadas, y la mirada que se daban era una mezcla de complicidad y amor profundo.
—¿Cuánto tiempo crees que han estado juntos? —preguntó April.
Alan sonrió.
—Probablemente toda su vida. Aquí, las almas gemelas no se separan.
April asintió, sintiendo una punzada de envidia y esperanza al mismo tiempo.
Esa noche, mientras Alan preparaba la cena, April lo observó desde la mesa, pensando en cómo todo en este mundo parecía gravitar hacia la conexión y el amor. Por primera vez en su vida, la idea de compartir su vida con alguien no parecía una amenaza, sino una posibilidad.
Ambos sentados juntos en el sofá, en un silencio cómodo, compartiendo una taza de té. Aunque las palabras no eran necesarias, ambos sabían que estaban dando los primeros pasos hacia algo más profundo, algo que desafiaba las reglas de ambos mundos y que, de alguna manera, los hacía sentir completos por primera vez en sus vidas.
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Editado: 28.12.2024