Almas rotas

SESENTA Y SEIS (FIN)

-¡No! ¡Es una mentira!.- Gritó davian la voz ronca por la emoción mientras se movian bruscamente en la camilla.- Ella me ama. Yo hablé con ella esta mañana. ¡Ustedes me están mintiendo!.- Hablo davian con los ojos empañados por la revelación, no podía aceptar la verdad. Era una mentira, una cruel farsa creada por ellos para quitarle a adeline, su adeline, que lo esperaba afuera.

-Davian, por favor. Cálmate. Nadie te está mintiendo. Solo queremos ayudarte.- Hablo el enfermero cedrick que se adelantó hacia donde estaba davian y su rostro un estudio de calma profesional.

-¡Ayudarme a qué! ¿A que no esté con a la persona que amo? ¡No me van a encerrar! ¡Me voy a ir de aquí!.- Grito davian más fuerte mientras se movía más bruscamente para romper los cinturones que lo mantenían atado en la camilla pero el enfermero cedrick lo interceptó con una agilidad sorprendente. La lucha fue un caos de brazos y piernas, un ballet desesperado y sin gracia. Davian forcejeaba, empujaba, intentaba liberarse de las manos fuertes del enfermero cedrick. En su mente, el enfermero ya no era un simple cuidador, sino un monstruo, un guardián de la prisión que le impedía ver a adeline.

-¡Suéltenme! ¡Tengo que ir a verla! ¡Ella está sola!.- Grito davian mientras se movía para evitar que lo mantuvieran en ese maldito manicomio. Su hermano mayor owen intentó intervenir, con lágrimas corriendo por sus mejillas.

-Davian, por favor, detente. Te vas a lastimar.- Hablo owen mientras se ponía para ayudar al enfermero cedrick a contener a davian.

-¡Tú también estás con ellos owen! ¡Tú también! ¡Pensé que eras mi hermano!.- Grito davian mientras aún se movía con brusquedad con una fuerza que no sabía que tenía. Owen perdió el equilibrio al intentar detenerlo. Por un instante, la furia de davian se desvaneció como si hubiera entrado en razon, y siendo reemplazada por un terror helado. ¿Qué había hecho para estar aqui?. El doctor Brow, al ver la situación, llamó a más personal. Dos enfermeros más entraron en la habitación, sus pasos firmes y decididos. Eran tres contra uno. La lucha de davian se volvió más desesperada, más violenta. Los golpes que recibía de sus propias manos, la opresión de los brazos que lo sujetaban, el olor a desinfectante del hospital... todo era un grito de agonía en su mente.

-¡Adeline! ¡Ayúdame! ¡Adeline!.- Gritaba davian mientras lo apretaban contra la camilla. Sentía que lo inmovilizaban con una fuerza sobrehumana. Las manos del enfermero cedrick sujetaban sus muñecas con firmeza, y otro enfermero le sujetaba los hombros. Luchaba, se retorcía, intentaba morder, pero sus esfuerzos eran inútiles. Finalmente, una aguja afilada perforó su piel. Un líquido frío corrió por sus venas, y de repente, la lucha cesó. La rabia, el miedo, la desesperación, todo se desvaneció en un suave torbellino. Las caras de los enfermeros y de su hermano se volvieron borrosas, como si estuvieran detrás de un velo de humo. La última imagen que vio antes de cerrar los ojos fue la de su hermano mayor owen, arrodillado en el suelo, llorando, mientras el doctor brow le explicaba algo que yo no entendía. Y en ese instante, en el crepúsculo de su conciencia, vio a adeline. Estaba en la puerta de la habitación, vestida de blanco, con una sonrisa triste y etérea. "Estoy aquí davian", susurró con esa hermosa voz que tanto amaba. "Siempre he estado aquí esperándote". Y entonces, todo se volvió negro.
Todo lo que davian experimentó con adeline, desde sus paseos por el jardín del hospital hasta sus promesas de un futuro juntos, fue una elaborada fantasía creada por su dañada mente. Su esquizofrenia era la manifestación de un dolor tan profundo que su cerebro construyó una realidad alternativa para protegerlo de la pérdida. En este mundo que no existía, su gran amor, adeline, seguía viva, y la razón por la que él estaba en el hospital eran sus constantes "alucinaciones" por adeline. La cruda realidad era que adeline se había suicidad años atrás cuando tenía diecisiete años, y su dolor había sido el desencadenante de su condición. Las únicas personas reales en su vida eran su hermano owen, quien lo visitaba lleno de tristeza, y el personal del hospital, como el enfermero cedrick y el doctor brow, quienes intentaban guiarlo para que aceptara la verdad. Al final, davian se enfrenta a la dolorosa realidad de que su amor fue real, pero la persona que lo inspiró ya no existe.



#3457 en Novela romántica
#1183 en Otros

En el texto hay: hospital, romance, tristeza dolor

Editado: 02.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.