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Capitulo 1: Naufragos

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Capítulo 1

“Náufragos”

-En un oscuro lugar despertó un joven muchacho, sintiéndose encerrado en lo que parecía ser una caja de metal con algunos orificios sobre los costados donde la luz de la luna podía iluminar un poco el interior. Colocando sus manos sobre los costados, el joven muchacho sentía como perdía el equilibrio a medida de que la caja de metal se balanceaba de un lado a otro como si estuviese flotando por el aire.  Durante unos minutos, el joven muchacho gritaba palabras de auxilio mientras se asomaba sobre los pequeños orificios donde se adentraba la luz, y al hacerlo se había dado cuenta que en realidad se encontraba sobre el agua, posiblemente sobre el mar. Sintiéndose completamente desnudo (Literalmente) el joven muchacho se arrincono sobre un costado del pequeño bote de hierro sintiendo un abrazador frio que lo obligaba a mantenerse en posición fetal y momento después de hacerlo, fue empujado por un fuerte golpe que lo tumbo hacia el suelo.

-La puerta del pequeño bote se abrió segundos después, dando paso a una terrible ráfaga de frio que obligo al joven muchacho a levantarse de un salto, ya sea por la emoción de poder salir de la denominada caja de hierro o por el terrible frio. Llegando así, a la arena de una playa bajo la luz de la luna con el cuerpo totalmente desnudo. Tenía mucha sed y no había señales de agua dulce por ninguna parte, sabía que el agua del mar no se podía tomar pero estaba dispuesto a arriesgarse en probarla para poder saciar su sed, pero muy en el fondo sabía con exactitud que eso aumentaría más sus ansias por querer tomar agua dulce. No sabía en donde estaba, ni la razón por la cual había llegado al lugar, no sabía cómo había acabado en ese bote y mucho menos sabía su nombre. La ausencia del conocimiento sobre su ser era por completo una terrible señal, pero en vez de preocuparse sobre la razón por la que se encontraba en ese lugar tenía una necesidad más fuerte, sobrevivir.

-Mientras que el muchacho se encontraba sentado sobre la playa, pudo ver como más botes se acercaban a la costa, sorprendido y ansioso por responder sus dudas se mantuvo esperando la llegada de esos botes y mientras gritaba palabras de auxilio, pudo darse cuenta que se trataban de botes similares al de él. Eran botes grises de hierro. Impactado pudo ver como las naves de hierro encallaron sobre la arena dándoles paso a más personas que yacían desnudas en su interior. Confundido y a la vez desorientado el joven muchacho se dirigió al primer bote del lado izquierdo para ayudar a la persona que yacía dentro y al ver hacia el interior del bote, el joven muchacho pudo ver que la persona en su interior se encontraba en posición fetal temblando el frio.

-¿Hola? ¡No tengas miedo! – Dice el joven muchacho mientras miraba al interior del bote.

-¿Quién eres? – Pregunta el muchacho de cabello oscuro alborotado, en posición fetal - ¿Qué estoy haciendo aquí?

-Yo también, me pregunto lo mismo. – Responde.

-Hace mucho frio – Comenta el joven en posición fetal.

-Lo sé. ¿Puedes recordar algo? ¿Sabes quién nos trajo? – Pregunta el joven muchacho.

-¡No recuerdo nada! ¡No puedo recordar absolutamente nada! – Contesta el joven asustado.

-Tranquilo, yo tampoco puedo recordar.

-En ese momento en que ambos jóvenes se encontraban hablando,  un fuerte sonido de una compuerta abriéndose comenzó a escucharse en el lugar.  Atrayendo la atención del joven muchacho de cabello castaño que intentaba ayudar al joven en posición fetal. Al mirar hacia el lado derecho de su bote, observo que el tercer bote se había abierto, permitiéndole la salida a la persona que yacía en su interior. El joven muchacho se dirigió hasta allá para averiguar todo sobre esa persona y al asomarse por la compuerta pudo ver como la persona que yacía en su interior era una chica de cabello oscuro alargado, ojos castaños y de piel blanca. El joven muchacho se encontraba impactado al ver como se encontraba desnuda, acostada sobre el suelo sin poder mantener el equilibrio en el bote, intentando ayudar a la chica el joven muchacho a levanto del suelo para sentarla sobre la playa, y al hacerlo pudo ver como el joven de cabello negro alborotado se encontraba arrodillado sobre la arena, observando el mar.

-¡No puedo recordar mi nombre! ¡No puedo recordar mi nombre! – Repetía el joven de cabello negro alborotado mientras miraba al mar.

-¿Te importaría ayudarme? ¡Parece que se ha desmayado! – Dice el joven muchacho de cabello castaño, refiriéndose a la chica.

-¡Voy! – Responde.

-Examinando sus signos vitales, los jóvenes descubrieron que la chica se encontraba con vida, sin embargo, se encontraba desmayada. Por ahora, la prioridad de los chicos era buscar algo con que arroparse de tal manera de que usaron las hojas de los árboles en las cercanías y se hicieron de algunas prendas cortas. Calzoncillos para ambos, y una bata de hojas de plátano para la chica.

-No nos protegerá totalmente del frio, pero es mejor que andar con las pelotas por fuera – Comenta el joven muchacho de cabello castaño.

-¡Mucho mejor! – Comenta el chico de cabello negro alborotado - ¿Qué sigue ahora? – Pregunta.

-La verdad. No lo sé, mi primera prioridad era buscar algo de agua, tengo la garganta seca – Contesta.




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