Almas Guardianas

Capítulo 20 – Dejar ir lo que ya no vibra

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Soltar nunca es fácil. Nos enseñaron a aferrarnos, a cuidar lo que tenemos aunque duela, a no perder lo “seguro”. Pero en el camino del alma aprendí que **aferrarme a lo que ya no vibra conmigo es cargar una piedra en el corazón**.

Dejar ir no siempre significa que lo que solté era malo. Muchas veces fue hermoso, me enseñó, me sostuvo. Pero la vida es movimiento, y lo que ayer me nutría hoy puede estancarme. Eso también es parte del ciclo.

He sentido cómo mis guías me muestran señales claras: situaciones que se cierran solas, personas que se alejan, caminos que ya no se abren. Antes lo llamaba casualidad, incluso mala suerte. Hoy entiendo que es el **universo susurrando: “esto ya no vibra contigo”**.

Dejar ir es un acto de amor, no de pérdida. Amor hacia mí misma, porque respeto mi evolución. Amor hacia el otro, porque le permito seguir su propio viaje sin ataduras. Amor hacia la vida, porque confío en que siempre me llevará a donde debo estar.

Y aunque duela, soltar abre espacio. Espacio para lo nuevo, para lo que sí vibra, para lo que mi alma ya está preparada a recibir. El vacío no es ausencia: es preparación.

Hoy miro atrás y agradezco lo que dejé ir. No porque me faltara amor, sino porque mi camino me pedía más luz. Entendí que **cuando algo deja de vibrar, no es el fin: es la invitación a elevarme un poco más**.



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En el texto hay: real, espitual, mística para crecer

Editado: 07.10.2025

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