Almas rotas

ONCE

-¿Adeline? Hey... pequeña... Todo estará bien...- Susursa davian al mismo tiempo que se colocaba de rodillas frente a una temblorosa adeline que se encontraba abrazandose las rodillas fuertemente y manteniendo oculta la cabeza tras estas como si fuera un huevito sin tener intenciones de mirar o acercarse a alguna persona de la habitación como si estuviera lista para los golpes que esperata atento a que llegaran.- Adeline... Mirame... ¿si?... Todo ira bien....- Murmuro davian mientras se acomodaba para tratar de abrazarla con muchisimo cuidado y precaución con la intencion de no asustarla en el intento de reconfertación que estaba llevando a cabo, lo cual no resultó del todo bien al principio ya que adeline se comenzó a remover con fuerza entre los brazos de davian tratando de que la soltara mientras adeline repetia una y otra vez que la dejara, que ella no había hecho absolutamente nada. Y davian recordo todo lo que owen hacia por el cuando tenía crisis, entonces davian se mantuvo firmemente abrazando a adeline susurrandole que todo estaria bien, que no pasaría nada malo.

-Yo no fui... No hice nada malo... Lo juro...- Susurro adeline aun entre sollozos una vez que se rindió ante el abrazo de davian, el cual no la solto en ningún momento, provecando que terminara sentado en el suelo con adeline entre sus brazos.

-Lo sé... Claro que lo se....- Murmuraba davian manteniendo un brazo firme en adeline mientras le acariciaba la cabeza con la otra mano.- Fue mi culpa... No fue culpa tuya gatito... No hiciste nada malo.

-Yo me comporte bien... Yo... Yo ya aprendi la lección, no lo volvere a hacer.. Ya no grites mas...por favor...- Susurraba adeline acurrucandose en el pecho de davian, el cual estaba logrando tranquilizarla poco a poco, gracias a las caricias y a la manera tan tranquila en la cual le hablaba.

-Lo sé... Ya todo acabo...- Murmuraba sin dejar de acariciarlo.- Nunca más volverá a pasar... Lo prometo Gatito...- Hablo davian despacio sin dejar de acariciar la cabeza de adeline.

-Davian... No soy un gato.- Murmuró adeline haciendo un pequeño puchero que no era visible por nadie que no fuera davian, el cual la miraba atentamente mientras esta ocultaba su cara en su pecho, notoriamente más tranquila, consiguiendo por fin volver en si mismo, recordando donde estaba.

-¿Ah? Claro que si acaso no te has visto frente a un espejo, ¿Gatito?.- Preguntó riendo levemente, sin dejar de acariciarlo, con claro temor de que si paraba, adeline podría caer en ese vacío otra vez.

-Mi niña, ¿que tal va el hambre? ¿Ya te dio?.- Preguntó el doctor brow, el mayor de los tres chicos ahí presentes mientras volvía a sentarse tras su escritorio, notoriamente más relajado al ver que ya se había calmado, no una, sino, dos situaciones bastante feas, la de davian con su enojo y la de adeline con su pequeña crisis de pánico.

-Ya pasó una hora, el medicamento debería tenerte con hambre a estas alturas, pequeña.- Dijo como si nada, mientras los otros dos se despegaban como si fueran agua y aceite al recordar que no estaban solos en ese despacho, sintiendo una notoria vergüenza al verse "descubiertos" en esa situación, la cual no se solía ver con nadie que no fuera Angelo.

-¿Eh?... Si, si, creo que tengo un poco de hambre, Doctor brow...- Murmuró adeline colocándose de pie, a la vez que davian para comenzar a limpiarse la ropa como muestra del notorio nerviosismo que comenzó a sentir después de analizar el estado en el que estuvo con el chico que acababa de llegar al lugar.

-¡Excelente! Ahora, yo creo que angelo los debe estar esperando afuera.- Sonrió entregándole un vasito con pastillas y una botella de agua a davian.- Estos son tus medicamentos davian, con estos medicamentos se te calmarán los temblores y el seguro dolor de cabeza que te debes estar trayendo últimamente.

-Oh... Gracias.- Susurró davian haciendo una leve reverencia mientras aceptaba los medicamentos y recién acordándose de esos síntomas. ¿Como es que se me olvidó todo eso?. Se preguntó mirando atentamente el vasito con las pastillas de colores, para luego tomarlas rápidamente, esperando que el efecto fuera casi inmediatamente.

-Cedrick las trajo cuando estaban ocupados, así que las recibí por ti.- Comentó el doctor brow mientras se colocaba de pie para ir a abrirles la puerta del despacho.- Tranquilos, vayan a cenar ahora y recuerda adeline que tienes que andar con angelo pegado a ti por lo mínimo, dos horas luego de que comas, ¿bueno? Con angelo o davian, da igual, con el que te sientas más cómodo, pequeña. El que sea, luego me debe venir a decir qué tal estuvo tu cena, para ver qué tal están estos nuevos medicamentos ¿si?.- Sonrió manteniendo la puerta abierta mientras salen ambos de la oficina del doctor en busca de angelo, el cuál los esperaba a solo unos metros de ellos, notoriamente más calmado, luego de haber estado pegado a owen durante todo el tiempo que escucho los gritos de adeline, quedando bastante impresionado cuando los dejo de escuchar, lo que dejaba claro que davian había logrado acercarse y tranquilizar la crisis de la pequeña.

-¿Pastelito?...- Susurró angelo, acercándose con cuidado a adeline sin esperarse que esta corriera rápidamente hasta el para poder abrazarlo con fuerza mientras se disculpaba una y otra vez por la escandalosa escena que causó en la oficina del doctor brow, pero más que nada, por cada uno de los golpes que le dio mientras esté solo trataba de ayudarlo.

-Discúlpame, Angelo... Por favor...- Murmuraba sin dejar de abrazarlo en ni un solo segundo, olvidándose momentáneamente de que ya no estaban solo ellos dos, sino, que ahora también estaba davian junto a ellos.



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En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.09.2025

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