Almas- Primera Parte Finalizada (saga Animarum)

Capítulo 11

La mayoría de viernes por la noche solían salir a bailar, tomar algo, o comer algo en  familia, era una especie de tradición que incluso si no podían salir se quedaban en casa viendo alguna película. Sin embargo hoy, y quizás ya varios viernes atrás, Tessa se negaba a respetar, era raro, pensó Aiden, porque cuando preguntaba el motivo de su malestar su respuesta no cambiaba: "Me bloqueó por completo" refiriéndose a Aaron.

—Pensé que ya salias con Donovan.

—Solo lo hice para darle celos, pero no funcionó. Ahora comparte capturas de una conversación todo tonta con una niña nueva.

Seguido de eso, lanza su celular a la cama y sigue en la ventana.

Aiden entra al cuarto por completo ya que solo permanecía en el umbral de la puerta, se acomoda a su contrario en la ventana de la habitación de Tessa. Normalmente tenía una vista bonita, atrás de su casa había un brazo del río.

—A ninguno de los dos nos va bien con los Crawford, eh.

—Sí pero yo lo arruiné por actuar como una idiota.

—Se nota que somos hermanos.

 

La chica pega su frente al cristal.

 

—¿De verdad te gustaba? —se intriga.

—Solo míralo, Aiden, nadie en este mundo puede competir con su sonrisa, con su tono de voz, con la manera en la que me trataba... Con su manera de tratarme... —repitió dejándose llevar— Y sobre todo, nadie puede con esos...

—Ojos —completa Aiden.

 

Tessa entendió que pensaba en Dylan al responder, así que asintió. Era algo que esos hermanos compartían y que nadie podía negar que eran tan bellos y extraños.

 

—Pero tú no estás enamorado de ella —declara—. Ni siquiera tuvieron una cita.

—Bueno... —duda—. "Los casi algo" siempre duelen más —Lo había dicho como broma peor realmente no lo sintió así, y retomó—. No quería mezclar la misión con ella. Pero creo que sí me gustaba. Solo que...

 

El "pero" de él era su ex novia muerta. Sin rodeos. Así era. Aún quería a Kendall como el primer día en que la conoció, hasta el último día de vida.

 

—Deberías superar eso.

—No es fácil superar el asesinato de la persona que más amas...

—Aiden, fue tu primer amor y ya...

—El primero y el último.

—¿Y qué hay de Dylan?

—Soy su protector, haré lo que sea para mantenerla viva.

 

Su hermana busca su mano dándole un apretón suave.

 

—Haz las cosas bien esta vez. —dice,  sonando un poco despechada de su propia vida— Pídele disculpas por no ser sincero con ella y... Cumple tu misión. Se muy sincero y no la ilusiones.

 

—¿Tú dándome ese consejo? Terminaste con Aaron porque estaban hablando estupideces de Dylan cuando enfermó, y luego de él —pareció molesto—. Preferiste estatus que a él, debe estar enojado.

 

Sus manos se sueltan.

 

—¿Ya se lo que hice, okay? —su voz se torna firme—. Intentó arreglar las cosas pero la manera de llegar a él es a través de su hermana y por tanto tú.

—Ahhh... —comprendió porqué tanta insistencia más ni pareció sorprendido—. No, no no, a mi no me metas en eso.

—Oye —reclama—. Intento disculparme pero me ignora incluso en la escuela, ni siquiera me mira... Y por esas capturas parece hasta que ya le gusta alguien más.

 

Eso hizo que se cruzara de brazos.

 

—Como sea.

—Como sea —repite él.

 

(*****)

 

¿Se pensaba que iba a esperarlo eternamente? Sería la una de la madrugada en poco y no aparecía, incluso llovía a cántaros allá afuera, era una imposibilidad salir para cualquiera de los habitantes del sector con semejante diluvio por lo que su " persona favorita"  en todo el mundo no llegaría a pesar de haber confirmado su presencia hace media hora, cuando ya llovía lo sufre te como para permitir navegar en una canoa pequeña por las calles del lugar. Y que decir cuando bajó a la cocina por agua, al asomarse a la ventana podía ver el río bravo contra la costa en cualquier momento se le venía encima, pensó, lo que sin duda no pasaría de no ser por un tsunami...

 

Había apagado todo y cerrado las percianas, incluso se estaba quedando dormida hasta que sus pesadillas empezaban a aparecer en su mente, tanta inquietud hacia que los lapsos en los que empezaba a dormirse se reiniciaran, sin embargo, no fueron esas imágenes mentales las que le quitaron el sueño, sino un toqueteo en su ventana. Uno persistente.

 

Se levantó de salto y al mover las persinas ahí estaba su compañero favorito, empapado.

Su primera reacción fue abrirle de golpe como quien ve a su gato después de estar desaparecido por toda una noche, solo que alegría no es lo que sintió.

 

—¿Pero qué crees que haces aquí?

 

Blake procuró entrar primero, mientras ella volvía a cerrar la ventana no sin antes observar que tan alto había subido. Por la tenue luz de la calle y los árboles, no pudo trazar la ruta completa, así que supuso que solo cruzó la pared del patio con la calle, luego cruzo el césped, se subió al cobertizo que está a lado de la puerta por donde ella sale a su patio, e hizo cuerda floja por ese delgado muro de cemento que sobresalía de la pared cerca de su ventana en el segundo piso.

 

—Debo poner rejas... —susurró, más como un recordatorio para ella.

 

El chico se  había sacado el abrigo de lluvia mientras observaba a su alrededor como buscando algo. Cuando encontró el interruptor de la mesa de noche que Dylan tenía en su escritorio lo encendió.

 

—¿Un "hola" al menos?

 

Era cierto, luego de cerrar las ventanas y bajar las persianas de nuevo, se lo había quedado mirando sin decir nada. Reacciona a sus palabras y asiente con énfasis, se gira para buscar en su armario una toalla de manos y ofrecérsela. La verdad su cuarto sí era pequeño que las cosas estaban a la mano.




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