Almas rotas

CUARENTA Y DOS

-¿Hermanos?...- Cuestionó davian en un susurro mientras miraba expectante las expresiones de adeline, como si esperara una reacción que demostrara que había bromeado o algo así. Esa expresión jamás apareció, en cambio, adeline lo miró con una leve sonrisa, una que no se notaba para nada incómoda, era más bien de felicidad, pura felicidad.

El único Morgan de su familia que conocía era su padre, ya que su madre desapareció de un día para otro, y el señor morgan solo dio como explicación que había fallecido, pero sólo eso, no hubo tristeza, ni si quiera funeral, solo un "Murió" y listo, desde ese día su familia se redujo solo a ellos dos, y como se sabe, no es que en realidad fueran una familia tan linda y acogedora como las buenas que se ven en la tv. Luego de eso, sus conocimientos sobre las familias se ampliaron hacia una externa: Los bennetts, estos tampoco fueron una muy buena familia a la cual envidiar o desear. En resumen, adeline no sabía que era tener una familia acogedora, una que te amará y protegiera, de esas que dicen estar en las buenas y en las malas. Si llevarlo al hospital después de los "juegos" que les gustaban a los amigos de su padre se consideraba que estaban juntos en las malas, bueno, su padre estaba con el en las malas, algunas veces...

Todo cambió el día en que esos dos chicos aparecieron en la habitación del hospital, adeline por fin conoció que era recibir el cariño de una familia, un cariño que solo recibió en la época que estaba con el pequeño davian.

Flash Back del pasado

Para ser sinceros, no recuerda que clase de juego lo mandó al hospital esa vez. Solo tiene pequeños recuerdos de kris, el hijo de uno de los amigos de su padre, que ese día había venido por "su regalo de cumpleaños" y que no se iba a ir hasta que lo obtuviera.

-Hola...- Susurró una nerviosa adeline mientras "jugaba" con sus dedos por la ansiedad que estaba siento en ese momento. Jamás en su vida había visto a esos chicos ¿Qué se supone que son? ¿Acaso el grandote tenía algún fetiche extraño con las rubias y menores que él? Si lo pensaba seriamente, su padre sí sería capaz de venderlo a algún empresario que pagara bastante dinero por ella, así que no le sorprendía que el chico alto y de traje negro la hubiera comprado, incluso se veía como un empresario ricachon.

-¿Estas bien? ¿Te sientes bien?...- Susurró el pequeño rubio, con notorias lágrimas que bajaban por sus mejillas, mientras se mantenía oculto tras el chico grande.

-Te dije que llegaríamos a tiempo...- Respondió con una leve sonrisa el chico alto con traje a la vez que le tomaba la mano al pequeño para que se acercaran juntos a la camilla de adeline. Había un algo, no sabía el que pero había algo que provocaba que no hubiera temor ante esa aproximación ¿La mirada con lágrimas del rubio? ¿La mirada de felicidad del otro? ¿La cara levemente conocida de ambos? Ni idea de quiénes son, como llegaron y para que lo hicieron, pero había una parte de ella que estaba tan agradecida. Despertó y por primera vez no tuvo miedo, incluso sintió que una parte de ella volvía a brillar, solo por el hecho de ver unas sonrisas sinceras frente a él.

-Hermano kian... ¡Esta bien! ¡Adeline están bien!.- Gritó feliz el pequeño rubio. Habían muchas cosas a las cuales ella estaba acostumbrada: insultos, golpes, abusos... Incluso quizá un abrazo de davian bennett, pero solo a eso, así que el hecho de que el más pequeño de la habitación saltara sobre la camilla para subirse y poder abrazar a adeline, la pillo totalmente desprevenida, y le causó algo en su interior, no sabía que se suponía que estaba sintiendo en su pecho, dolía, le dolía mucho, era como si una presión constante se instalaran ese lugar, como si alguien le apretara el corazón. Ahí se dio cuenta, adeline no lloraba hace años, ya no sabía lo que era derramar lágrimas, su padre se las había quitado al igual que todo lo que podría llamarse suyo, así que el estar llorando por el abrazo del pequeño, le causó ese extraño síntoma en su pecho.

-Lo sentimos mucho.- Dijo el chico alto quien se inclinó en una reverencia bajo la atenta mirada de adeline.- Tardamos en encontrarte y temimos no llegar a tiempo adeline.- Prosiguió manteniendo la reverencia para no causarle miedo a adeline por su altura.- De verdad lamentamos la demora adeline Morgan.- Aseguró el chico recién volviendo a una posición derecha.

-De verdad lamentamos la demora....- Susurró el pequeño chico que la mantenía abrazada. Si se lo hubieran preguntado en ese momento, adeline no habría sabido responder el porque se sentía bien con esas personas en su habitación, mucho menos ella porque fue capaz de abrazar al chico rubio como si su vida dependiera de eso mientras lloraba de felicidad.

-Mi nombre es Kian, y el pequeño es isael. Morgan kian y Morgan isael.- Dijo con una pequeña sonrisa.- Somos familia adeline.

Fin Flash Back del pasado

-Asi es, tengo tres.- Contestó adeline con una sonrisa mientras entrelazaba su mano con la de davian.- Resulta que mi padre cuando salía no era solo por reuniones de trabajo.- Dijo adeline riendo levemente.- Mi hermano kian es el mayor, después vengo yo, me sigue ivelle y por último el pequeño isael.- Aseguró adeline retomando la caminata hacia la oficina de owen.

-¿Por que no sabía nada de ellos?.- Cuestionó davian con el ceño levemente fruncido al no conocer a las personas recién mencionadas.

-Oooh... Eso tiene una explicación lógica.- Respondió adeline con una leve risita nerviosa.- Ya conoces a ivalle, ella está aquí, y evito que te me acercaras el primer día.- Contó adeline antes de morderse el labio inferior por los nervios.- Ahora si te puede acercar porque cuando ocurrió el incidente de los golpes, quería asesinarte.



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En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 18.09.2025

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