Almas Sombrias

Capitulo 7º Esperanzas nuevas

Go llevaba encerrado dos días, saliendo solo para darle descargas eléctricas ¡Tengo que ser fuerte, no podréis conmigo, ya me habéis quitado bastante, acabare con vosotros, aunque sea lo último que haga! Se decía a si mismo...

Caía había cogido en una pequeña mochila, que tenía escondida para el día de la huida, algo de ropa, unas mudas de ropa interior, dos camisetas negras, y dos pantalones viejos de color oscuro, y unas deportivas cómodas, ya se ocuparía de coger algo de comida, llegado el momento.

Tenía que ir, al (IBGOO) ese día también iban sus hermanos, se pusieron en la fila, separados según color, a ellos se los llevaron antes, Caía se les quedo mirando, por sus mejillas corrieron lágrimas, ¿Cómo podían estar contestos? No lo entendía...

Eira le hablo, ella no le escucho, estaba inmersa en sus pensamientos...

—¡Que te pasa! ¿Por qué lloras? Te ocurre algo, eres muy rara Caía, ¡Estas como en otro mundo! —Dice Eira.

—¡No digas, estupideces! Pareces boba, se me metió algo en el ojo, y estaba pensando que hoy mi madre va a preparar un rico estofado de carne, se me estaba haciendo la boca agua—dice Caía.

Eira, siempre se metía en lo que no le importaba, tiene la misma edad que ella, se acercó un Gen...

—Negro 6872 ¡Sígueme! —Dice el Gen.

—¡Siempre, te llaman a ti! Que fastidio...Salto Eira.

—Por mí, si quieres, te cambio, y vas tu—contestó Caía.

Caía siguió al Gen, esta vez entraba por la puerta principal, por ahí solo entraban, los amigos de Ion, se empezó a poner, muy nerviosa, no le gustaba como estaba pintando la situación.

—¡Hemos llegado! Toca la puerta antes, de entrar—dice Gen.

—¡Si, claro! —Contestó Caía.

La puerta es grande, y los pasillos están llenos de gente, en ese momento se acordó que mañana era la fiesta que hacia el líder...

¿Que estaría haciendo ella allí? Se preguntó...

Dio con los nudillos unos pequeños golpecitos en la puerta,

—¡Adelante! Puede pasar—contestó una voz fuerte.

Caía abrió la puerta se quedó sorprendida dentro, junto a una mesa cómodamente sentado, con un gran puro en la boca, estaba el mismísimo Ion en persona.

—¡Siéntate jovencita! No te quedes ahí parada, ¿Cómo te llamas? —Pregunto Ion.

—¡Me llamo! Caía, ¿Qué hago aquí? —Dice Caía.

—¡Como sabrás ya! Vas a ser la madre de mis hijos, quería conocerte en persona, no te creas que es fácil, decidirse por una madre, es todo lo contrario, tus cumples con mis requisitos, estas sana, fuerte, guapa, inteligente eres perfecta, el lunes te los implantarán serán gemelos ¿Estarás contenta? Eres una privilegiada.

—¡Si, claro señor! Es un orgullo para mí, y para mi familia—dice Caía.

—¡Por supuesto! A partir de hoy, te quedaras en estas instalaciones, tendrás una habitación para ti sola, con todas las comodidades, podrás leer, pasear, y no tendrás que hacer ejercicio—dice Ion.

—¡Pero no he avisado a mi familia, no puedo quedarme, si no mi padre se enfadara y me castigara! 

—¡Por, eso, no te preocupes! Mandaré ahora mismo a un Gen a tu casa, para que avise a tu familia, cuando se enteren se pondrán contentos—contestó Ion.

Caía no sabía que hacer, tenía que salir de allí, si no, no podría escaparse, este estúpido de Ion ¿Quién se habrá creído? Y encima quiere dos gemelos Go, ¿Se habrá pensado que soy alguna vaca?

Maldito estúpido pensó Caía.

Entro un Gen, al despacho de Ion.

—Llévate a... ¿Cómo has dicho que te llamas? ¿Jovencita?

—¡Caía, señor! —Respondió ella.

—¡A partir de ahora! Me puedes llamar Ion, será mejor, vas a ser la madre de mis hijos jajaja.

Caía lo maldijo mil veces a Ion, ¡Espero que ardas en el infierno! Pensó Caía.

—¡Vamos!,6872, sígueme! —Dice Gen.

—¡Escúchame! Pedazo de chatarra, ¡No la vuelvas a llamar así! O te destruiré con mis propias manos, ¡Pedazo de hierro, inútil! Se llama Caía, ¡Grábatelo en la cabeza! —Gritó Ion.

—¡Si, señor! Vamos Caía, sígueme... ¡Vamos a tu fase! —Dice Gen.

—¡Hasta, luego! Caía —dice Ion con una sonrisa.

—¡Adiós, señor! —contestó entre dientes Caía.

Caía salió detrás del Gen, sin saber dónde iban, y lo peor como poder salir de allí, con las cámaras que hay, es un suicidio nada más intentarlo, pensó.

Recorrieron pasillos y subieron en un ascensor, dentro del ascensor se dio cuenta que subían para la última planta, siguieron caminando, había bastante gente, chicas y chicos todos jóvenes, pensó que tenían que ser Go.




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