Almas Sombrias

Capitulo 4º Tiempos difíciles

Días más tarde, Caía fue a los entrenamientos como todos los días, y mientras entraban de uno en uno, un Gen la paro.

—¡Tu negro, 6872 ven conmigo! —Dice el Gen.

Caía se quedó parada, sus compañeros la miraban, con una sonrisa, pero la verdad, que a ella le temblaban hasta las piernas.

—¿Qué es lo que pasa? —Pregunto Caía.

—¡Vamos, 6872 acompáñame! —Volvió a decir el Gen.

—¡Si, claro ya voy! —Dice Caía.

Caía empezó a caminar detrás del Gen, sin saber dónde iban, se metieron en el edificio, por una puerta que nunca había entrado, los pasillos eran largos, sus paredes blancas, y el suelo deslumbraba los ojos, del brillo que tenía, siguieron caminando cruzando pasillos, sabía que era grande, pero no tanto, parecía un laberinto sin salida, al llegar al final del pasillo, el Gen hablo.

—¡Hemos llegado, 6872 pasa dentro! —Dice el Gen.

Caía abrió la puerta despacio, no sabía lo que se iba encontrar, lo peor es que de allí, no podía escapar, esto es el fin se dijo...

Al pasar, se encontró con cinco hombres esperándola, eran médicos...

—¡Siéntese! 6872 como sabrá es una de nuestras mejores alumnas, le vamos hacer un reconocimiento, será un momento...—Dice el más mayor de los médicos.

Le estuvieron mirando los órganos, están sanos y fuertes, empezaron a hablar entre ellos, Caía los podía escuchar...

Se concentro mirando a los hombres y de repente, podía oír lo que hablaban y podía escuchar sus pensamientos...

Discutían entre ellos, se abrió la puerta y entro un Go, su cara le era familiar...

Se acerco a los médicos y hablo con ellos.

—¡Por hoy! Hemos terminado, será mejor que descanse, si no la quieren fastidiar, basta de que se entere Ion—dice Go.

—¡Si claro!, Por supuesto—contestaron los cinco.

El miedo a Ion era atroz, supongo que ellos mejor que nadie, habrían hecho muchas cosas y visto demasiado ya, de lo que era capaz.

—¡Te acompañare! A la salida, 6872—dice Go.

Salieron y fueron caminando por los pasillos, sin decir palabra, hasta que ella le empezó a hablar.

—¡No! ¿Nos conocemos de algo? Tu cara me es familiar —pregunto Caía.

—¿No me conoces? Nos conocimos hace unos días, yo me choque contigo, y estuvimos hablando, quedamos en volver a vernos ¿Te acuerdas? —Dice Go.

—¡Pero no puede ser! Tu tendrías como unos ocho años no más, tan solo han pasado unos días... ¿No entiendo?

—Nuestro crecimiento es muy rápido, en menos de un mes somos adultos, vosotros precisáis años para ser adultos, ¿Entiendes ahora? —Dice Go.

A Caía le costaba entenderlo, ¿Cómo era posible? Se preguntó...

—¡Gracias! Por sacarme de ahí, si no esos bichos de médicos, no sé lo que habrían hecho conmigo—dice Caía.

—¡Tenemos que hablar! Pero ahora no puede ser, ¡Escúchame! Te acompañare hasta la salida, ¡Ten cuidado!, Todavía ellos no se han dado cuenta —dice Go.

—Cuenta, ¿De qué? No te comprendo—dice Caía.

Caía sabia a lo que se refería, pero no sabía si se podía fiar de él, nada menos de un Go ¿Cómo se habría dado cuenta?

—Conmigo no hace falta que finjas, yo no soy como ellos, me pondré en contacto contigo—dice Go.

—¿Y se puede saber cómo lo vas a hacer? Jaja, si no puedes salir de aquí, lo veo difícil—dice Caía.

—¡Con la mente!, Esta noche me comunicare contigo—dice Go.

Caía se hecho a reír,

— Pero ¿Tú te crees que soy tonta? Con la mente —dice ajaj.

—¿Todavía no sabes lo que puedes hacer con la mente? Esta noche piensa en mí, justo a las doce, yo te estaré esperando, que no se te olvide, ¡Ahora vete! —Dice Go.

—¡Está bien adiós! —Dice Caía.

Esa noche Caía se fue a dormir como siempre, pero con algo de incertidumbre, ¿Será verdad lo que le había dicho el Gen?

Ellos no son como nosotros, son más inteligentes....

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.