Almas rotas

SESENTA Y CINCO

Después de haber escuchado y visto ese video, adeline no fue capaz de vivir con esa carga sobre sus hombros. Todo el mundo perfecto que había imaginado y comenzado a construir con davian se vino abajo, solo por la calentura del chico, o eso fue lo que adeline creía sinceramente.

A la mañana siguiente, cuando el enfermero cedrick fue a darle sus medicamentos a adeline, vio el cuerpo de adeline relajada en su cama, extendido y con una leve sonrisa, se le veía en paz, demasiada paz para ser cierto, así que se fue a seguir con su ronda para dejarlo dormir un rato más, vendría a darle las pastillas cuando acabara de dárselas al resto. Eran las ocho y cuarenta am cuando el enfermero volvió a esa habitación, fue la hora que se grabó a fuego en la mente del enfermero cedrick. El gran grito que el enfermero cedrick dejó salir desde lo más profundo de sus pulmones fue escuchado por la mitad del centro psiquiátrico, varios enfermeros y enfermeras acudieron a tan desgarrador sonido, para caer a un lado del enfermero cedrick, que se encontraba de rodillas a un lado de la cama de adeline, afirmandole con fuerza la fría mano que hacía en la cama. Mano que detonaba la credibilidad del cuerpo sin vida que se encontraba en esa habitación.

Ya habian pasado casi dos años desde ese día, y aún nadie sabe cómo es que adeline consiguió tanta medicina para intoxicarse hasta morir, y mucho menos el verdadero motivo que lo llevó a tomar esa desgarradora decisión. El único consuelo que me queda para angelo es decirle que adeline solo dormía, que no sintió nada, y que por fin estaba descansando en un mundo en el que no habían voces ni pasados oscuros, que por fin era libre...

Algo similar era lo que me decía allan angelo a mi....

Que mi hermano davian bennet por fin esta en un lugar tranquilo y sin voces que lo molesten hasta hacerlo caer en los instintos mas primitivos del ser humano. Apenas conseguimos mantener en "vida" a davian solo tres meses después de lo sucedido con adeline. El primer mes solo se dedicó a llorar y culparse por perder lo que más atesoraba en la vida, gritando del dolor por haber decidido salir a comprar los anillos ese día. El segundo mes era un cuerpo sin vida, solo se movía para ir al baño y luego volver a sentarse sobre la cama que alguna vez le perteneció a adeline, mirando la nada y pensando en todo. Para el tercer mes, logró escapar hasta la azotea del hospital psiquiátrico, por las cámaras se pudo ver como se quedó una hora mirando el horizonte mientras estaba sentado en el borde, con la carta que dejo morgan adeline antes de suicidarse entre sus manos. Luego de eso, ya es historia, tuvimos que preparar otro funeral en menos de doce semanas.

-Adeline siempre habló de esta playa...- Susurro angelo quien se encontraba sentado sobre una manta en la arena, abrazando fuertemente sus piernas.

-Cuando tenían diez años, ambos se escaparon de casa.- Comentó owen mientras miraba el horizonte sentado a un lado del menor.- Tomaron un autobús y llegaron hasta aquí.- Contó owen dejando salir un leve suspiro. La playa en la que se encontraban era una desierta, nadie iba ahí, prácticamente nadie la conocía al estar tan lejana. Las personas solían preferir playas más cercanas, a pesar de lo hermosa que era esta, era impresionante la arena blanca y el agua turquesa.

-Este era uno de los incentivos que tenía para lograr que comiera...- Murmuro angelo, dejando salir unas leves lágrimas. -"Vamos pastelito, si terminas este plato, podremos ir a esa playa de la que tanto me hablas"... Ella sonreía y me decía que lo primero que haríamos al salir de ahí, sería venir aquí...- Contó angelo con una leve sonrisa, sin contener sus lágrimas al recordar a su mejor amiga.

-Davian solía murmurar que quería estar aquí cuando estaba a más no poder con drogas en su organismo.- Contó owen con una leve sonrisa.- Los pocos días que estaba totalmente sobrio, solía venir aquí, estaba feliz en este lugar.- Explicó owen al pensar en su hermano, que no pudo salvarlo por más que lo intento con todas sus fuerzas.

-Cumplimos su sueño, ¿no es así owen?.- Preguntó angelo abrazándose con más fuerza las piernas.

-Lo cumplimos angelo... Estamos aquí, como nos lo pidieron en esas cartas.- Dijo owen en un murmuro con una leve sonrisa mientras con un brazo abrazaba a angelo, sin dejar de mirar el horizonte, dejando salir lágrimas sin poder retener las.

-Salí de ese centro, y me trajiste aquí... Lo conseguimos, pastelito... Logramos salir de ahí...- Susurra entre el claro llanto, mirando directamente el atardecer delante de ellos.



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En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.10.2025

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