TREINTA Y CINCO

5 horas después

-Ya es hora de sus medicamentos.- Aclaró el terapeuta vicent, quien venía con el carrito de medicamentos ya listo con vasitos de pastillas y botellas de agua, haciendo las rondas que debería hacer el enfermero cedrick, ya que este día, para relajación de todos decidió darle tiempo libre al doctor lucca brow y al enfermero cedrick, y así aprovechaba de distraerse el también al estar leyendo los nombres y medicamentos de todos los pacientes que tenía el enfermero cedrick, los cuales tenia anotados en una pequeña libreta que guardaba en el bolsillo de su bata blanca.

-¿Como han estado ahí dentro?.- Consultó el terapeuta vicent con una leve sonrisa al enfermero Key, quien se quedó de guardián cuando el enfermero cedrick se fue.

-Bien, no he escuchado nada y cuando entré para ver que tal, estaban dormidos, supongo que aún están así.- Respondió el enfermero key con una dulce sonrisa mientras aceptaba los dos vasitos con medicinas y las botellas con agua.

-Supuse que no habrían salido de ahí en todo el día.- Comentó el terapeuta vicent dejando salir una leve sonrisa.- Adeline se saltó la comida por estar ahí, así que les traje comida también.- Aclaró el terapeuta vicent entregándole el carrito a Key, quien pudo notar los dos platos con comida en la bandeja inferior de este.

-Angelo los preparó, dijo que adeline ya era capaz de comer arroz con davian, así que no había problema con la cantidad que le sirvió.- Dijo el terapeuta vicent dejando salir un leve suspiro.- Se que crees poder con todo, pero no tienes tantas manos Key, entra con el carrito yo esperaré aquí sentado mientras tacho nombres para saber quiénes faltan para entregar medicamentos.

-¿Estas seguro?...- Cuestionó el enfermero key con cierta duda al saber los sentimientos del terapeuta vicent por adeline.

-Ve tranquilo, estaré bien.- Sentenció el terapeuta vicent regalándole una linda y tranquilizadora sonrisa al enfermero key. Y así fue, Key tomó el carrito para acercarse a la puerta, del despacho del doctor brow, para dar dos golpecitos e informar su pronta entrada a la oficina. Al no escuchar respuesta, abrió la puerta con cuidado para encontrarse con adeline y davian aún durmiendo en la misma posición en la que se quedaron dormidos hace horas.

-¿Hola?....- Murmuró el enfermero key calmadamente mientras tocaba la espalda de adeline con delicadeza para moverlo levemente, esperando conseguir despertarlo de esa manera. Lo que jamas espero fue que davian aferrara más sus brazos alrededor de adeline mientras miraba fríamente al chico que jamás había visto antes, ya que el movimiento en el cuerpo de adeline lo despertó a él, en vez de a la pequeña rubia.

-¿Quien carajos eres tú?.- Cuestionó davian asegurándose de que no le pudieran arrebatar a adeline de sus brazos.

-¡Ese vocabulario davian!.- Gritó el terapeuta vicent desde fuera al escuchar el "insulto" de davian mientras aún tachaba los nombres en su libreta.

-¡Lo siento!.- Gritó davian en respuesta dejando salir un suspiro más relajado al escuchar una voz conocida.

-Hola enfermero key.- Habló adeline al despertar mirando con una sonrisa al chico de cabello grisáceo frente a ellos, ya que claramente despertó al sentir como es que davian lo apretaba con demasiada fuerza.

-Traigo la cena pequeña.- Respondió el enfermero key con una sonrisa también mientras se acercaba al escritorio del doctor brow para recoger con sumo cuidado el papeleo que tenía sobre este, y así poder colocar ambos platillos ahí.

-Por lo que puedo ver, no solo comida eh,.- Bromeó adeline al ver los vasitos con píldoras que dejaba el enfermero key en el escritorio del doctor brow.

-Yo creo que ni cuenta se dieron de cuánto tiempo a pasado, ¿no?.- Cuestionó el enfermero key riendo levemente mientras veía como ambos se levantaban y estiraban su cuerpo para espantar el sueño, dejando ver la notoria diferencia de estatura cuando es que ambos estiraron sus brazos hacia arriba.

-¿Cual es la mía?.- Cuestionó davian viendo curioso todos los colores de las píldoras que habían en los diferentes vasitos, sintiendo la tentación de tomar algunas por si es que las necesitaba en algún futuro, tentación que fue olvidada al sentir la manito de adeline entrelazada con la suya porque si, adeline pudo presentir que es lo que pasaba por la alborotada cabeza del chico alto ahí presente.

-Primero adeline que debe tomarla para el hambre, aunque me conto un pajarito que hay un buen motivo que lo está ayudando a comer ahora.- Comentó el enfermero key juguetón mientras le entregaba el vasito y el agua a adeline. Fue solo escuchar esa pequeña frase para que davian inflara su pecho todo orgulloso al saber que gracias a él adeline estaba mejorando y no empeorando. Comentarios como esos hacían que por fin se sintiera útil para algo, útil para alguien, lo hacían recordar que por fin estaba en su lugar, en su hogar. Porque eso es estar con adeline, no importa el lugar, si es junto a ella, se puede llamar su hogar.

-Tengo un macho aquí que no me da muchas alternativas.- Comentó adeline riendo mientras le daba un leve golpecito en el pecho a davian a la vez que se ponía de puntitas para darle un besito en la mejilla.

-Bueno caballero, solo me queda darle las gracias y entregarle sus medicinas.- Dijo sonriendo el enfermero Key mientras inclinaba levemente la cabeza como un saludo a davian, para luego entregarle el agua y sus píldoras.- Bueno pequeños aquí está la comida, por favor se comen todo. Yo estaré aquí afuera si es que necesitan algo.- Aclaró el enfermero key tomando el carrito nuevamente manteniendo su sonrisa.- ¡Oh! El terapeuta vicent y la enfermera sofía mandan saludos.- Finalizó el enfermero key para luego salir de la habitación y entregarle el carrito al terapeuta vicent, para que este pudiera continuar con la larga travesía que lo esperaba esa tarde/noche repartiendo medicamentos en todos los pisos del hospital.