Aloha

2.HUSKA'I -Viaje

"Deeanna"

No creí que mi padre aceptara que me fuera casi cuatro meses de vacaciones si mucho imaginé que me daría uno, o que me pagaría uno y el resto yo, pero no, fue al revés.

"Después de toda la ayuda que me has dado estos años no tendría el corazón de negarlo, solo puedo pedirles que ¡disfruten mucho el viaje!"

Me daba cargo de conciencia cobrarle las vacaciones de tantos meses así que propuse solo la mitad y el resto quedaba a mi cuenta, pero se negó, yo le seguí insistiendo hasta que aceptó que pagará el último mes, pero algo muy dentro de mí sabe que en alguna oportunidad pondrá ese saldo restante sin que me dé cuenta.

Las vacaciones de verano empiezan este lunes así que con Blear decidimos reunirnos este fin de semana en la vieja casa de socios en Waikiki, bueno vieja es relativo, quizás abandonada sería una mejor definición porque casi no se usa, pero de viejo solo tiene el modelo. Con mamá íbamos cada año por un par de semanas en el verano para visitar a los abuelos, hace un par de años volvimos a ir unos días cuando la abuela falleció y la casa seguía exactamente igual. Es como si en el contrato de venta se estipulara que no se podían hacer cambios.

Hoy es jueves, mis maletas estaban hechas desde la semana pasada y he luchado contra mí misma de no revisar que lleve suficiente ropa, no sé qué vamos a hacer tantos meses allá solas, aunque conociéndola hará que Marcus llegué de visita en algún momento, quizás convenzamos a Papá de ir algún fin de semana.

Ya quiero que llegue mañana, no me importa si el resto del día y la jornada de mañana tengo que arreglar todos mis asuntos para que Anne pueda encargarse de todo, claro que papá llevará lo importante, pero Anne se quedará a cargo de supervisar sesiones de foto y cosas como esas que son en dónde más me ha acompañado.

Lo más difícil de mi día será ir a la oficina del "iceberg" por el plan de ventas y las estadísticas de este mes para adjuntarlos al archivo que le dejaré a papá, por suerte eso tengo que hacerlo antes de irme a casa y si hay algún altercado puede borrarlo de camino a casa con un buen helado y no cargar el coraje todo el día de trabajo.

Durante el almuerzo creo que ni siquiera probé mi comida, estaba revisando que todos estuvieran en orden en la computadora y se generará la copia automática de seguridad a mi cuenta institucional, a la de Anne y la de papá, por si acaso también agregué una de mis cuentas personales, ya una vez pasó que el sistema institucional callo y casi se pierde todo lo que no había terminado de cargarse en la nube, más vale prevenir que lamentar. Hay una reunión por la tarde y desearía faltar, pero supongo que sería muy irresponsable suponiendo que faltare varias semanas, haré algún espacio para terminar todo lo que tengo que hacer para llegar a la oficina de Félix antes de que se vaya a casa, si eso pasa tendré que llamarlo para que su asistente me lo dé o que me diga que lo tengo que recoger mañana y mañana estaré muy ocupada con papá para asegurar que todo está en orden.

La reunión pasó tan lenta que creí que el tiempo se había detenido, es sobre contabilidad y ni idea de que tengo yo que ver aquí pero que se le puede hacer más que fingir que escucho y repasar lo que tengo que dejar terminando antes de irme a casa y lo que debo apuntar en un recordatorio para no olvidarme de eso mañana. En cuanto cerraron las carpetas y agradecieron la presencia salí casi corriendo al área de ventas con la esperanza de que aún no haya dejado el edificio, en cuanto llegue note que Nathen, su secretario, seguía en su puesto así que puede que Félix no se haya ido hace mucho. Y aunque quiero solo entrar a esa oficina, buscar mi carpeta e irme a casa se lo mucho que "señor perfección" odia que toquen sus cosas, desordenen algo o simplemente entrar sin anunciarse primero con Nathen, lo saca de sus casillas.

- ¡Nathen! Gracias a los ángeles sigues aquí - saludé en cuanto me acerqué al escritorio - ¿Hace cuánto se fue? Por favor dime que no hace mucho no quiero regresar mañana.

- Buenos días, señorita - él siempre es formal, aunque tengamos casi la misma edad, incluso fuera del trabajo - tiene suerte el joven Félix sigue adentro, aunque su humor es especialmente eléctrico hoy.

- No me digas - ay por favor no, no quiero discutir hoy he tenido un buen día - ¿ahora que le pico?

- Saldrá de viaje este fin de semana y ya sabe que no le gusta dejar nada en desorden.

- Bueno, espero no detonarlo - y si nos basamos en el incidente de la semana pasada se diría que lo hago sin querer con mucha facilidad - ¿Le dirías que estoy aquí? Por favor

Nathen solo sonrió en respuesta, y marco a la línea fija del interior de la oficina, pero en cuanto empezó a hablar obtuvo un "¡Te dije que no vería a nadie hoy!" Del otro lado de la línea.

- Am señorita, parece que está muy ocupada si quisiera...

- Ni lo digas, me podré ir con un coraje hoy pero mañana ni de broma - interrumpí antes de que me ofreciera venir temprano para encontrarlo de buen humor - con tu permiso, pero necesito esos documentos

Sin esperar respuesta e ignorando la súplica del pobre hombre, entré a la oficina sin tocar la puerta y la cerré detrás de mí antes de que me obligara a salir. Aunque ni en los más locos sueños imaginé ver así esta oficina: papeles regados por todos lados, el archivero medio abierto, y algunas carpetas por aquí y por allá; es como si un tornado hubiera quedado atrapado en la habitación.

- ¿Acaso no sabes tocar? - pregunto alguien muy molesto desde el escritorio

- No dejaste que Nathan me anunciara - contesté encogiéndome de hombros - ¿qué pasó con tu impecable oficina? Me sorprende que puedas encontrar algo aquí

Solo me hizo un gesto con la mano que dejara de hablar si no quería que él se volviera un torbellino. Incluso Félix está hecho un desastre: la camisa arrugada y enrollada por encima de los codos, una parte del cuello arriba y una abajo, los botones de su camisa desabotonadas hasta el tercer punto y la corbata con el nudo casi deshecho, incluso su cabello está desordenado como si se hubiera despeinado y repeinado varias veces durante su desesperación o lo hubiera jalado cuando no encontraba algo. A decir verdad, es una escena chistosa de imaginar.




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