-Eso sería todo por hoy davian. Fue una gran sesión la de hoy.- Aseguró el doctor brow mientras se colocaba de pie a la vez que davian también lo hacía. Con una sonrisa de ambas partes, se estrecharon la mano para luego dar por finalizada la sesión de hoy. Primera sesión en la que se habló un tema muy delicado y no fue necesaria la asistencia de adeline, es por esto que cuando el doctor brow abrió la puerta para que saliera davian, en vez de que este saliera se vio entrar rápidamente a un rayo amarillo que se arrojó encima del chico, quedando fuertemente colgada de él, quien por puro instinto, se aferró al cuerpo de adeline para poder afirmarla bien para que no cayera al suelo.
-¡¿Estas bien?! ¿¡Te hizo algo?!.- Preguntó adeline rápidamente mientras tomaba la cara de davian entre sus manos con delicadeza para moverla de un lado a otro, inspeccionando que no tuviera nada malo en ella, sobre todo fijándose en el color de sus ojos. La ausencia de rojo en estos demostraba que en realidad la sesión de hoy no había sido tan terrible, ya que no había rastro de lágrimas, y esto se confirmó por completo cuando pudo ver la radiante sonrisa con la que lo estaba mirando el menor.
-Estoy bien novia mía.- Confirmó davian mirando a la chica entre sus brazos, mirándolo con ese brillo particular que siempre aparecía cuando es que estaban los dos juntos. Ahí estaba él, estaba él en los ojos del amor de su vida, estaba él... Con una sonrisa tan resplandeciente que hasta se asustó de si mismo. ¿Hace cuánto que no sonreía así? Hace años, la última sonrisa que recordaba había sido la última vez que había estado con la chica en sus brazos cuando aún no estaban en ese lugar. Recordó que una vez adeline le comentó que las sonrisas eran algo especial y mágico, que el día en que viera una sonrisa y sintiera como si el mundo se moviera rápidamente, o incluso, que se quedara congelado, debía aferrarse a esa persona, porque eso solo lo causan los seres que son capaces de cambiar nuestro mundo de la manera más bonita que se podía observar, al mostrar solo una simple sonrisa causaban un cambio en el mundo externo como en el interno. Ahí fue cuando supo que debía aferrarse a adeline, que no podía dejar ir a la chica que era capaz de cambiar todo su mundo, que lo hacía olvidar el mal, y ver el bien en la vida que ya daba por perdida. ¿Y eso cuando pasó? Apenas unos meses de nacido, owen siempre le saca en cara que la primera sonrisa que mostró fue cuando vio a adeline, a pesar de que fueran solo encías y que adeline era tan pequeña que en realidad no sabía que pasaba, para ambos fue el momento en que sus vidas se volvieron a reunir, cuando comenzaron a vivir realmente, al sonreirse el uno al otro.
-¿Que pasa?.- Preguntó extrañada adeline mientras miraba alternadamente entre davian y el doctor brow, sin saber porque davian la miraba tan intensamente ese día. Era normal, si, esas miradas no faltaban entre sus días y noches juntos pero algo diferente había hoy, no sabía el qué, pero algo había cambiado, davian se veía más decidido que nunca.
-Nada malo. Solo estoy cargando la sonrisa que me regalaste.- Respondió davian quien recién salía de su ensoñación al recordar todas las sonrisas de adeline, lo cual provocaba que aún mantuviera su propia brillante sonrisa en su rostro.
-¿Sabes? Hay sonrisas que son tan contagiosas que te hacen sonreír también.- Dijo adeline comenzando a sonreír también, totalmente contagiada por la felicidad que resplandecía el chico. Y así, como si la gravedad los atrajera, ambos sonriendo, se comenzaron a besar lentamente. Un beso lento, tierno y delicado, en el cual transmitían todo el cariño que se tenían, cariño que a cada segundo se iba sintiendo más y más abrumador, más y más poderoso, más y más intenso. Al escuchar el fuerte "Ejem" de su doctor de cabecera, recién se dieron cuanta que claramente iba subiendo la intensidad y calor del momento, cosa que podría poner incómodo a cualquiera que no fuera un pervertido que le gustara excitarse viendo un beso tan intimo entre una clara pareja que podría llegar a más que solo un beso.
-Tu novio se comportó muy bien hoy, adeline.- Hablo el doctor brow felicitando a la pequeña rubia bajo la atenta y feliz mirada de ambas personas.- Vamos por un muy buen camino. Sigamos así.- Dijo el doctor brow incentivando a ambos pacientes, ya que no sólo hablaba de uno, sino de ambos. Ambos iban mejorando, ambos se estaban ayudando y no destruyendo, ambos iban caminando directo a un final mucho más claro y feliz que al que se dirigían estando solos, ambos iban a mejorar por el otro, iban a ser la pieza faltante en el rompecabeza del otro. Adeline pertenecería a davian, así como davian pertenecería a adeline.- Ya son libres por hoy. Vayan a pasear y a darle una mirada al mural donde están los talleres, quizás les guste alguno.- Sugirió el doctor brow a la vez que salía de su oficina junto a ambos pacientes.- El enfermero key les dará sus medicamentos hoy, así que no se anden escondiendo, por favor. Él no tiene un radar tan bueno como el enfermero cedrick para encontrar a davian cuando se van a esconder por ahí para más privacidad.- Hablo el doctor brow viendo cómo ambos chicos asintieron, uno riendo y el otro claramente avergonzado, ya que esos minutos de privacidad eran solo para poder comerse a besos sin que nadie los interrumpiera, pero el enfermero cedrick siempre lograba llegar en el momento exacto para evitar que pasaran más allá, lo que avergonzaba a la pequeña rubia al sentirse "descubierta" por el enfermero cedrick como si estuvieran haciendo algo prohibido y digno de sanción.
-Mañana es nuestro día libre, ¿verdad?.- Cuestionó davian a la vez que bajaba de sus brazos a la inquieta y avergonzada adeline para luego poder entrelazar sus manos.