Almas Sombrias

Capitulo 3º Libertad

Hoy toca revisión a todos los 0 negros, y por supuesto a mí también, no es fácil pasarte la mañana allí, haciéndote pruebas, además no pueden enterarse de nada....

Si se enteran no sé lo que harían conmigo, supongo que después de investigar lo que me ocurre, correría la misma suerte que los demás, o quizás quien sabe...

Hoy vi por primera vez a los niños Go, fue un descuido de una cuidadora, se tropezó conmigo.

—¡Hola! ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Caía, ¿Te has perdido? ¡Ven conmigo! —Dice Caía.

—¡Me llamo! Go sí, creo que me he perdido, no te conozco, ¿De qué fase eres tú? —Dice Go.

—No soy de ninguna fase, yo vivo fuera de (IBGGO)—dice Caía.

—¿Fuera de aquí?, ¿Hay más gente como tú? no puede ser...—Contesto Go.

—¡Si! los hay! ¿Cuántos años tienes? —Preguntó Caía.

—¡No, lo sé! ¿Tengo que tener años? —Dice Go

—Todo el mundo tenemos años, tenemos que saber nuestra edad, ¿Entiendes? Bueno me tengo que ir, será mejor que no te vean hablando conmigo—dice Caía.

—¿Por qué lo dices? ¡No te vayas, tengo más preguntas! —dice Go

—¡Nos veremos otro día! Mejor, en otro sitio, mira ves aquella esquina, está libre de cámaras, desde ahí no nos pueden ver, no le digas a nadie que has hablado conmigo, por tu seguridad, ¿Me has oído? Te harán cosas malas —dice Caía.

—¡Vale! ¿Nos veremos mañana? —Contestó GO.

—¡Mañana no! Pasado tengo que venir, viene alguien ¡Adiós! —Dice Caía.

Caía salió corriendo los Gen Robot, andaban por allí, si la veían hablando con un Go sería su fin.

—Estas fuera de tu zona, 0 negro ¡Identifícate! —Dice Gen.

Caía se acercó, con miedo, el Gen es enorme, y con sus enormes ojos pudo ver el número de su placa en el brazo.

—¡Negro número 6872 estas fuera de tu zona, vuelve a ella, de inmediato! —Dice Gen.

—¡Si claro!, Me perdí cuando estaba corriendo—contesto Caía.

Caía salió corriendo sin mirar hacia atrás, lo más veloz que pudo, llego a su zona, justo a tiempo, nadie se percató de que no estaba, se puso en la cola, y empezaron a salir de las instalaciones, con el resto de sus compañeros.

Justo detrás de ella se puso, Eira una chica de su misma edad.

—¿Dónde estabas? No te he visto en los entrenamientos, hoy los entrenamientos fueron duros ¿Verdad? —Dice Eira.

—¡Si, claro! Supongo que es normal—Dice Caía.

Caía no tenía ganas de hablar, y menos con Eira, es una chismosa, y para colmo es su vecina, tuvo que aguantarla hasta llegar a casa, el camino se le hizo eterno...

Entro en casa, saludo a su madre que estaba en la cocina preparando la comida, sus hermanos estaban en el salón leyendo.

—¡Donde vas tan rápida! Caía, ¡Cuéntame cómo te fue hoy! ¡Ven aquí! —Dice su madre.

—Estoy muy cansada, me ha ido bien, me voy a tumbar, un rato—contesto Caía.

No tenía ganas de hablar, y menos de (IBGGO) siempre era lo mismo, y ella ya sabe lo que sus padres piensan, solo quería estar sola en su habitación.

Caía se sentó encima de la cama, y se puso a pensar en Go, ¿Cómo podía ser que no sabría sus años? Ni siquiera sabía nada de su vida, y lo más triste es que no tenía ni familia, pero Go no sabía lo que significaba eso...

Pensó, espero volver hablar con él...

La madre de Caía se acercó a la habitación, para llamarla.

—¡Vamos! Caía, está preparada la comida, estamos todos sentados en la mesa, no te retrases, ya sabes que a tu padre no le gusta—dice su madre.

Caía salió de la habitación al momento, se sentó en la mesa, sus hermanos la miraban sonriéndose.

—¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué os reis? ¡Tengo monos en la cara! —Dice Caía.

—¡Compórtate bien! No hables así a tus hermanos, tú eres la mayor, además estamos en la mesa—dice su padre.

—¡No entiendo por qué se ríen! Eso es todo, no encuentro donde está la gracia—contestó Caía.

—Cuando venía hacia aquí, me llamo un trabajador de (IBGGO) y me dijo que estas en muy buena forma, quien sabe si pronto por suerte te cogerán algún órgano—dice su padre orgulloso.

—¡Como! No puede ser…Salto de golpe Caía.

—¡Tendrías que estar orgullosa! Por ello, que se haya fijado en ti Ion, es un gran alago, y una envidia para el resto de los Alnonlianos—contesto su padre enfadado.

Caia se quedó callada, no le podía decir, lo que verdaderamente pensaba de Ion, y del resto que le seguían como borregos que llevan al matadero...Si además le tendremos que dar las gracias y todo pensó... Bajo la cabeza, y contesto a su padre después.

—¡Si, claro papa! Es un orgullo para mi—dice Caia con voz baja.

Mordiéndose la lengua sin poder hablar....

 




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