Las calles se visten de tristeza
en horas inamovibles.
Esta lluvia es sosegada
sinfonía de añoranzas.
Las sombras huyen a los portales
junto a los sueños desechados.
Yo me embriago de memorias
fenecidas en la tardanza.
El crepúsculo es braza fiera
sobre las techumbres silenciadas.
En soledad, siento el rumor
de mi sangre resignada.