LEAH
El salón era abismal, cuando me contaron la idea sobre este proyecto jamás pensé que fuera tan grande y mucho menos tan ostentoso. Pero era algo que conociendo a mi novio hubiera tenido que esperar...
El tiempo en Seúl nos había cambiado mucho a todos y para Liam, quien era tan sensitivo no fue la excepción; de hecho, empleó gran parte de su tiempo en crear obras mucho más relacionadas con lo espiritual. Al parecer la historia que Karan y Amelie compartían le resultó inspiradora, por lo que le pareció buena idea proponerle a Karan realizar una exhibición dedicada a aquel concepto. Al chico asiático sin dudas le encantó todo aquel planteamiento, así que ambos trabajaron muy duro en este proyecto que hoy se hacía realidad.
El reconocimiento de Liam impulsaría el arte de Karan, y esta era una muy buena oportunidad para atraer nuevos admiradores.
Las personas que amaban el trabajo de Karan, realmente lo seguían muy de cerca; muchos de ellos viajaron hasta Nueva York para contemplar sus obras. Tal vez él no fuera tan conocido como Liam, pero sus fanáticos eran fieles, y estaba segura que, a partir de hoy, lo serían aún más.
Había sido testigo del trabajo de ambos chicos, del torrente de buenas ideas que juntos creaban, como si su trabajo se complementara a la perfección. Después de todo lo que ocurrió no estaba segura de cómo se desarrollaría la amistad entre ellos, pero resultó ser que ambos se entendieron bastante bien. A veces tenían ciertos disgustos, pero nada demasiado serio.
Amelie había estado visitando varios países, recuperando el tiempo de la gira... casi nueve meses después de que todo ocurriera ella estaba supremamente feliz de encontrarse con su público. Karan la acompañaba a algunos viajes, pero cuando no podía, por su propio trabajo, ambos vivían en constante comunicación. Ya no había nada que impidiera que estuvieran lejos el uno del otro, pero su amor era tan inmenso por sí mismo, que causaba que se extrañaran demasiado, incluso aunque mi mejor amiga estuviera fuera del país por periodos de tiempos muy cortos.
Solía acompañarla en algunos viajes... En otros era Yun quien lo hacía y mientras tanto era yo la única encargada de todos los temas de la Editorial. La gira de Amelie había desatado una furiosa ola de adolescentes enloquecidos por obtener el libro, así que el proceso de impresión fue mucho mayor.
Todo estaba marchando bastante bien, lo que ocurrió con anterioridad reforzó el vínculo de todos, incluyendo el de Yun y Karan quienes también se estaban llevando sorprendentemente bien.
Un toque en mi cintura me alertó de la presencia de Liam.
―Luces distraída ―comentó mi novio. Sus ojos verdes resplandecientes, su cabello rubio desordenado. Llevaba unos pantalones negros de traje y una camisa de cuello totalmente blanca. Estaba elegante, pero a su manera.
―Sólo recordaba lo mucho que trabajaron para ver esto hacerse realidad ―Giré en sus brazos y dejé mis manos sobre su pecho ―. Hueles muy bien...
―Podríamos escaparnos por quince minutos y dejar que Karan se encargue de todo... ―Su boca se dirigió lentamente a mi oído mientras me susurraba aquellas palabras con sensualidad. La electricidad que recorrió mi cuerpo en aquel momento fue hipnótica.
―Escuché eso... ―La voz de Karan surgió de pronto alta y clara interrumpiendo todas mis sensaciones ―. No pienso ayudarle a Liam para que tenga un momento con su chica, si él no hace lo mismo por mí.
Liam y yo sonreímos.
―No sabía que también estabas... ya sabes, en este estado ―murmuré haciendo un ademán sexy con mis manos.
― ¿Por qué estás haciéndole esos gestos extraños a mi novio? ―Amelie y Yun habían llegado, ambos luciendo muy bien. Ella vestía un blazer blanco, zapatos de tacón discretos y un pantalón negro, su cabello cayendo en ondas delicadas a cada lado de su rostro.
―Jamás haría eso ―Hice una mueca de asco y todos nos echamos a reír, incluso Karan.
― ¿Estás listo, mi vida? ―Amelie se acercó a él, sus movimientos casi sincronizados, como si se tratara de un baile que ambos conocían a la perfección. Karan se acercó a ella, besó su frente y asintió. Estaba nervioso, pero muy entusiasmado.
―Algo ansioso ―respondió él y fue Amelie quien lo tomó de la mano y entrelazó sus dedos delicadamente. Algo estaba ocurriendo entre ellos y la magia con la que convivían, estaba segura, pero me era imposible saber de qué se trataba.
―Todo saldrá bien ―Aseguró ella con una sonrisa.
―Sí, todo saldrá bien ―Yun le hizo un gesto con la mano al cual Karan respondió.
―Tendrás que acostumbrarte de ahora en adelante a ser una estrella, eres talentoso, chico, aprovecha eso desde hoy ―Le indicó Liam ―. Ahora vamos, la exhibición abrirá en diez minutos y ya hay personas fuera. Te recomiendo que uses todo el carisma del que seas capaz.
Karan asintió observando a través de uno de los grandes ventanales. Se veían autos y varias personas charlando animadamente.
Amelie besó a Karan fugazmente, le susurró algo que no logré escuchar. Fue entonces cuando la exhibición dio comienzo. Liam y Karan iniciaron sus respectivas presentaciones mientras mi mejor amiga y yo los apoyábamos desde la distancia, ambas completamente orgullosas de los dos talentosos hombres que teníamos a nuestro lado y que hoy brillarían como el sol.
―Sabes Leah... ―Amelie me observó con sus ojos esmeralda brillantes, repletos de alegría y orgullo ―. Jamás imaginé que ambas termináramos compartiendo algo así con nuestras parejas... De hecho, creí que yo me quedaría soltera para toda la eternidad.
―Tú sí que puedes hablar de eternidad ―puntualicé refiriéndome a su vínculo ―. Ni yo en un millón de años llegué a imaginar que esto sucediera, ¿pero sabes qué? Me alegra que la vida nos diera la oportunidad de compartir juntas algo de semejante magnitud. Meses atrás estaba destruida porque creí que no volvería a verte y ahora ambas estamos aquí. Su conexión al final resultó siendo una bendición para todos.