Almas rotas

CINCUENTA Y SIETE

Encontrar a los dos Morgan más pequeños no fue para nada un problema para el enfermero key, conocia a esa familia como la palma de su mano así que podia encontrarlos sin ningún problema. Una vez que llegó hasta el jardín con los pavos reales, les informo a ambos hermanos que ya era hora de que fueran con la pequeña rubia para aprovechar el tiempo en familia. Como si esa fuera la palabra mágica, ambos comenzaron a caminar rápidamente hasta las habitaciones blancas mientras reían levemente. Para el enfermero key esa imagen era igual que ver a dos niños pequeños disfrutar de su infancia, porque eso eran, eran unos pequeños que recién comenzaban a disfrutar sinceramente, por fin podían estar en un lugar sin preocuparse por algún loco que pudiera llegar por ellos y los torturara.

-¡Hermano!.- Gritó ivalle corriendo rápidamente hasta donde estaba su hermano mayor kian para poder abrazarlo con fuerza, a la vez que isael iba hasta donde estaba evara para reclamar que no estaba en la oficina.

-Hey, se me calman, eh.- Solicitó con una sonrisa kian el hermano mayor de adeline.- Vamos a estar con adeline un rato pero debemos comportarnos para no alterarla, ¿si?.- Pidió kian mientras abrazaba con delicadeza a su hermana menor. Recibiendo un asentimiento por ambos, el doctor brow procedió a abrir la puerta para que la familia por fin pudiera estar junta, dejandoles claro que el enfermero key se quedaria aquí en caso de cualquier cosa, ya que habia recibido una llamada y debia ir a atender el asunto con urgencia.

El doctor brow espero pacientemente que se cerrará la puerta mientras sonreía, una vez que se cerró la puerta blanca corrio por todos los pasillos de la clínica hasta llegar a la habitación de davian bennett, pasando olímpicamente de todos los que querían hablarle en ese momento. Lo único que pensaba era que debía llegar a ese cuarto y lo más rápido posible. Una vez que estuvo a solo unos metros de la puerta cerrada de esa habitación, pudo escuchar como las cosas se estrellaban contra las paredes mientras habían unos gritos que no entendia del todo.

-¿Que pasó cedrick?.- Medio grito el doctor brow al ver como es que el enfermero cedrick caminaba de un lado a otro frente a la puerta de la habitación del chico.

-No lo sé. Solo sé que lo saque de ahí con suerte lucca, mi niño no está bien.- Aseguró el enfermero cedrick con cierto temor de que davian se estuviera haciendo daño.

-Okey, estaba con adeline, asi que no podemos traerla a ella para que lo calme. Si eso fuera a funcionar davian ni siquiera estaría así ahora.- Analizó el doctor brow mirando atentamente la puerta de la habitación de davian bennett.

-Esta gritando que se callen, asi que doy por hecho que las voces volvieron doctor brow.- Comentó el enfermero cedrick mordiéndose la uña del pulgar de su mano.

-Muy bien, entrare en la habitación cedrick.- Dijo el doctor brow dejando salir un suspiro mientras se acercaba a la puerta.

-¿Estas seguro?...- Preguntó el enfermero cedrick con cierto temor. Era lógico que el doctor brow entrara, era su doctor a cargo y no podían simplemente dejar que un paciente explotara y fingir que no pasaba para no ayudarlo. El enfermero cedrick lo sabía, claro que si pero no podia evitar pensar que un paciente alterado no razonaba correctamente, lo que implicaba claramente que davian podía hacer cualquier cosa sin estar consciente de ello. Podría dañar al doctor lucca brow a pesar de que ya eran más cercanos, y eso aterraba al enfermero cedrick.

-¿¡Que mierda le hiciste a adeline!?.- Gritó davian tirando todas las cosas de la habitación dejandose llevar por la ira contenida, se podía ver y escuchar como es que davian lanzaba las pocas cosas que habían en la mesita de noche y las del escritorio, inclusive lanzando la misma mesita una vez que no le quedaban más cosas por lanzar.- ¡No te callas nunca y ahora lo haces! ¡Aparece, maldita sea!.- Gritaba davian mirando a todos lados en su habitación, buscando claramente a alguien que no estaba ahí pero que solía ser capaz de ver y llegar a sentir tan vividamente las voces de su cabeza antes de haber regresado con adeline.

¿Son los medicamentos? ¿Por que no podía ver a su madre como lo solía hacer? ¿Que tenia que hacer para traer la imagen cuando más lo necesitaba?

Más fuerte, Hijo. Esa zorra solo entendia si la hacia por la fuerza

-¡Tú callate, maldición!.- Gritó davian con los ojos llorosos.- ¡Aparece de una puta vez! ¡Dime que carajos le hiciste a mi adeline!.- Gritaba davian ya estaba desesperado, por primera vez en su vida quería poder ver y escuchar a su madre. Sabia que no estaba bien, comprendía que en realidad no era ella y que solo era producto de su imaginación y la mierda que tenía dentro de su cerebro. Pero lo necesitaba, quería y anhelaba escuchar a su madre y que le explicará, adeline tenía un gesto tan destruido cuando se lo menciono, necesitaba averiguar que había pasado por alto.

¿Que fue lo tan terrible que pasaba para que adeline pusiera esa expresión y dijera que prácticamente lo odió por no defenderlo?

¡Aparece, Zorra! ¡Explicale a este marica las mierdas que hacias! ¡Muestrale lo mierda que eras tú también!

¡No me grites!

-¿Que le hiciste, mamá?...- Susurró davian dejandose caer de rodillas ya cansado por jugar así con su mente.

¡No hables de mi como si tú hubieras sido una buena persona!



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En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.10.2025

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