Almas rotas

SESENTA

Habían pasado tres días desde que davian bennett había despertado, tres días en los que se les permitió estar los dos juntos en esa habitación aislados de todos y sin tener que ir a terapia, pero eso no implicaba que los medicamentos se suspendieran o que no se fueran a duchar en todos esos días. Cada día tomaban sus medicamentos, comían y se daban una ducha en el baño que no estaba tan lejos del pasillo de las habitaciones blancas, siempre eran el enfermero cedrick o el enfermero key eran quienes le llevaban el cambio de ropa y todo lo que necesitaran durante su estadía de vagancia en ese pasillo con habitaciones blancas con paredes que parecían almohadas.

-Davian...- Hablo adeline mirando atentamente la fornida espalda que estaba frente a ella. Cuando se iban a duchar tenían la costumbre de que fuera primero adeline quien se Balanta primero porque davian tenia la teoría de que era más probable que adeline tuviera un accidente a que lo tuviera él, por lo cual debía estar vestido y preparado para actuar si es que eso llegaba a suceder. El chico acababa de salir del baño, solo vistiendo el pantalón que parecía pijama y una toalla sobre la cabeza, provocando que fuera la primera vez que adeline veía más que solo los brazos de su pareja. Quedando totalmente asombrada, adeline miraba atentamente la figura imponente delante de ella, y agradecía internamente estar vestida por completo con su pijama y sentada sobre la camilla, porque de solo mirar el marcado cuerpo de su pareja le daba vergüenza el suyo, a la vez que se le debilitaban las piernas ante tal maravillosa escultura que era davian bennett.

-¿Que ocurre?.- Preguntó davian volteándose para poder mirarla curioso y con una ceja levemente alzanda.

-¿Que dice tu tatuaje?.- Preguntó adeline siendo lo primero que salio de su boca al volver a la vida real después de embobarse con el fisico de su novio. La espalda de davian no solamente se veía imponente, era musculosa y le daba un claro toque de sensualidad pero aparte de eso, destacaba la tinta negra que estaba en la parte trasera de su hombro derecho. Decía en una clara letra negra, letra que tenia el diseño de las que pertenecían a las antiguas maquinas para escribir.

Nevermind

-Oh, eso...- Murmuró davian llevándose inconscientemente la mano hacia donde estaba el tatuaje para acariciarlo con sutileza- ¿Quieres saber? Sinceramente no estoy seguro. Lo busqué en Google y decía "¿Estas bien?".- Explicó davian encogiéndose de hombros para restarle importancia.

-¿Te hiciste algo permanente en tu piel sin siquiera haberlo pensado a fondo? ¿Y mucho menos haber pensado en el significado?.- Preguntó adeline impresionada mirando atentamente como es que davian se terminaba de vestir.

-Bebé, de milagro estoy vivo... ¿De verdad crees que me iba a preocupar por algo como unas letras en mi espalda?.- Dice davian riendo levemente. Manteniendo una sonrisa davian se sienta a un lado de adeline para atraerla hacia él desde la cintura, incentivandola a que se colocara sobre sus piernas. Sin hacer que insistiera ni que dijera algo más, adeline se coloco a horcajadas sobre davian, quedando semi sentado y abrazandolo por el cuello con una sonrisa también, pero manteniendo la curiosidad sobre el tatuaje en sus ojos. No hizo falta que preguntara más, el chico lo había notado, así que siguió hablando mientras rodeaba la cintura de la pequeña rubia sobre el con sus brazos.

-Ni siquiera me acuerdo cuando me lo hice. Un día desperté con una molestia en el hombro, y cuando me fui a ver en el espejo del baño, ahí estaban esas letras.- Explica davian antes de aprovechar la cercanía para darle un pequeño beso en los labios a adeline.- Debo haber estado borracho o drogado pequeña. Por eso solo apareció y no se nada respecto a él, ni siquiera se si esta bien escrito.- Aseguró davian riendo levemente. Adeline permaneció mirando lo debutativo por unos segundos, a la vez que pasaba lentamente la mano por un lateral del cabello del chico para apartarlo de su cara. Con un dedo prosigue a delinear con delicadeza el costado derecho de su rostro, desde el cabello hasta la mandíbula, para luego bajar hasta su cuello y guiar por completo la mano hacia el hombro tatuado, introduciendo la por el cuello de la polera para poder tocarlo directamente. Comienza a delinear las letras mientras inconscientemente muerde su labio inferior sin dejar de mirar atentamente los ojos de davian.

-Te voy a devorar si me sigues mirando con esa expresión tan lasciva morgan adeline.- Susurró davian perdido en el cosquilleo placentero que le causa adeline tan solo con una mano en su hombro, con eso y la expresión con la que lo miraba. Adeline saliendo de su embobamiento al escuchar el tono bajo y seductor de davian, ocultó rápidamente el rostro en el cuello del chico para que no notara la leve vergüenza que estaba sintiendo al haberse perdido en las ganas de tocarlo por unos segundos. ¿Alguien podía culparla? Su novio era todo un dios griego, no podía evitar sentirse atraído por su cuerpo.

-¿Quieres ver algo curioso?.- Susurró adeline manteniéndose oculto en el cuello de davian.

-¿Tienes pruebas de que mi hermano owen abusa de angelo en su oficina?.- Bromea davian comenzando a cariciarle con los pulgares la espalda baja de adeline al estar abrazandola por la cintura.

-Claro que no tarado.- Dice adeline riendo a la vez que vuelve a mirar la cara del chico.- Es algo mucho más curioso que eso.- Asegura adeline con una leve sonrisa mirando atentamente a davian.

-Venga, quiero verlo.- Responde davian con una sonrisa también y si que fue grande su sorpresa al ver lo que estaba haciendo adeline.



#3457 en Novela romántica
#1183 en Otros

En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.