Almas rotas

DIECISIETE

-Lo sabias ¿no es así?.- Preguntó davian seriamente, al llegar a un lado del enfermero cedrick cuando terminó la terapia para así, comenzar a caminar juntos en dirección al salón del comedor, sin prestarle atención a nada ni a nadie que se dignara a pasar al rededor de él, aunque para ser sinceros, desde lo sucedido hace casi tres semanas, nadie era capaz de acercarse a davian, ni siquiera respirar cerca de él estaba "permitido", porque les daba miedo salir heridos como adeline o bien, porque él solito se encargaba de alejarlos por ser un cubo de hielo al cual no le importaba nada ni nadie que no fuera la pequeña rubia que aún se encontraba en la sala de urgencias, sin tener indicios de una cercana salida de ese lugar.

-No sé a que te refieres davian... Se un poco más específico, por favor.- Pidió el enfermero cedrick mientras caminaba justo al lado del menor.

-Me refiero a lo "poco ético" que es el doctor vicent.- Respondió davain metiendo ambas manos en los bolsillos de su poleron negro.

-Eso no es asunto mío davian... Lo qué pasó con el terapeuta vicent algo que se resolvió con el doctor zyran scott.- Aclaro el enfermero cedrick mientras miraba por el rabillo del ojo a davian analizando sus reacciones.

-¿Así que el gigante está metido en todo esto?.- Comento davian chasqueando la lengua mientras miraba al enfermero cedrick.

-Es uno de los directores de este centro pequeño, claro que está "metido" en todo eso y en todo lo demás.- Respondió el enfermero cedrick riendo levemente mientras entraban en el salón comedor dispuestos a ir en busca de su bandeja con comida porque si, el enfermero cedrick era quien acompañaba a davian en todo momento desde que ocurrió el incidente durante la madrugada de hace unas semanas, y eso incluía hacer turnos extras durante la noche para darse rondas cada determinado tiempo por la habitación del menor, acompañarlo durante las comidas para ver que comiera bien, apartarlo del área de urgencias para que no interrumpiera la paz que debía permanecer en ese lugar, e incluso esperarlo fuera del baño para verificar que no hiciera alguna acción en contra de su vida y salud mental.

-¿Por que no me explicas el porqué siempre colocas un pan dulce en tu bandeja pero jamás te lo comes?.- Preguntó curioso el enfermero cedrick, mientras comenzaban a caminar hacia una mesa que estuviera lo más apartada posible de las personas que estaban dentro del salón, ya que no se tenia como una opción el ir al patio que siempre estaba vacío, porque al menor no le apetecía ir ahí, ni ahora, ni en algún momento muy cercano sin que estuviera adeline.

-Es algo que sinceramente, no te debería importar.- Respondió davian sentándose para comenzar a comer de su puré de papas con pollo frito, dejando el platillo con el mochi perfectamente formado, a un lado de su platillo principal.- Ademas, no sé qué te hace creer que yo te voy a explicar el porqué hago eso, que es un asunto totalmente mío.

-Porque soy tu enfermero personal, un amigo aquí adentro y sé que aunque lo niegues, me aprecias un poco lo que implica que confias aunque sea un poquito en mi bello ser.- Comento el enfermero cedrick mientras miraba al pequeño niño frente a el.

-¿Me contarás cómo está?.- Pregunta davian mirando al enfermero cedrick con algo de esperanza en sus ojos.

-Davian... Sabes que yo no puedo hacer eso...- Susurró el enfermero cedrick entendiendo perfectamente que se refería al estado en que se encontraba adeline

-Yo tampoco puedo explicarte el porqué de mi pan dulce sin comer.- Respondió davian encogiéndose de hombros, para fingir que era un tema sin importancia, lo cual no se ocultaba muy bien si se veía la cara de agotamiento fisico y mental que traía desde lo ocurrido con la pequeña rubia. Ojeras cada vez más grandes bajo sus ojos, la piel cada vez más blanca, una postura que poco a poco se iba encorvando más y más, y así, muchos aspectos de su característico cuerpo con "esteroides" que delataban cada vez más su deplorable estado.

Pero ¿Podían culparlo por estar en ese estado? Claro que no, nadie que fuera un funcionario medico se atrevería a hacer eso, porque que ellos no solo se ponen del lado de adeline, también debían comprender el de Bennett. Él no estaba consciente de lo que hacía esa madrugada, obviamente no era una justificación para decir que davian podía andar por la vida golpeando personas, pero si lo era para comprender que el se sentía mal por lo sucedido, y que ese sentimiento lo estaba consumiendo hasta dejarlo en ese deplorable estado.

-No has hablado con el terapeuta vicent sobre todo lo que está ocurriendo, ¿verdad?.- Preguntó el enfermero cedrick antes de comenzar a comer poco a poco.

-¿Que te hace creer que no?.- Respondió davian tranquilamente, antes de seguir comiendo.

-Tú cara, Davian... Pareciera que traes un peso de mil kilos sobre tu espalda...- Susurró el enfermero cedrick viendo su plato con comida.

-¿Podemos ir a ver a zyran luego de la comida?.- Preguntó davian fingiendo no haber escuchado las palabras que dijo su enfermero.

-¿Por que no tratas de hablar conmigo? Si no puedes con el terapeuta vicent, yo estoy aquí para ti davian.- Murmura el enfermero cedrick a la vez que jugaba con la comida de su plato moviéndola de un lado a otro.

-¿Qué mierda quieres que te diga cedrick?- Susurró davian mientras afirmaba el tenedor con más fuerza de la necesaria.- ¿Quieres que te diga que la he cagado un millón de veces, pero esta es la que más me duele? ¡Porque si, joder, me duele como el puto infierno!.- Dijo davian antes de levantarse bruscamente, y así, irse caminando unos segundos, para luego comenzar a correr rápidamente sin dirección alguna, solo pensando en que quiere huir de todo lo que está a su alrededor.



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En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.09.2025

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