Almas rotas

VEINTICUATRO

-Cosas de psicólogos supongo, yo soy enfermero.- Dice el enfermero cedrick tratando de quitarle importancia a la situación de owen corriendo tras de angelo, a la vez que se colocaba de pie para sacar un paño de su bolsillo y así, secarle la cara con cuidado a davian, al cual le corrían unas cuantas gotas de agua aún por esta.

-El raro salió de la habitación de adeline...- Murmuro davian dejándose secar sin poner ningun tipo de objeción.- ¿Seguro que no me ocultas algo sobre mi adeline?...- Bingo, ahí está lo que lo delata, no estaba ahí de lindo dejándose secar porque si, no. no, sólo lo hace para obtener información del pequeño cuerpo que está tras la puerta roja que permanece cerrada frente a él.

-Ella está bien davian, no te preocupes- Suspira el enfermero cedrick guardando nuevamente el paño en su bolsillo.- Mira, ahora hay más cojines, así estarás más cómodo.- Sonríe el enfermero cedrick sentándose nuevamente.

-Gracias cedrick...- Suspiro davian sentándose agotado sobre su "cama" improvisada.- Cedrick... ¿Crees poder conseguirme el libro "El principito"?.- Preguntó davian cubriéndose hasta los hombros con la manta que tenía.

-¿Ah? Yo creo que si, pero ya tienes muchos libros aquí, ¿no crees?.- Preguntó el enfermero cedrick extrañado viendo los diez libros amontonados a un lado de donde duerme el menor.

-Uno, ya los leí todos y estos dos, no es solo para mi...- Susurró davian con una leve sonrisa en sus labios, recordando épocas de su vida que no eran tan terribles, esos días donde no habían voces en su cabeza, donde no se preocupaba por lo "cariñoso" que era su padre, esos días donde solo eran él y adeline bajo el árbol del parque, disfrutando del sol mientras la mayor le leía su libro favorito.

-Okey, si puedo.- Sonríe el enfermero cedrick parándose para acercarse y revolverle el cabello al menor como muestra de cariño.- Terminare de dar mi ronda y voy a la biblioteca por tu libro, ¿si?

-Muchas gracias cedrick.- Suspira davian cerrando sus ojos.-Detesto este efecto en los medicamentos...- Murmuró davian medio adormilado.

-Es normal, el medicamento es para relajarte.- Sonríe el enfermero cedrick cubriéndolo bien con las mantas antes de irse silenciosamente para continuar con sus rondas de entregas de medicamentos.

Adeline se volvió una chica muy atractiva, ¿no crees davian?

-Lo sé, mamá... Lo sé... A pesar de su estado, sigue siendo muy hermosa... Igual que cuando éramos pequeños...- Hablaba davian con la voz y el recuerdo de su madre.

Esta más grande y tierna desde la ultima vez que lo vimos, ¿no? Recuerdo cómo llegaba corriendo a casa, sus mejillas todas sonrojadas por el calor, y preguntaba muy emocionada por ti, cariño. Y no se movía de ahí hasta que tú aparecías para abrazarla

-Lo recuerdo mamá... Pero ella ya no es un niña... Mi adeline ya es toda una mujer mamá. No se quedó pequeñita y gordita por siempre...- Comento davian a la voz de su madre.

Espero que sean tan felices como tú padre y yo, mi davian. Qué la ames y protejas tanto como tu padre lo hizo con nosotros. Tendrán una hermosa vida juntos si sigues los pasos de tu padre, Amorcito

-Mentira... Deja de defenderlo madre... Ese desgraciado te mato... ¡No te amaba! ¡No era bueno!.- Hablo davian mientras le gritaba a la voz y el recuerdo de su madre.

Lo que me pasó fue un accidente davian... Tu padre no sabía que yo iba a terminar así al no tener su cariño...

-Eran golpes, no cariño. Era maltrato, no amor. Era una tortura, no protección.- Aclaro davian al recuerdo de su madre muerta.

Pero mira bien davian. Estás haciendo feliz a adeline de la misma manera. Todo estará bien bebé. Ya comenzaste como tu padre, sigue así

-¡No!.- Gritó davian abriendo rápidamente los ojos asustado y sudoroso, sin saber qué hacer por la leve desesperación que comenzaba a crecer en su interior, una desesperación que se vio claramente opocada al ver un lindo ojito mirándolo preocupada desde una mínima apertura en la puerta roja frente a él. Se podía notar por la altura de este, que lo estaba mirando después de haber gateado hasta ahí o bien, estaba sentado mirándolo desde un área relativamente segura.

-Ade... Adeline...- Murmura davian sin llegar a notar las leves lágrimas que comienzan a bajar por sus mejillas al ver aún unos leves hematomas en la perfecta y blanca piel de ella.

-N-No me mires...- Susurró adeline cerrando fuertemente los ojos sintiendo un leve temor por el.

-Está bien... Está bien...- Murmuró davian cerrando sus ojos para no asustarla.

-Estás... Davian... ¿Estás bien?...- Preguntó adeline, en un susurro casi inaudible para el chico.-No te ves bien...

-Tranquila adeline...- Susurró davian volviendo sus manos puños por la impotencia que sentía al haber dejado a su adeline así.- Solo fue un muy mal sueño... Un muy mal sueño...

-Quizás sea porque estás durmiendo mal...- Dijo adeline manteniendo el mismo susurro con el que comenzó a hablar pero ahora volviendo a mirar al chico ya que este tenía los ojos cerrados.

-Adeline... Por favor... Quiero acercarme... - Susurró davian manteniendo los ojos cerrados- Tranquila... Solo soy yo...- Murmuró davian acomodándose para comenzar a gatear lentamente, sin mirarla para que no se asustara más de lo que ya estaba sintiendo una leve emoción hasta que escucho que la puerta era cerrada rápidamente y con seguro, esa fue su clara señal para que pudiera abrir los ojos y no ver ningún rastro de adeline frente a él.



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En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.09.2025

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